Ciencia España , Salamanca, Jueves, 19 de noviembre de 2015 a las 14:23

Un cambio de paradigma para acabar con los barrios marginales

Salamanca acoge mañana su primer evento TEDx, que contará con charlas muy diversas bajo el lema ‘Invertir en futuro’

José Pichel Andrés/DICYT La Universidad Pontificia de Salamanca acogerá mañana el evento TEDxCalledelaCompañía, una serie de charlas inspiradoras bajo el lema ‘Investing in future’ (‘Invertir en futuro’). La mayoría de los ponentes pertenecen al ámbito de la investigación científica de la propia ciudad, pero también estará presente el arquitecto chileno Roberto Goycoolea, profesor e investigador de la Universidad de Alcalá. Dentro del espíritu de innovación de este encuentro, este experto hablará de una nueva propuesta para abordar el problema de los barrios marginales.

 

“Muchas veces se ha optado por eliminar las chabolas construyendo barrios nuevos y eso no funciona, porque se generan guetos y lugares condenados a la marginación”, asegura en declaraciones a DiCYT. Entregar viviendas no contribuye a solucionar los problemas de fondo y el fracaso está asegurado.

 

Su propuesta es cambiar radicalmente la forma de abordar el problema a partir de una investigación multidisciplinar en los propios barrios que tenga en cuenta las necesidades de la población para diseñar “programas de construcción del hábitat”, una idea que ya está empezando a funcionar en Latinoamérica.

 

“Los propios habitantes de estos lugares construyen talleres o montan pequeñas empresas”, explica. El objetivo es que los pobladores de una zona sientan que el lugar donde viven les ofrece cierta seguridad de cara al futuro, “solo así invertirán en mejorarlo”. Por el contrario, diseñar desde arriba planes ideales sin tener en cuenta las necesidades de los habitantes lleva al fracaso.

 

Desde el punto de vista social y económico, este asunto tiene la máxima trascendencia, ya que las condiciones que se encuentra una persona en su entorno, aunque no determinan su vida por completo, sí la pueden marcar decisivamente. Sin ir más lejos, “en Madrid hay 20 años de diferencia entre la esperanza de vida de algunos barrios y las zonas de chabolas”, apunta Goycoolea.

 

En el mundo 1.200 millones de personas viven por debajo de lo que se considera un “hábitat básico”, que incluye una vivienda segura y acceso al agua. Aproximadamente, un 40% de la población mundial alcanza ese umbral pero no lo supera, lo que significa que pueden tener acceso al agua a menos de 200 metros y letrinas compartidas.

 

‘Smart cities’ y chabolismo

 

Todo indica que el futuro en África, Latinoamérica y Asia estará marcado por ciudades en las que convivan dos extremos opuestos: lugares modernos controlados por alta tecnología junto a barrios marginales. La concentración de riqueza en manos de unos pocos apunta en esa dirección, sobre todo teniendo en cuenta que la mitad de la población sobrevive con menos de dos dólares al día. Incluso en Europa el chabolismo alcanza a un 6% de la población y hasta un 15% habita viviendas precarias.

 

Las principales líneas de investigación relacionadas con la arquitectura y el urbanismo se centran en el desarrollo de ciudades inteligentes (conocidas por el término inglés ‘smart cities’), el uso de nuevos materiales para la construcción, el ahorro energético y la resolución de los problemas de transporte. Por el contrario, resolver el problema de los barrios marginales a través de una investigación multidisciplinar no “entra en las agendas” porque “para los países ricos, que son los que manejan los recursos, el problema del chabolismo es puntual”.

 

Otros desafíos de un futuro cercano como el cambio climático también influirán, ya que en África y en Asia se incrementarán las migraciones hacia las grandes ciudades y, a su vez, esta circunstancia revertirá en la necesidad de más materiales para la construcción, que se realiza casi siempre a partir de recursos naturales.

 

“El 90% de las construcciones del mundo no las hacemos los arquitectos”, comenta Goycoolea, así que la solución a los problemas de urbanismo no puede llegar en exclusiva de este colectivo. En general, la respuesta a la marginalidad y al chabolismo no puede ser exclusivamente técnica ni puede proceder de ideas fijas acerca de cómo debe ser una ciudad.