Alimentación Venezuela , Venezuela, Jueves, 09 de marzo de 2017 a las 11:00

Los murciélagos escogen pareja oliendo su carga parasitaria

La selección del candidato adecuado para perpetuar la estirpe no es una decisión que los murciélagos toman a la ligera

IVIC/DICYT De acuerdo con un reciente estudio, las hembras de los murciélagos cardonero (Leptonycteris curasoae) y magueyero menor (L. yerbabuenae) preferirían a los machos que tuviesen menos parásitos sobre su piel (ectoparásitos), atributo presente solo en los animales en cuya espalda se forma un parche de olor constituido por una mezcla de saliva y secreciones genitales y anales.


Al funcionar como repelente contra los ectoparásitos, esa estructura dorsal “indicaría calidad del macho en términos de mecanismos disponibles de defensa contra patógenos, los cuales podrían heredarse”, explicó Jafet Nassar, investigador del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) y autor del artículo publicado en la revista Mammalian Biology.


De ser correcta esa hipótesis, los machos descendientes de murciélagos con parche odorífero estarían mejor capacitados para protegerse de la infestación de ectoparásitos y tendrían un sistema inmune superior al de la progenie derivada de padres sin parche dorsal.


Nassar aclaró que dicho supuesto no se ha comprobado y los experimentos para ponerlo a prueba son complicados. Sin embargo, resultados previos alcanzados por diversos científicos del mundo y la propuesta de este nuevo trabajo, sugieren que el parche ha evolucionado como respuesta a la influencia de la carga parasitaria.


Uno de los ectoparásitos más comunes en murciélagos son moscas de la familia Streblidae. Nassar comentó que investigaciones realizadas por la quiropteróloga Mariana Muñoz-Romo, de la Universidad de Los Andes (ULA), apuntan que el parche dorsal en L. curasoae pudiera servir de regulador del número de moscas estréblidas presentes en machos adultos durante el período de cópula.


Misterio resuelto que aviva la discusión


Otro aporte fundamental del reciente estudio fue demostrar que la tercera especie viviente del género Leptonycteris, el murciélago magueyero mayor (L. nivalis), no posee el parche dorsal. Para ello, se capturaron 842 individuos de L. nivalis (384 hembras y 458 machos) de la Cueva del Diablo ubicada en Morelos, México, entre los años 2010 y 2015. De ese total de machos, 210 estaban sexualmente activos.
La Cueva del Diablo es el único asentamiento conocido que emplea L. nivalis para aparearse una vez al año. Es de origen volcánico, tiene 1.937 metros de túneles y cámaras y está situada a 1.883 metros sobre el nivel del mar.


De las aproximadamente 1.300 especies de murciélagos existentes, ese complejo mecanismo de señalización de la calidad del progenitor, a partir del parche de olor ahuyentador de ectoparásitos, ha sido descrito únicamente en dos especies del género Leptonycteris (L. curasoae y L. yerbabuenae). Para dilucidar el origen de este peculiar comportamiento, había que examinar también a L. nivalis, evolutivamente menos relacionada que las otras dos especies entre sí.


“Reportes anteriores sobre la biología y conducta reproductiva de L. nivalis sugerían que el parche dorsal no se formaba, pero necesitábamos diseñar un estudio específicamente para comprobar dicha ausencia”, aseguró el investigador del Ivic.


Según el artículo, L. nivalis se originó a partir de un ancestro asociado a ambientes secos bajos, entre 2 millones y 1 millón de años antes del presente, producto de la elevación del altiplano mexicano y la Sierra Madre.


En la poblaciones de la especie ancestral que permanecieron en las zonas bajas, entre 1 millón y 500 mil años antes de la actualidad, evolucionó el parche de olor característico de L. yerbabuenae y L. curasoae.
Los autores del trabajo postulan como una de las posibles presiones selectivas que propiciaron la aparición del parche dorsal en este ancestro, las elevadas cargas de ectoparásitos asociadas a las poblaciones habitantes de regiones más calientes.


Se ha evidenciado que la densidad y diversidad de especies de ectoparásitos en los murciélagos disminuye con la reducción de la temperatura ambiental en las cuevas usadas como refugio. De allí que en términos históricos, es posible que L. nivalis, especie asociada a ambientes más elevados y fríos, no haya sido expuesta a la presión de altas cargas parasitarias, como pudo haber sido el caso del ancestro de tierras bajas y calientes.


L. nivalis es el murciélago más grande de la subfamilia Glossophagine, caracterizada por la dependencia al polen y néctar de plantas cactáceas y agaváceas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) la clasificó como Amenazada en 2016.


Entender cómo surgió ese rasgo distintivo en los murciélagos magueyeros y cardoneros tiene su razón de ser: “El conocimiento básico sobre cómo se comunican los individuos de una población y cómo seleccionan sus parejas reproductivas, es fundamental para comprender su dinámica poblacional y los mecanismos que permiten seleccionar los caracteres que más favorecen a la progenie”, dijo Nassar.


Además de Nassar, participaron en el estudio Rubén García, Ana Ibarra y Rodrigo Medellín, investigadores del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional de México.