Alimentación España , Salamanca, Martes, 20 de octubre de 2015 a las 13:29

“El conocimiento que genera el IRNASA se vuelca en el ambiente agropecuario que nos rodea”

Entrevista a Mar Siles, nueva directora del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (CSIC)

José Pichel Andrés/DICYT Desde hace pocos días, María del Mar Siles Lucas es la directora del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA), centro propio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La nueva responsable lleva en este instituto ocho años y conoce bien tanto las dificultades que tiene que afrontar como las oportunidades para lograr una mayor proyección del centro, de forma que, además de obtener resultados relevantes desde el punto de vista científico, también sean útiles para la sociedad. En una entrevista concedida a DiCYT repasa todas estas cuestiones.

 

-¿Cómo calificaría la situación actual del IRNASA?
-Es similar a la de otros institutos del CSIC, pero es de agradecer que las direcciones anteriores han mantenido un déficit cero, cosa bastante complicada en estos tiempos. Hemos pasado una etapa de crisis económica de la que parece que nos vamos recuperando muy poco a poco, pero se notan los recortes en los gastos y que no se repone el personal, lo que es especialmente preocupante para centros como el nuestro, de tamaño mediano.

 

-¿Ese es el principal problema?
-Sí, la tasa de reposición es pequeña, perdemos gente por jubilación y vamos haciéndonos cada vez más pequeños.

 

-Una vía para solucionarlo es obtener financiación para proyectos de investigación que permitan realizar contratos.
-Hay dos cosas importantes. En primer lugar, la financiación para nuevos contratos se puede obtener en una mayor cuantía a través de proyectos europeos. Por eso, en esta nueva etapa en la dirección quiero incentivar que nuestros grupos de investigación los soliciten. Generalmente, son proyectos de cuatro años que permiten contratar personal predoctoral y posdoctoral, lo que nos daría un respiro.
En segundo lugar, el CSIC está intentando encontrar vías para una contratación no funcionarial pero relativamente indefinida. Son figuras de contratación muy nuevas que están empezando a ponerse en marcha para la estabilización de personal posdoctoral con experiencia. Veremos cómo funciona, aunque el número de plazas es muy limitado.

 

-Al margen del aspecto económico, recientemente algunos responsables de centros del CSIC han criticado la situación actual de este organismo, llegando a calificarla de caótica. ¿Qué opina?
-Hubo un punto de inflexión, cuando el presidente tuvo que salir a la prensa a decir que el CSIC quebraba, reclamando al Ministerio una partida extraordinaria. Parecía que la institución se tambaleaba, pero el CSIC tiene muchos años de historia detrás. El Ministerio aportó esa financiación extraordinaria y en los últimos dos años parece que se ha recuperado, pero el problema principal es la conversión plena en agencia estatal, un asunto que se ha negociado sin llegar a resolverse. La cuestión administrativa estrangula al CSIC. El presidente ha reclamado la creación de la agencia con su propio contrato de gestión para que el Consejo tenga más autonomía de gestión de los fondos propios, como ya tienen las universidades. Depender del Ministerio hace que cualquier trámite sea complicado, farragoso y largo.

 

-El CSIC ya lleva el nombre de Agencia Estatal. ¿Cuál es el problema para que no se haya desarrollado como tal?
-El CSIC ha realizado un gran esfuerzo para sanear sus cuentas y, ahora, una mayor autonomía de gestión es la pieza que falta para seguir adelante de forma competitiva. La Agencia Estatal se creó, pero el contrato de gestión aplicable a esta Agencia, aunque se redactó, nunca se ha firmado. Esta cuestión sigue en debate entre los ministerios correspondientes, y sería deseable que se agilizara esa firma para poder dar un impulso mayor a las actividades del CSIC.

 

-Si la solicitud de proyectos europeos es una de las opciones, ¿cuáles son los puntos fuertes del IRNASA para poder conseguirlos?
-Dentro del programa Horizonte 2020 hay varias posibilidades. Nosotros nos dedicamos al sector agropecuario y centramos nuestras investigaciones en asuntos como la recuperación de suelos contaminados, la mejora de los cultivos para obtener una mayor productividad o la mejora de la sanidad animal, entre otros. Todos esos temas están dentro de las prioridades europeas, así que partimos de un punto en el que tenemos cierta ventaja. Además, a la hora de solicitar fondos INTERREG también somos fuertes, porque se piden entre países limítrofes y las investigaciones que realizamos de cara al desarrollo rural es algo que también interesa a nuestros vecinos de Portugal. Sus problemas agropecuarios son similares a los nuestros y contamos con la finca experimental del IRNASA, que puede ser la base de muchos proyectos.

 

-¿Y qué le puede ofrecer el IRNASA a su entorno más cercano?
-Por ejemplo, realizamos análisis de suelos que permiten a los agricultores decidir cómo deben actuar para tener una mayor productividad, gracias a un convenio con la Diputación. Otro ejemplo es el contrato que nos permite investigar la micorrización de encinas con trufa, un proyecto que podría hacer más viable el campo charro. Además, con los sindicatos agrarios estamos estudiando el parásito del género Varroa, que afecta a las abejas. Asimismo, contamos con especialistas en ingeniería agrícola y veterinaria para explotar las posibilidades de la finca.

 

-¿También tienen relación con empresas?
-El CSIC se ha dado cuenta de que esa relación es muy importante y se está potenciando. Por ejemplo, esta semana tenemos una reunión entre empresas privadas del cluster Vitartis [la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León] y los centros del CSIC del área centro-norte. Vamos a comenzar a explicar a las empresas lo que hacemos y cómo les puede ser de utilidad.

 

-¿Qué les pueden ofrecer?
-La finca tiene sus propias instalaciones preparadas para realizar casi cualquier ensayo en el ámbito de la productividad agraria, y el conocimiento de nuestro personal es de aplicación inmediata en este campo, incluyendo mejora de cultivares, recuperación de suelos, etcétera. En animales, podemos, por ejemplo, probar nuevos piensos para aumentar la productividad o la fertilidad. Se abren posibilidades muy interesantes y casi todo el conocimiento que se genera en el IRNASA está volcado al ambiente agropecuario que nos rodea. Además, estamos organizando visitas a la finca para intentar ser más conocidos por los profesionales de nuestro entorno.

-En los últimos años, ¿los agricultores, los ganaderos y las administraciones se han mostrado más sensibles hacia el trabajo científico que realizan ustedes?
-Los organismos públicos perciben cada vez de forma más clara que el trabajo de los institutos agrarios del CSIC es aplicable a los problemas de este sector, un motor económico indudable en lugares como Castilla y León. En los últimos años ha habido un salto cualitativo, tanto el público general como las instituciones públicas y los profesionales del campo conocen mejor lo que hacemos y las soluciones que podemos ofrecer, pero todo es mejorable.

 

-En materia de investigación, la institución de referencia en esta provincia es la Universidad de Salamanca. ¿Qué vínculos mantienen con ella?
-Tenemos una relación muy fuerte por razones históricas pero también por intereses comunes en líneas de investigación, especialmente con el CIALE [Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias]. Hay unidades asociadas que integran investigadores del CSIC y del CIALE, nuestros científicos entran a formar parte de sus programas de doctorado y muchas veces se desarrollan tesis doctorales codirigidas. Aunque estemos apartados de los campus físicamente, estamos muy cerca en cuanto a intereses investigadores.