Alimentación Costa Rica , Costa Rica, Jueves, 29 de octubre de 2015 a las 09:55

“Hoteles” para abejas, una opción para su conservación

La mayorías de las plantas son polinizadas por insectos, principalmente abejas; sin embargo, factores como disminución de hábitat, uso de plaguicidas, enfermedades y cambio climático, disminuyen sus poblaciones

UNA/DICYT Con el objetivo de promover la conservación de la diversidad de abejas nativas en el país y fomentar el conocimiento sobre su importancia, el Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales de la Universidad Nacional (Cinat-UNA), en el marco de las actividades que realiza el Programa Integrado de Meliponicultura (PIM), instaló dos “Hoteles para abejas”; el primero, desde noviembre del año anterior, ubicado en el campus Benjamín Núñez – el cual alberga al menos dos especies de abejas- y el segundo recién instalado en conjunto con el programa de voluntariado “UNA ventura”, en el campus Omar Dengo.

 

“En el mundo hay cerca de 20.000 especies de abejas, la mayoría de ellas son solitarias; es decir, no se agrupan en colonias. Las estructuras que colocamos sirven como hospederos para este tipo de abejas, cuya función principal es la de polinizar plantas”, explicó Ingrid Aguilar, coordinadora del PIM e investigadora del Cinat-UNA.


Los hoteles de abejas pueden albergar especies solitarias o sociales así como avispas, arañas y hormigas. El Cinat-UNA cuenta además con un meliponario, estructura para el manejo y reproducción de abejas sociales del grupo meliponini (abejas sin aguijón). Ambos tipos de espacios son construidos con elementos como madera, tierra o barro, que facilitan a las abejas establecer sus nidos.

 

El desarrollo de los hoteles comenzó en 1950 en los Estados Unidos, para la polinización de la alfalfa con abejas de la especie Megachile rotundata (abeja corta hojas). Estas estructuras se han venido usando también para estudios ecológicos y recientemente en jardines urbanos para la conservación de los polinizadores nativos; su uso se ha extendido a Canadá y Europa; sin embargo, la del Cinat-UNA es la primera experiencia que se conoce a nivel centroamericano.

 

“El 80% de las plantas silvestres son polinizadas por insectos, en su mayoría abejas; factores como la disminución de su hábitat, la introducción de especies exóticas, uso de plaguicidas, patógenos y cambio climático afectan las poblaciones de abejas nativas y por ende al ser humano. Una forma de ayudar es tener en nuestros jardines una comunidad diversa de plantas con flor y hoteles para las abejas”, detalló Aguilar.


Carlos Vargas es apicultor y artesano de la zona de Tacares de Grecia, y él tiene como misión preparar las estructuras que instala el Cinat-UNA. “Todo se construye con material reciclado y se le colocan distintos sustratos para que llegue a habitar no solo una especie de abeja sino varias e incluso otros insectos. Yo las comercializo en forma de casitas o troncos y hay en distintos tamaños”, dijo Vargas.

 

De acuerdo con Aguilar cualquier persona que lo desee puede tener un hotel para abejas. “El objetivo de estas estructuras es la conservación, se pueden colocar en el patio de la casa y las abejas van a llegar, así usted contribuirá a la conservación; al igual que en el medio silvestre, se recomienda tener cuidado de no tomarlas con las manos porque muchas de las especies de abejas solitarias tienen aguijón, pero con la ventaja de que no son defensivas, lo cual hace posible estar muy cerca de ellas y observarlas”.

 

Los investigadores pretenden instalar en conjunto con municipalidades y escuelas, más de estas estructuras en el cantón de Curridabat, y otras comunidades de Guanacaste. Los desarrolladores de este proyecto pretenden que los hoteles de abejas funcionen con varios propósitos como promover la educación, promoción de interés de las personas, estudios de biología para fines académicos o aficionados e iniciar un proceso de sensibilización para que las personas tengan mayor conocimiento de las abejas y el papel que cumplen en el ambiente.