Ciencia España , Valladolid, Jueves, 22 de septiembre de 2016 a las 12:34

Estudiantes de la UVa emplean sus Trabajos Fin de Grado para mejorar la salud materno-infantil en una ciudad de Benín

La iniciativa se enmarca en el trabajo que lleva a cabo OAN International, una ONG creada por estudiantes universitarios cuyo fin es mejorar las condiciones de vida de Nikki, uno de los municipios más pobres del país africano

Cristina G. Pedraz/DICYT Un grupo de estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid (UVa) ha puesto en marcha un proyecto de cooperación al desarrollo cuyo objetivo es reducir la morbimotalidad materno-infantil durante el parto en la zona de Nikki, al norte de Benín. Este pequeño país, ubicado en la costa de África occidental, cuenta en la actualidad con una desmesurada tasa de mortalidad en el parto, cercana al 10% en el caso de los niños y al 3% en el de las madres.

 

La iniciativa se enmarca en el trabajo que lleva a cabo la ONG OAN International –Objetivo Analizar Nikki-, un proyecto ideado por estudiantes universitarios que se basa en la aplicación de Trabajos Fin de Grado (TFG) o Trabajos Fin de Master (TFM) a la mejora de las condiciones de vida de la población de Nikki.

 

En el caso de la Delegación de OAN International en la Universidad de Valladolid, presidida por el estudiante de Medicina Miguel Ángel Rojo, el trabajo se ha centrado principalmente en tratar de disminuir la mortalidad materno-infantil, lo que constituye el principal indicador de salud pública de un país y de su calidad asistencial.

 

A través de TFG tutorizados por profesores profesionales sanitarios, los estudiantes han realizado un estudio previo de todos los factores relacionados con el parto en los tres ámbitos habituales de alumbramiento en Nikki (doméstico, centro de salud y hospital), con el fin último de identificar los problemas causantes de la elevada tasa de morbimortalidad y proponer futuras líneas de actuación.

 

“Estos trabajos son la manera más sencilla de encajar el proyecto de un universitario en la cooperación. También nos permite acceder a becas y ayudas específicas en cooperación y, además, nos ofrece el acceso a profesionales para tutorizar ese trabajo, de forma que ya no se trata de un proyecto de un estudiante, sino de un estudiante tutorizado por profesionales de la sanidad. Por ejemplo, este curso hemos contado con el apoyo de ocho profesionales de los hospitales Río Hortega y Clínico de Valladolid”, explica Miguel Ángel Rojo.

 

Como herramientas de investigación, los estudiantes han adaptado la checklist o lista de comprobación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre las actuaciones y consideraciones básicas de un parto en el ámbito de cooperación al desarrollo. Se trata así de recopilar la mayor información posible en cuatro momentos: al ingreso de la madre, justo antes del comienzo del parto natural o cesárea, al nacer el niño, y antes del alta. A esta información se incorporan datos sociodemográficos de la madre o datos sobre VIH y malaria en Nikki, entre otros.

 

También se han utilizado cuestionarios para mujeres en edad fértil, que sirven para conocer los condicionantes sociales detrás del parto (como el número de hijos tenidos en Nikki, dónde fueron dados a luz, el motivo de esta decisión o su satisfacción al respecto), y se han realizado 11 entrevistas con personal que habitualmente atiende partos: curanderos, parteras, matronas y personal médico. Del mismo modo, se han organizado sendos encuentros con hombres y mujeres para conocer su opinión en torno a las posibilidades que ofrece su población para llevar a cabo el acto de dar a luz, y las instituciones o personas encargadas de ello.

 

Próximo objetivo: conseguir una furgoneta medicalizada

 

Una vez analizados todos estos datos y conocidas las causas de esa elevada tasa de morbimortalidad, el objetivo de los estudiantes es plantear unas líneas de actuación que, junto con la participación activa de los agentes locales, consiga una mejora de las condiciones sanitarias en torno al proceso de gestación y parto en Nikki. Por ejemplo, se prevé actuar en la prevención de infecciones perinatales, las complicaciones derivadas de la preeclampsia o la mejora de los protocolos de cesáreas.

 

“Aunque aún tenemos que analizar a fondo los datos, uno de los problemas que se ha observado es que la consulta prenatal no llega a toda la población. Por ello, nuestro próximo objetivo será equipar una furgoneta para, en un futuro, hacer consulta prenatal en los pueblos, que es donde hemos visto que fundamentalmente no se llega y no se realiza ningún tipo de seguimiento en los nueve meses de embarazo, lo que incrementa la mortalidad”, subraya el responsable de OAN Valladolid.

 

De este modo, uno de los aspectos fundamentales de esta iniciativa y del trabajo que realiza OAN International, en general, es la concienciación de la población local. En este sentido, la ONG plantea la celebración de talleres en colegios y con distintos colectivos para sensibilizar sobre temas relacionados con el parto, pero también sobre otros asuntos como la prevención de malaria o el valor del agua potable.

 

Investigación estudiantil al servicio de la cooperación

 

OAN International cuenta actualmente con seis delegaciones, cuatro en Madrid y una en Valencia, además de la de Valladolid. El proyecto surge hace tres años a iniciativa de su actual presidente, Daniel Alfaro, tras un viaje realizado por este a Benín para trabajar como voluntario junto a otros jóvenes. La cruda realidad de uno de los países más pobres del mundo motivó que ocho jóvenes universitarios comprometidos decidieran dar el paso y ayudar a contribuir al cambio en Nikki con la fundación de una ONG.

 

“OAN International no es una ONG que solo se dedica a un ámbito. Trata de realizar un análisis transversal de todas las variables que afectan a una población que sufre la pobreza y trabaja a la vez en todos los ámbitos sociales utilizando la ingeniería, la medicina o la educación, entre otros, para ayudar a esa población. Queremos darles más oportunidades para desarrollar sus posibilidades, como mejorar el mercado laboral, ofrecer más formación, cubrir sus servicios básicos, etc.”, explica Miguel Ángel Rojo.

 

Hoy día OAN cuenta con más de 40 voluntarios y 120 socios. Además del proyecto biosanitario que se desarrolla desde Valladolid, los universitarios que forman parte de la ONG han puesto sus TFG y TFM al servicio de la mejora de las condiciones de vida en Nikki en múltiples vertientes.

 

Este verano se han llevado hasta la zona varios proyectos, tanto de investigación como de implementación real, no solo de estudiantes españoles, sino también de alumnos benineses de la Universidad de Parakou, ya que el objetivo es que exista una colaboración entre ambas culturas y crear relaciones entre universitarios en ambos países. Por ejemplo, estudiantes han contribuido a crear una empresa social dedicada a la manteca de karité -un potente cosmético-, han desarrollado cocinas mejoradas para las cooperativas de soja y han creado filtros de agua de bajo coste, entre otros trabajos. Pequeños granitos de arena que aportan luz al futuro de Benín.