Alimentación Chile , Chile, Martes, 03 de enero de 2017 a las 11:06

Investigadores logran cultivar una de las especies de microalgas más dañinas para los peces

Alejandra Aguilera, busca profundizar en los misterios que esconde la Pseudochattonella cf. verruculosa, especie que provocó la muerte de millones de peces y la eventual crisis de las industrias salmoneras en el sur del país

USS/DICYT Aunque “Marea Roja” es un término conocido en todo el mundo, resulta confuso, pues el fenómeno no es una “marea”, ni mucho menos “roja”. Lo más adecuado es hablar de Floración Algal Nociva (FAN), la que se podría definir como un aumento de la concentración de una especie de microalga que puede afectar la salud humana, la fauna marina, la acuicultura, el turismo y otras actividades económicas.

Una de las principales especies de microalgas formadoras de FAN presentes en Chile es Alexandrium Catenella, agente biológico productor de toxinas que forman el Veneno Paralizante de Mariscos (VPM), el mismo que se presentó de manera muy intensa durante el verano de 2016 en el sur del país. Paralelo a lo anterior, en el mismo periodo se presentó una FAN provocada por la microalga Pseudochattonella cf. Verruculosa, la que causó un dramático impacto en la industria salmonera local, provocando la muerte de toneladas de peces, con pérdidas millonarias.

Mientras algunos aseguran que la causa radica en el polémico vertimiento de salmones muertos en alta mar –hecho que quedó descartado por un grupo de investigadores convocados por el gobierno–, otros lo atribuyen al cambio climático, hipótesis que ha tomado fuerza por el evidente aumento de un tipo específico de poblaciones algales nocivas registradas en las costas chilenas. En este contexto, la directora del Bachillerato en Ciencias de la Salud de la Universidad San Sebastián, Dra. Alejandra Aguilera, está liderando una línea de investigación junto a profesionales y académicos de otras casas de estudios en Puerto Montt, la cual ya tiene sus primeros avances, pero también muchas interrogantes por resolver.

“Hoy sabemos que el agente biológico responsable de la producción del Veneno Paralizante de Mariscos (VPM), Alexandrium Catenella, produce además efectos nocivos en salmones, pero que no estarían relacionados con la toxina productora de VPM. En realidad, son otras sustancias ictiotóxicas que estarían afectando y provocando, muchas veces, mortalidad, lo que también nos afecta como sociedad, pues golpea actividades tan importantes como la salmonicultura”, explica Aguilera.

Cultivo de Pseudochattonella cf. Verruculosa

Luego de meses de intenso trabajo e investigación, toma de muestras y múltiples ensayos, el equipo de científicos logró el cultivo y mantenimiento de Pseudochattonella cf. Verruculosa, de la cual se sabe muy poco, pero lo que está claro, es que está teniendo incidencia en el comportamiento y ciclo vital de los peces. De hecho, de acuerdo a las investigaciones, esta sería la causa de la mortandad registrada en los fiordos de la Patagonia nacional.

Quizás por eso el interés de otros países americanos y europeos de contar con este cultivo único a nivel nacional e internacional, pues su estudio permitirá sentar las bases para desarrollar investigación y conocer aspectos biológicos que expliquen su proliferación en el ambiente marino.

“La verdad es que el haber cultivado este grupo de microalgas, de origen chileno, es un logro sumamente importante, porque a futuro nos permitirá proponer estrategias preventivas para contener un aumento de este tipo de floraciones nocivas que están matando los peces”, subraya la académica de la Universidad San Sebastián.

El estudio de estas microalgas aún está en etapa inicial, y Aguilera comenta que la investigación sobre esta especie permitirá recabar datos para comenzar a responder las interrogantes. “Estamos conscientes de que será un largo proceso. Ya hemos avanzado y hoy necesitamos iniciar estudios tendientes a responder interrogantes sobre su fisiología, genética, ciclo de vida, saber cuáles son los factores ambientales (luz, temperatura, nutrientes, salinidad, entre otros) que gatillan su crecimiento, para así contar con herramientas que nos ayuden a explicar su procedencia y brote en los ambientes marinos de nuestras costas y fiordos”, subraya la profesional.