Alimentación México , Aguascalientes, Viernes, 13 de octubre de 2017 a las 08:23

Neospora caninum, el parásito de los establos

Las heces fecales de los perros contienen las formas infectantes, que pueden llegar al ganado a través del agua, el alimento o transportadas por el viento

AGENCIA INFORMATIVA CONACYT/DICYT Carlos Cruz Vázquez, profesor investigador del Instituto Tecnológico de El Llano —que pertenece al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)—, ha estudiado por 15 años el protozoario Neospora caninum, causante de la neosporosis en el ganado bovino, una enfermedad que genera importantes pérdidas económicas para el sector ganadero.

 

En colaboración con la investigadora Leticia Medina Esparza, ha documentado esta parasitosis —neosporosis— desde el punto de vista epidemiológico en el estado de Aguascalientes: es una enfermedad con una alta prevalencia, los huéspedes definitivos de este protozoario son los perros y coyotes, siendo mayor en los primeros, quienes conviven con las vacas y se alimentan de sus placentas —que son ricas en el parásito— y desarrollan así la parasitosis. Las heces fecales de los perros contienen las formas infectantes, que pueden llegar al ganado a través del agua, el alimento o transportadas por el viento.

 

“No afecta mucho la producción de leche, es marginal el efecto, pero el problema principal es que la vaca aborta, y esa vaca no va a entrar a la línea de producción, cuando así estaba planeado. Eventualmente, puede ser desechada y a veces de manera prematura, y todo esto tiene un impacto sobre la economía de la empresa ganadera”, detalló en entrevista el miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).


Caracterización genética


Resultados de los trabajos de investigación de Carlos Cruz Vázquez y Leticia Medina Esparza han sido publicados en Revista científica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Córdoba y Veterinaria México.

 

Muchas vacas no abortan pero la Neospora caninum se transmite de la madre al hijo, de esta manera, la cría nace infectada y cuando llega a la edad adulta puede abortar o transmitírsela a su descendencia, de manera que esta enfermedad, ya instalada, es difícil de erradicar, pues no existe hasta la fecha ninguna vacuna o fármaco que ayude a prevenir los abortos, y las medidas de manejo reducen poco su impacto.

 

“Hemos hecho un estudio de caracterización genética y es un protozoario muy diverso genéticamente, podemos tener cepas diferentes dentro de un mismo establo, podemos tener dos que son Neospora caninum pero que tienen diferencias genéticas entre uno y otro, y eso puede indicar que hay diferencias en la patogenicidad de estos parásitos, entonces eso hace que el escenario sea más complicado”, indicó.

 

En los estudios realizados en el estado de Aguascalientes y la región de los Altos de Jalisco, la prevalencia de anticuerpos del parásito registrada en las reses fue de 59 por ciento, un porcentaje muy elevado, pues por cada 10 animales, seis han tenido la infección o la tienen activa, y esas vacas seropositivas tienen 2.5 veces más probabilidades de abortar. En los perros, la frecuencia de anticuerpos es de arriba de 40 por ciento, que también es muy alto.

 

Carlos Cruz Vázquez sostuvo que el cuerpo académico del Instituto Tecnológico de El Llano ha colaborado en la realización de otros estudios similares en los estados de Chiapas, Tamaulipas y Veracruz. Con base en los resultados obtenidos, han concluido que en las zonas donde el ganado se pastorea, la prevalencia se reduce a la mitad, en comparación con aquellas regiones donde las vacas se encuentran en establos, ello obedece a que la presencia de perros es más estrecha, así como al manejo del alimento.