Salud México Ciudad de México, México, Viernes, 26 de febrero de 2016 a las 17:02

Estudian propiedades antidiabéticas de una planta ornamental amenazada en sus poblaciones naturales

El equipo científico de la UAM ha trabajado con bromelias en comunidades de Oaxaca y ahora en el Estado de México

AGENCIA ID/DICYT En México existen unas 400 especies de bromelias, plantas que en general viven en los árboles con peculiares características, pues se alimentan de la humedad y de las partículas de aire que absorben sus hojas a través de los “pelos” que en ellas crecen. Se distinguen también porque sus raíces no son funcionales como las plantas terrestres, que requieren de sustratos del suelo para sobrevivir, de manera que se adaptan a vivir prácticamente en cualquier lugar.

 

En Europa, Estados Unidos, Australia y China, entre otros países, son cotizadas como las cactáceas u orquídeas a precios altos. De las 75 especies medicinales de bromelias en nuestro país, tres de ellas son motivo de estudio en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I) y hasta ahora se reconocen en ellas propiedades para controlar glucosa en sangre y la proliferación de células cancerígenas.

 

Tal vez la especie más popular de bromelia es el heno que en Navidad se emplea en los nacimientos o como adorno en los hogares, razón por la cual está desapareciendo de los bosques mexicanos.

 

“El heno no tiene raíces y la gente no sabe que puede crecer muy fácil, así que lo práctico es tirarlo a la basura. En la UAM-I es motivo de investigación científica por parte de un grupo multidisciplinario para conocer cómo actúa en el tratamiento de la diabetes”, menciona la doctora en Botánica María Flores Cruz, del departamento de Biología de la unidad Iztapalapa.

 

Explica que la familia Bromeliaceae es tan noble como rara, dada su morfología, pues se alimenta por sus hojas de la humedad del aire, del que toma partículas y nutrientes para sobrevivir.

 

El equipo científico de la UAM ha trabajado con bromelias en comunidades de Oaxaca y ahora en el Estado de México, donde han hecho estudios etno-botánicos mediante encuestas en comunidades, para después llevarlas al laboratorio. De esta forma tienen registros de la biología de la planta, el hospedero (el árbol donde crece y en qué condiciones) donde se distribuye, así como el uso que le da la gente.

 

A la investigación se unieron especialistas del departamento de Ciencias de la Salud y el laboratorio de Farmacología de la UAM-I y obtuvieron un extracto de la planta que se ha suministrado, en diferentes dosis, a ratones a los que se ha provocado aumento de glucosa en sangre. Se dio un seguimiento diario a los roedores para conocer su evolución y el resultado es que se encuentran en muy buenas condiciones y con niveles de azúcar controlados.

 

“Lo que sigue es probar al 100 por ciento la toxicidad de la bromelia para reconocer efectos secundarios en otros órganos y luego se harán pruebas en personas, a lo que aspiramos se realice el próximo año. Para ello, se considera trabajar posiblemente con un biotecnólogo en el desarrollo de un producto que se comercialice en sobres de té, que es como mejor lo acepta el paciente.

 

“Sin embargo, se trata de un tema delicado, pues si alguien lee que el heno ayuda a personas con diabetes se corre el riesgo de que lo administren sin control y sin conocimiento de su toxicidad. Quienes venden plantas medicinales saben que pueden aliviar un problema, pero desconocen que pueden generar otros y dañar órganos. Ni siquiera saben la cantidad a administrar, y llevar una planta a bolsitas de té implica muchas horas de laboratorio, de experimentación, de pruebas”, refiere la doctora Flores Cruz.

 

La especialista en diversidad biológica, manejo y conservación de recursos añade que otro riesgo tiene que ver con el saqueo en las zonas donde crecen estas plantas. “Se trata de una ignorancia brutal a varios niveles, desde los pobladores hasta las autoridades de protección y preservación quienes no piden asesoría técnica a especialistas para los usos de las plantas, entre ellos los medicinales. Es indignante que así suceda en el país”.

 

En relación a la ignorancia que impera en México, la investigadora de la UAM-I refirió otro ejemplo. “En el norte del país se da otra especie de bromelia que es satanizada porque se cree que al crecer en los árboles los daña; pues sobre la misma planta hay estudios científicos en EU que han derivado en una patente de la que se comercializa un producto para tratamiento de cáncer de próstata. En México es muy abundante, se conoce como pascle y sobre ella se hacen campañas para quemarla y enterrarla”.

 

Finalmente, la doctora Flores Cruz reitera que en nuestros días cualquiera se dedica a la herbolaria y puede recetar, y eso es bastante grave porque no se conocen los efectos secundarios de ciertas plantas, no hay metodología científica en lo que se ofrece al público, y ello puede ser de graves consecuencias.

 

En conjunto con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, el Colegio de Postgraduados Texcoco, y el Centro para la Sustentabilidad, la UAM-I tiene en marcha el Centro Universitario de Investigación y Conservación de Bromelias Mexicanas, ubicado en Tlalmanalco, Estado de México. Dirigido por la doctora Flores Cruz, el Centro preserva ejemplares provenientes de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Veracruz.