Salud Brasil São Paulo, São Paulo, Miércoles, 29 de noviembre de 2017 a las 08:55

El área cerebral asociada a la memoria se espesa en practicantes de yoga

Estudios de resonancia magnética revelan que la corteza prefrontal de ancianas que practican hatha yoga tiene una mayor densidad que la de las no practicantes

AGENCIA FAPESP/DICYT La práctica regular de yoga puede ayudar a preservar zonas cerebrales asociadas con funciones tales como la atención y la memoria de trabajo en el transcurso del proceso natural de envejecimiento. Esto es lo que indica un nuevo estudio realizado en el Instituto del Cerebro del Hospital Israelita Albert Einstein, con sede en la ciudad de São Paulo, en Brasil.

 

Los científicos arribaron a esta conclusión tras analizar mediante resonancia magnética el cerebro de 42 ancianas. Todas ellas reunían condiciones de salud, edad y escolaridad análogas, pero sólo la mitad de las voluntarias era adepta a la práctica del yoga.

 

“Los exámenes mostraron que la corteza prefrontal de las mujeres que practicaban hatha yoga desde hacía al menos ocho años era más densa si se la comparaba con la de las no practicantes. Este resultado sugiere que este ejercicio cumpliría un papel neuroprotector, al retrasar la degeneración cerebral que se produce con la edad, de la misma manera que retarda la pérdida de masa muscular”, dijo Rui Afonso, el primer autor del artículo en donde figuran resultados del estudio publicado en la revista Frontiers in Aging Neuroscience.

 

Esta investigación se concretó durante el doctorado de Afonso con beca de la FAPESP, y bajo la dirección de Elisa Harumi Kozasa. También colaboraron científicos de la Universidad Federal del ABC en Brasil y de la Harvard Medical School, en Estados Unidos.

 

“Nos basamos en un trabajo anterior de una de las coautoras [Sara Lazar, de la Harvard Medical School], según el cual las personas que practicaban meditación desde hacía el menos 10 años tenían regiones del cerebro –algunas áreas de la corteza prefrontal y de la ínsula– más densas que la de los no practicantes”, dijo Harumi Kozasa, quien lleva adelante el proyecto de investigación intitulado “Los efectos de la práctica de yoga en pacientes con esclerosis múltiple: un abordaje multidimensional”.

 

Si bien el estudio realizado en Harvard incluyó a individuos de diversas edades, la diferencia de densidad cortical fue más significativa en las personas ancianas. “Decidimos realizar entonces el estudio con ancianos únicamente. Optamos por el hatha yoga porque es más fácil encontrar practicantes de larga data y también porque es una ejercitación que tiene un componente meditativo”, dijo Harumi Kozasa.

 

El hatha yoga, originario de la India, es una de las técnicas de yoga más propagadas en Occidente. Consiste en la práctica de posturas físicas o asanas y también de técnicas de respiración conocidas como pranayamas, gestos (mudras) y contracciones musculares voluntarias (bandhas).

 

Por ende, aparte de equilibrio y fuerza muscular, su ejercicio demanda un esfuerzo de atención y concentración, y requiere incluso de la llamada memoria de trabajo, necesaria para cumplir tareas específicas, tales como la reproducción de algunas de las centenas de diferentes asanas.

 

“Existen diversos estudios que comprueban los beneficios del yoga, fundamentalmente con relación a la elongación y el equilibrio, pero también con respecto a la memoria y a la atención. Nuestros datos van al encuentro de esas evidencias presentes en la literatura científica”, dijo Harumi Kozasa.

 

La investigadora hace la salvedad de que, para saber a ciencia cierta si la mayor densidad cortical observada es el resultado de la práctica de yoga efectivamente, sería necesario realizar un seguimiento de un grupo de voluntarios desde antes de que empiecen a ejercitarse en dicha práctica.

 

“Por eso pretendemos poner en marcha un nuevo estudio longitudinal [a largo plazo] con otros voluntarios que aún no practican yoga, pero que pretenden hacerlo”, dijo.