Ciencias Sociales España , Valladolid, Mi茅rcoles, 12 de noviembre de 2014 a las 17:37

La sonda espacial europea 'Philae' aterriza en un cometa

Por primera vez en la historia un artilugio humano ha alcanzado hoy un cometa. La Agencia Espacial Europea espera desvelar con esta misi贸n los misterios de los cometas

JHB/CGP/DICYT Después de una década de viaje por el Sistema Solar, ha llegado el momento de Rosetta y Philae, las dos sondas que hoy han hecho historia. La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), lanzó la sonda Rosetta al espacio en 2004 y después de un largo viaje por el sistema solar llegó en agosto al cometa 67P. Los últimos meses Rosetta ha estado acercándose al cometa y fotografiándolo de cerca para, finalmente hoy, liberar a Philae, una sonda pequeña que se ha posado sobre la superficie del cometa por primera vez en la historia. El evento se ha retransmitido en directo en la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad de Valladolid.

 

Los cometas son mundos prácticamente inexplorados. Suelen orbitar el sol en órbitas bastante difíciles de alcanzar para las sondas espaciales, y se caracterizan porque cuando periódicamente se acercan al sol, el material helado que los forma se calienta y es expulsado fuera del cometa, lo que en combinación con la presión de la radiación solar da lugar a la famosa cola de los cometas. Pero los mecanismos por los que un cometa libera los gases que dan lugar a la cola no se conocen con claridad.

 

Otras sondas espaciales se han acercado con anterioridad a cometas, pero nunca los han alcanzado en su órbita, simplemente se han cruzado con ellos. Rosetta alcanzó al cometa 67P en agosto y desde entonces ha permanecido a una distancia de menos de 100 kilómetros del núcleo del cometa, lo que le ha permitido obtener imágenes de alta resolución nunca antes vistas de la superficie de un cometa. Las imágenes de Rosetta nos muestran un mundo con un tamaño de unos 25 kilómetros cúbicos de tamaño que espera ser explorado.

 

Con el objetivo de explorar este nuevo mundo, hoy la Agencia Espacial Europea ha enviado a Rosetta los comandos para liberar a Philae, una pequeña sonda que ha descendido hasta el cometa para estudiarlo de cerca. La gravedad del cometa es muy reducida, por lo que ha sido necesario equipar a Philae con unos arpones para que pueda clavarse a la superficie del cometa y no rebotar al llegar allí.

 

La Agencia Espacial Europea lleva tres meses analizando a conciencia las fotografías que Rosetta ha enviado del cometa, en busca de un buen lugar en el que aterrizar Philae, un lugar que ofrezca las condiciones adecuadas de iluminación solar, pero además que sea accesible y que pueda maximizar la productividad científica.

 

Las operaciones para lanzar a Philae hacia el cometa se han prolongado durante cerca de 24 horas. Comenzaron en la tarde de ayer martes, Philae fue lanzada hacia el cometa en torno a las 10 de la mañana de hoy, y el aterrizaje está previsto para las 17 horas de la tarde. Si todo sale como está previsto esta misma noche veremos por primera vez en la historia imágenes desde la superficie de un cometa.

 

Retransmisión desde Valladolid

 

Desde esta mañana, el profesor Ramón de la Rosa, ha sido encargado de narrar a todos los asistentes interesados desde la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad de Valladolid todo lo relativo a esta misión Rosetta. A continuación, el ingeniero de Telecomunicación titulado por la Universidad de Valladolid Miguel Eduardo Gil Biraud, se ha conectado desde Holanda y contado a los asistentes su trabajo en la ESA como ingeniero de entretenimiento en este país y cómo vivió esta misión desde allí, entre otros aspectos.

 

Tras el éxito de la misión Giotto en los años 80, siguiendo al cometa Halley, la nave Rosetta se encontrará a 510 millones de kilómetros de la Tierra con el cometa 67P/ Churyumov-Gerasimenko. La misión investigará la superficie y el núcleo del cometa, buscando respuestas a los orígenes de la vida en el universo. La distancia a la Tierra es tan grande que las señales enviadas por la nave, viajando a la velocidad de la luz, tardarán una media hora en ser recibidas en los centros de control de la Tierra.