Salud Argentina , Buenos Aires, Viernes, 23 de mayo de 2014 a las 17:41

Desarrollan un producto para la regeneración de la piel en caso de úlceras o quemaduras

Un consorcio integrado por el sector universitario, organismos públicos, laboratorios y profesionales independientes ha creado el producto

AGENCIA TSS/DICYT Un equipo multidisciplinario conformado por instituciones públicas, privadas, emprendedores e investigadores se unió para desarrollar un kit quirúrgico para el tratamiento de pacientes con úlceras o quemaduras. El desarrollo consiste en tres elementos: un dermatomo -elemento que sirve para extraer células de piel sana del paciente-; un dispositivo para que el médico pueda separar las células de dermis y las de epidermis; y una membrana especialmente desarrollada por este equipo, hecha de un plástico creado por bacterias que puede ser degradado por las enzimas que produce el cuerpo humano. Esta característica le permite reabsorberse sin producir ninguna sustancia tóxica para el organismo.

 

Biomatter es el consorcio que está desarrollando este producto y de él participan la doctora en física y especialista en materiales Élida Hermida, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), el laboratorio Medipharma, el doctor en medicina y especialista en el área de recuperación de quemados Alberto Bolgiani, y Alberto Achille, un administrador de empresas con experiencia en la comercialización de productos farmacéuticos.

 

La piel humana está formada por dos capas: dermis y epidermis. En los casos de lastimaduras pequeñas, la piel se regenera sola: primero la dermis (la capa profunda) y, cuando ya está curada, la epidermis. Estas dos capas de piel no se regeneran a la vez y, de hecho, la regeneración de una de estas capas inhibe la regeneración de la otra. Mientras esta regeneración ocurre, el organismo queda expuesto a la infección de agentes externos, por eso es necesaria la intervención del médico para acelerar el proceso o inducirlo cuando la herida es demasiado grande para curarse sola.

 

La membrana plástica desarrollada por Biomatter es un medio donde las células de piel insertadas por el médico pueden reproducirse para regenerar la piel. Permite que no haya contacto entre las células de la dermis y las de la epidermis, por lo que las dos capas de la piel pueden crecer al mismo tiempo y, aunque no haya contacto entre las células, es una membrana permeable a líquidos, lo que permite el paso de nutrientes a las dos capas y la eliminación de desechos.

 

Actualmente, cuando se quiere recuperar la piel de un paciente con úlceras o quemaduras se extraen células de dermis de la piel del paciente, se las reproduce en un laboratorio para crear una capa de dermis y posteriormente se las aplica en el paciente. Pero este proceso puede tardar varios meses y tiene que repetirse para la capa exterior de piel, la epidermis. Es muy riesgoso, ya que el paciente queda durante mucho tiempo expuesto a la posibilidad de infecciones.

 

En el desarrollo del producto, el trabajo del médico, del especialista en materiales y del administrador de empresas se entremezclan todo el tiempo y exigen que cada uno se involucre en el trabajo del otro. “La primera membrana que vio el médico la cuestionó por su rigidez, porque él necesitaba que fuera flexible. Pero, ¿qué es flexible para un médico respecto de lo que es flexible para mí? Entonces me explicó que necesitaba poder agarrarla con dos pincitas, mojarla y apoyarla sobre el paciente”, explica Hermida. Por otro lado, la preocupación del encargado de la comercialización era ver si habría elementos del kit que pudieran no ser descartables, para poder reducir costos y poder vender insumos en forma separada.

 

Como una forma de evitar la resistencia a un producto nuevo por parte de los médicos, tienen planificado un ciclo de capacitación dictado por el médico que forma parte del proyecto (Bolgiani), quien también lo va a usar en los tratamientos que realice. De esta manera, esperan generar la expectativa necesaria para insertar el producto en el mercado.

 

Hasta ahora se han hecho ensayos en ratones y el resultado ha sido muy positivo, incluso hubo sorpresa cuando se constató que se había regenerado hasta el folículo piloso, es decir, que volvía a crecer pelo en la piel regenerada. El equipo está en conversaciones con laboratorios privados con los que podrían asociarse para presentar el proyecto en ANMAT, con el objetivo de realizar pruebas a mayor escala en animales y, una vez que éstas sean aprobadas, poder iniciar los ensayos en seres humanos.

 

En ámbitos académicos es muy común que haya colaboraciones de muchos actores en el desarrollo de investigaciones, pero en el desarrollo de productos suele haber mucho hermetismo. Hermida asegura que están aprendiendo a manejarse de otra manera. “En algunos proyectos estamos trabajando con la Universidad de Erlangen-Núremberg, de Alemania, y también consultamos al departamento de Legales de la UNSAM”, detalla.

 

Proyecto EMPRETECNO

 

El consorcio fue armado por una exigencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT). Para poder recibir financiamiento -en este caso un EMPRETECNO, de poco más de dos millones de pesos- es necesario que se asocien instituciones públicas con emprendedores, pero este equipo fue más allá para poder cubrir todas las necesidades a la hora de crear un producto nuevo y atractivo para el mercado. “Queremos poder usar toda esta experiencia que vamos adquiriendo en el desarrollo de otros dispositivos médicos” expresa Hermida.

 

De hecho, ya se encuentran trabajando en otros proyectos, como una membrana para la regeneración de huesos, ya que este material que desarrollaron también tiene características piezo-eléctricas, es decir, que al deformarse mecánicamente genera un campo eléctrico que favorece que los iones de calcio se adhieran a ellos. La idea original de estos investigadores era hacer un proyecto que pudieran entregarle en carpeta a un laboratorio para que éste lo desarrollara. Pero el financiamiento obtenido los obligaba a asociarse con otros miembros de la comunidad científica y productiva. Ahora que el consorcio está conformado es más fácil poder producir como consorcio e insertar mejoras en el producto final.