Espacio Chile , Atacama, Lunes, 12 de septiembre de 2016 a las 10:17

El Observatorio ALMA usa “visión doble” para estudiar el material gaseoso de una galaxia

Por primera se ha combinado la emisión de PKS0439_008_04, una galaxia cercana, al mismo tiempo que la absorción de un cuásar lejano situado en el mismo eje de visión

ALMA/DICYT Un equipo de investigadores usó el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) para lograr el estudio más completo a la fecha sobre el gas molecular de una galaxia, combinando por primera vez dos técnicas distintas, al observar la emisión de PKS0439_008_04, una galaxia cercana, al mismo tiempo que la absorción de un cuásar lejano situado en el mismo eje de visión.

 

Normalmente, los astrónomos estudian los gases moleculares (que alimentan los procesos de formación estelar) ya sea analizando la emisión de las galaxias o bien su absorción. En el primer caso, estudian las emisiones de radio emanadas naturalmente del gas que atraviesan la galaxia y su halo de expansión. En el segundo caso, examinan la luz de objetos más distantes, como un cuásar brillante, y su absorción al atravesar la galaxia.

 

“Hasta ahora, en los estudios sobre la absorción de la luz de los cuásares los telescopios eran ‘ciegos’ a las emisiones menos intensas y mucho más difusas de las galaxias”, explica Marcel Neeleman, del Observatorio Lick (Universidad de California, EE.UU.), autor principal de un artículo publicado en The Astrophysical Journal Letters. En este estudio, los astrónomos lograron detectar directamente las débiles señales emitidas por el monóxido de carbono presente en la galaxia.

 

Al comparar estas emisiones con la absorción de la luz del cuásar, los investigadores descubrieron que la mayor parte del fenómeno de absorción no ocurría en el disco de la galaxia, sino en el difuso gas que la envuelve, un gas que sería prácticamente imposible de detectar de otra manera.

 

De estos resultados se desprende que hay una gran cantidad de gas molecular que no forma parte de la galaxia, sino que la envuelve. “Podríamos estar presenciando un proceso de reciclaje de material que, en algunos miles de millones de años, podría volver a gatillar un brote de formación estelar”, concluye Neeleman.

 

La galaxia, conocida como PKS0439_008_04, se encuentra a unos 1.400 millones de años luz de la Tierra, mientras que el cuásar PKS0439-433 se sitúa a 7.300 millones de años luz. Ambos se encuentran en dirección de la constelación de Caelum.