Ciencia España , Valladolid, Miércoles, 21 de febrero de 2018 a las 18:04

Así se expandió el fenómeno Campaniforme a través de Europa

Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid participa en el mayor análisis de ADN realizado hasta la fecha de individuos que vivieron en época Campaniforme

Cristina G. Pedraz/DICYT Científicos de 23 países, incluido un grupo de investigadores del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Valladolid (UVa), han publicado hoy en la revista ‘Nature’ un estudio en el que aportan nuevos datos sobre la dispersión del fenómeno Campaniforme en Europa.


Las culturas de los pueblos antiguos se conocen, en muchos casos, por los artefactos que los arqueólogos recuperan. En el caso del Campaniforme, que se originó alrededor del 2750 antes de Cristo, se caracteriza por la aparición de forma recurrente en las tumbas de la época de un ajuar formado por recipientes cerámicos en forma de campana –como vasos, cazuelas y cuencos- y otros elementos como puñales de lengüeta o brazales de arquero.


Este “kit” funerario, que se difundió por toda Europa occidental y central, dejó de utilizarse entre el 2200 y el 1800 antes de Cristo. Sin embargo, su origen y expansión son una cuestión aún a debate entre la comunidad investigadora: los arqueólogos no conocen con certeza si esta dispersión fue causada por la migración de personas, por una transmisión cultural, o por una combinación de ambos factores.


El artículo publicado en Nature clarifica en buena medida este dilema. A partir del análisis del ADN de 400 individuos europeos de la Edad del Cobre y de la Edad del Bronce, 226 de los cuales fueron enterrados junto a objetos campaniformes, los investigadores han podido dilucidar que tanto la transmisión cultural como la migración humana tuvieron un papel importante en la difusión del fenómeno Campaniforme en Europa y que el equilibrio entre estos dos procesos varía según la región.


“El artículo demuestra que lo que se ha venido denominando cultura Campaniforme no es tal, sino que es más bien un fenómeno arqueológico fundamentalmente de índole funerario, aunque no solo, y que evidentemente la razón de su aparición está en las relaciones entre las élites que empiezan a surgir en estos momentos”, explica a DiCYT Manuel Rojo Guerra, quien junto a Germán Delibes y Elisa Guerra componen el equipo de la UVa que ha participado en el estudio.


Grupos previamente asentados en la Península Ibérica


En el caso concreto de la Península Ibérica, el estudio apunta que los grupos que adoptan las cerámicas campaniformes estaban ya asentados previamente. “Desde el punto de vista genético son los descendientes de las poblaciones calcolíticas. Son gentes que ya estaban aquí y que en un momento determinado adoptan el ‘kit’ campaniforme”, destaca Rojo Guerra.


En Centroeuropea se produce una situación similar. El Campaniforme también aparece en el seno de poblaciones previamente establecidas que se habían instalado en el solar europeo procedentes de las estepas euroasiáticas y que conformaban lo que arqueológicamente se conoce como ‘cultura de Yamnaya’. Pero no pasa lo mismo con las poblaciones campaniformes del Reino Unido, donde el estudio confirma la llegada de grupos humanos completamente nuevos procedentes de Centroeuropa.


Asimismo, en otras partes del continente, como el sur de Francia o el norte de Italia, “se observa la llegada de gentes pero también que las poblaciones locales habían alcanzado ese estadio de jerarquización social en el que los ítems campaniformes tenían un valor simbólico importante”, detalla el investigador de la UVa, quien ha trabajado codo con codo con el investigador de la Universidad Autónoma de Madrid Rafael Garrido.


“Este es quizás el estudio más grande que se haya hecho con muestras de restos humanos correspondientes al periodo Campaniforme de toda Europa central y occidental. Lo que aportamos de forma definitiva es que el Campaniforme no es una cultura que surja en un sitio determinado y se expanda, sino que son una serie de elementos característicos adoptados por distintas culturas en distintas zonas geográficas”, concluye Rojo Guerra.

 

 

 

Referencia bibliográfica:
Olalde, I., Brace, S., Allentoft, M.E., Armit, I., Kristiansen, K. et al. (2018). “The Beaker phenomenon and the genomic transformation of northwest Europe”. Nature doi:10.1038/nature25738