Tecnología Perú , Perú, Miércoles, 09 de noviembre de 2016 a las 09:12

La PUCP investiga con drones a más de 5.000 metros de altura

El Grupo de Investigación de Sistemas Aéreos No Tripulados de la PUCP voló un dron sobre el glaciar Suyuparina, en Cuzco, a 5,650 metros, e hizo un modelo digital que facilitará su estudio

PUCP/DICYT A 5.000 metros de altitud, el aire tiene alrededor de la mitad de la densidad que al nivel del mar. Eso no solo significa que, al respirar, la cantidad de oxígeno que ingresa a los pulmones es menor, sino también que si un avión quiere volar, encontrará menos moléculas que sostengan su peso. La nave requiere de mayor empuje y las baterías duran hasta cuatro veces menos. Pero nada de eso detuvo al Grupo de Investigación de Sistemas Aéreos No Tripulados de la PUCP (GI-SANT PUCP), que logró sobrevolar el glaciar Suyuparina, en Cuzco, tomar fotos de alta calidad y construir un Modelo de Elevación Digital (DEM, por sus siglas en inglés) que servirá para monitorearlo. “Ha sido un experimento exitoso. Asumimos un reto, y hemos volado y generado un DEM”, resume el Lic. Andrés Flores, coordinador del grupo y docente del Departamento de Ingeniería.

 

La mañana del sábado 20 de agosto, el sol brillaba con pocas nubes sobre la ciudad del Cuzco. El Lic. Carlos Saito, experto del grupo, el Lic. Juan Paredes, miembro encargado del software, y Oswaldo Terrazas, aeromodelista con veinte años de experiencia, salieron hacia el distrito de Pitumarca, a dos horas de Cuzco. Era el punto intermedio desde donde partirían hacia el glaciar.

 

Al día siguiente, el grupo se despertó a las 3:30 a.m. y viajó casi cuatro horas en una trocha afirmada que serpenteaba por caminos empinados. A medida que el sol despuntaba, el imponente Ausangate, con sus 6.384 metros de altitud, destacaba en la Cordillera del Vilcanota, pero recién pasadas las 8 a.m. aparecieron las paredes de hielo del Suyuparina, bajo un colchón de nubes que cubría la luz del sol.


Gigante blanco

 

“El Suyuparina es un glaciar que, con mucho esfuerzo, se ha empezado a monitorear hace unos años. Va desde los 5.100 hasta los 5.500 metros de altitud, así que hay que tener buena condición física para visitarlo, y su zona alta es muy peligrosa porque tiene varias grietas. No es nada fácil de estudiar, y medir su balance de masa de manera manual es un proceso largo y muy complicado”, describe el M.Sc. Fabian Drenkhan, docente del Departamento de Humanidades e investigador de la Universidad de Zúrich especializado en teledetección y geografía de alta montaña. El año pasado, él contactó al profesor Flores para explorar el sobrevuelo de glaciares con drones, y probar herramientas que permitan un monitoreo regular y eficiente de estos.

 

Con ese objetivo, en octubre del 2015, el GI-SANT PUCP realizó un vuelo puntual sobre el Suyuparina con un dron de seis hélices tipo helicóptero, en asociación con la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, cuyo equipo monitorea el glaciar desde el 2013 junto a la Universidad de Zúrich. Pero esta vez el reto era mayor. En el marco del Proyecto Glaciares + -financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) y ejecutado por CARE Perú y la Universidad de Zúrich-, se apuntaba a hacer un DEM de mayor amplitud y detalle.

 

Y el domingo 21, el Suyuparina dejó en claro que la tarea no sería fácil. La pericia de Saito y Oswaldo Terrazas logró hacer despegar al dron, pero las nubes bajas y una ventisca de nieve anularon su visibilidad. Además, el terreno rocoso y escarpado rompió su hélice cuando este tocó tierra. Aunque el grupo esperó hasta las 4 p.m., el clima no mejoró. No era el día indicado.


Misión exitosa

 

Felizmente, el lunes por la mañana las condiciones climáticas fueron casi perfectas. “En un solo vuelo de veinticuatro minutos hemos cubierto alrededor de 17 hectáreas. Despegamos cerca a los 5.100 metros y Oswaldo dirigió el dron trescientos metros más arriba. Luego se lanzó en modo autónomo hacia un primer punto sobre el glaciar, a 5.650 metros, desde donde dibujó siete líneas en las que tomó 130 fotos”, describe Saito.

 

“Usamos una técnica que se conoce como fotogrametría: un algoritmo busca puntos en común en las fotos, que están georreferenciadas, para generar un volumen en 3D”, explica Flores, quien señala que aunque el resultado es bastante bueno, trabajan en mejorar la precisión del modelo con GPS más avanzados o colocados como puntos fijos en el suelo.

 

Drenkhan, además, pone este vuelo en una perspectiva más amplia: “Volar drones a esta altura, para estos fines, es algo muy reciente y desafiante en el mundo. Yo solo conozco un ejemplo en Nepal y otro en la Cordillera Blanca, también en Perú. Ya se logró el DEM y, desde el lado analítico, se abre la posibilidad de hacer monitoreos amplios y estandarizados a largo plazo, en otras cordilleras, a través de estos medios. Las oportunidades son grandes”.

 

Sin duda, las complejidades vividas han fortalecido al GI-SANT PUCP y demuestran sus capacidades sobre el terreno. “Estamos felices de haber superado este desafío. Nosotros desarrollamos la electrónica y la aeronáutica, pero estamos a disposición de quienes quieran usar esta tecnología. Los drones son, al fin y al cabo, una herramienta que se tiene que combinar con otras disciplinas”, indica Flores. Que los retos, y los éxitos, sean la constante.