Salud Brasil , Brasil, Miércoles, 27 de enero de 2016 a las 09:41

Un nuevo método podrá mejorar el diagnóstico del cáncer de tiroides

En una investigación se identificó un conjunto de genes que sirven como biomarcadores para la detección del carcinoma papilar tiroideo y para determinar qué pacientes se encuentran en riesgo de compromiso linfonodal

AGÊNCIA FAPESP/DICYT Investigadores del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología en Oncogenómica (INCITO), del A.C. Camargo Cancer Center, en Brasil, identificaron un conjunto de genes que sirven como biomarcadores para el diagnóstico de la forma con mayor prevalencia de cáncer de tiroides.

 

Este descubrimiento hizo posible la creación de un método preciso, barato y rápido para la detección del carcinoma papilar tiroideo, para el cual se ha solicitado la patente.

 

Los resultados de este estudio, realizado durante el doctorado de Mateus de Camargo Barros Filho, se dieron a conocer en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

 

La investigación fue dirigida por Luiz Paulo Kowalski, coordinador del INCITO, uno de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología (INCTs) del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), apoyados por la FAPESP en São Paulo. Silvia Rogatto, miembro del INCT y docente de la Facultad de Medicina de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) de la localidad de Botucatu, fue codirectora del proyecto.

 

“La biopsia mediante punción aspirativa con aguja fina constituye actualmente el principal método destinado a determinar si un nódulo de tiroides es benigno o maligno. Pero en alrededor del 20% de los casos el resultado es indeterminado y, por precaución, el paciente es sometido a la cirugía para la extirpación de la glándula. No obstante, análisis posteriores revelan que en el 60% de los pacientes con diagnóstico indeterminado la cirugía sería innecesaria”, comentó Rogatto.

 

Aunque es posible efectuar la reposición artificial de las hormonas producidas por la tiroides, comentó Rogatto, la extirpación quirúrgica de la glándula suele generar efectos adversos y requerir tratamiento por el resto de la vida. “En algunos casos, la paratiroides deja de funcionar y el paciente se vuelve dependiente de suplemento de calcio. Se produce un descontrol en la absorción de fósforo, magnesio y otros minerales importantes para el organismo”, dijo.

 

Según el banco de datos Surveillance, Epidemiology and End Results (SEER), del National Cancer Institute (Estados Unidos), la incidencia del cáncer de tiroides se ha triplicado durante los últimos 35 años. En Brasil, el Instituto Nacional del Cáncer (Inca) estimó 9.200 casos nuevos en 2014, de los cuales 8.050 se detectaron en mujeres.

 

Estudios brasileños indican que la ciudad de São Paulo presenta una de las mayores tasas, con un aumento de la incidencia incluso superior al de Estados Unidos. Entre las causas apuntadas se encuentra la mejora en el diagnóstico, gracias al examen de ecografía con punción con aguja fina.

 

“Este aumento en la incidencia de cáncer tiroideo se atribuye casi exclusivamente al carcinoma papilar de tiroides (CPT), que es el subtipo más frecuente. Si bien estos tumores tienen en general un buen pronóstico, representan un problema de salud pública debido a que son muy comunes y requieren procedimientos quirúrgicos”, comentó Rogatto.

 

La búsqueda de biomarcadores

 

Con el objetivo de aumentar la precisión diagnóstica y disminuir la cantidad de cirugías innecesarias, el grupo del INCITO inició en 2011 una búsqueda de marcadores moleculares que ayudasen a diferenciar las lesiones benignas de las malignas.

 

Este estudio se realizó con muestras de tejido de tiroides de más de 350 pacientes extraídas quirúrgicamente y almacenadas en el biobanco del A.C. Camargo Cancer Center. Se incluyeron muestras con diagnóstico de cáncer y lesiones benignas confirmadas histopatológicamente, como así también muestras no neoplásicas. En esta casuística también se encontraban los casos indeterminados.

 

Mediante un método conocido como microarray, los investigadores analizaron la expresión de transcritos codificadores de proteína, los ARNs mensajeros.

 

“Inicialmente realizamos estudios con muestras pareadas, es decir, comparando el perfil de expresión del tejido normal y el tumoral de un mismo individuo. Luego comparamos diversas muestras de tejidos normales con varias muestras de tumores no pareadas. Por último, comparamos el perfil final de los análisis realizados con muestras pareadas y no pareadas y encontramos una enorme coincidencia de resultados”, comentó Rogatto.

 

Posteriormente, se procedió a la validación de los biomarcadores en un grupo distinto de muestras (138 pares de carcinoma papilar y tejido no neoplásico adyacente) de tejido tiroideo con bancos de datos externos almacenadas en el banco del The Cancer Genome Atlas (TCGA), un consorcio vinculado al National Cancer Institute que reúne datos genómicos y clínicos de pacientes de diversos países, y del Gene Expression Omnibus (GEO).

 

“Observamos una identidad muy grande, lo cual muestra que nuestros hallazgos tienen validación externa y no son específicos de la población brasileña”, dijo Rogatto.

 

Con la ayuda de herramientas estadísticas, los investigadores seleccionaron una lista de genes que permitiese diferenciar nódulos benignos y malignos. Las primeras validaciones se realizaron mediante simulaciones computacionales, hasta llegar a un grupo de cinco genes que presentaron alta selectividad y especificidad para identificar el carcinoma papilar de tiroides.

 

“Tres de esos genes aparecen expresados diferentemente en el tumor, y los otros dos sirven como referencia”, explicó la investigadora.

 

Se desarrolló un método destinado a evaluar la expresión de esos cinco genes blanco mediante un ensayo basado en la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en tiempo real, patentado por el grupo del INCITO. Según Rogatto, este análisis también permite identificar a los pacientes con mayor riesgo de compromiso de los linfonodos cervicales y que, por ende, demandan una cirugía más agresiva.

 

“Es posible efectuar el ensayo con una pequeña muestra de tejido, con un bajo costo. Estimo que sería factible desarrollar un kit de diagnóstico sumamente útil en la práctica clínica”, dijo Rogatto.

 

Pero antes, el grupo pretende validar el método con tejido tiroideo obtenido mediante biopsia. “Estamos aguardando la autorización del Comité de Ética de nuestra institución para probar la metodología en restos de tejidos sobrantes luego de exámenes citológicos que se realizan después de la biopsia”, comentó.

 

Simultáneamente, el grupo del INCITO trabaja en la validación de otros biomarcadores que permitan diferenciar el carcinoma papilar de otros subtipos de cáncer de tiroides menos frecuentes y más agresivos, tales como el carcinoma folicular y el carcinoma anaplásico.