Alimentación España , Segovia, Jueves, 16 de marzo de 2017 a las 17:48

Los romanos tenían predilección por el nácar como elemento de lujo decorativo para las villas hispanas

Los investigadores se han quedado sorprendidos ante la elevada presencia de este molusco en una residencia romana del interior de la península del siglo IV d. C.

IE UNIVERSITY/DICYT El nácar, sustancia dura y brillante de intensidad iridiscente que se forma en el interior de ciertos moluscos, fue utilizado por los romanos como elemento decorativo de primer orden para embellecer algunas de las villas hispanas más significativas de la Tardoantigüedad.

 

Un grupo de investigadores de la Unidad de Arqueología de IE University, junto con expertos de Flashback Archaeologica y científicos especialistas en moluscos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, han publicado un novedoso artículo en el último número de la revista Oppidum. Cuadernos de Investigación en el que ponen de manifiesto la importancia del uso del nácar, o madreperla, para la arquitectura ornamental romana.

 

En el número 12 de esta revista científica, los expertos han analizado la presencia de nácar en los complejos residenciales rurales hispanorromanos del siglo IV d. C. y, de forma más concreta, han documentado las placas recortadas de este exótico material en el yacimiento segoviano de las Pizarras, ubicado en la localidad de Coca, cuna del último emperador romano de Oriente y Occidente, Teodosio el Grande.

 

El estudio señala que los moluscos han despertado el interés en el hombre desde la antigüedad, tanto por sus propiedades nutricionales como por su aprovechamiento con fines diversos, pues han sido utilizados como moneda de cambio, instrumento musical, adorno personal, elemento en rituales e incluso como amuletos contra el mal de ojo.

 

El nácar, cuyo brillo característico era muy apreciado por los romanos y visigodos, es apenas mencionado por las fuentes clásicas, al contrario de las perlas, cuyo valor como elemento de adorno está bien constatado. “El nácar es el gran desconocido de los materiales arqueológicos de época romana”, afirma Cesáreo Pérez, máximo responsable de la Unidad de Arqueología de IE University.

 

No todos los moluscos generan nácar en su interior, sólo algunos segregan una sustancia orgánica, formada por carbonato cálcico cristalizado bajo forma de aragonita, que se deposita en la parte interior de las conchas. Los investigadores señalan que este elemento natural fue muy relevante para los romanos en la decoración de sus villas hispanas más suntuosas.

 

El análisis malacológico (o de estudio de los moluscos) del nácar encontrado en el yacimiento de las Pizarras revela su pertenencia a una única familia de bivalvos (Pteriidae). Además, se ha podido identificar la especie marina empleada para la decoración de este complejo residencial romano, una ostra perlífera, pinctada margaritifera, “cuyas valvas parecen haber desempeñado una función suntuaria en el mundo romano desde sus lugares de origen, en el Mar Rojo, o en el Golfo Pérsico”, indican los expertos.

 

Los investigadores destacan la elevada presencia de este molusco en una residencia romana del interior de la península, vinculado a sus ambientes de representación y en fechas acordes al periodo de máximo esplendor de las villas hispanas, el siglo IV d. C.

 

Según revela este estudio, el nácar estaba presente en las paredes y en los suelos de mármol como un importante elemento decorativo. Dotaba de prestancia y de nobleza a las salas principales de la villa suburbana de Las Pizarras, un complejo que, de acuerdo con los expertos, abarcaba una extensión cercana a una hectárea. La presencia de restos recortados de nácar entre los vestigios de este complejo residencial romano parece corroborar el transporte de estas piezas completas hasta el punto donde iban a ser colocadas, siendo trabajadas in situ, según desvela la investigación.

 

No obstante, el trabajo concluye que no puede afirmarse con rotundidad el empleo de una única especie de ostra perlífera como materia prima para la extracción del nácar, pero “sí resulta ser la única utilizada en el revestimiento y ornamentación del edificio tardoantiguo de Coca”.

 

Para la investigadora Olivia Reyes, el conocimiento del nácar como material decorativo de los espacios hispanorromanos “constituye aún una asignatura pendiente de estudio en nuestros días”. Los investigadores subrayan la necesidad de valorar la presencia de este material cuando se busquen conexiones entre complejos residenciales romanos, como los palacios de Carranque (Toledo) o El Saucedo (Talavera de la Reina) y otros, aún por estudiar, auténticos referentes del modo de vida y representación de la aristocracia hispana en la Antigüedad tardía.

 

Según el doctor Cesáreo Pérez, “es la primera vez que se han analizado y sintetizado restos reales procedentes de excavación en la bibliografía hispana; sin duda, esta investigación es un buen inicio y una excelente guía para poder distinguir y aislar los restos de este molusco en los distintos yacimientos romanos y visigodos de la Península Ibérica, donde hasta ahora han pasado muy desapercibidos y sin poder definir su empleo en arquitectura”.