Ciencias Sociales España , Valladolid, Viernes, 12 de abril de 2019 a las 08:43

Desvelan la composici贸n de los mosaicos de la Casa de los Cupidos Dorados de Pompeya

Las teselas blancas est谩n compuestas principalmente por calcita, mientras que las rocas volc谩nicas locales se usaron para fabricar las teselas negras

DICYT - Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), la Universidad de Valladolid (UVa) y el Parque Arqueológico de Pompeya (Italia) han desvelado la técnica de elaboración y la composición de los mosaicos de la Casa de los Cupidos Dorados de la antigua ciudad romana de Pompeya, en Italia, donde llevan varios años indagando y trabajando en la protección de sus materiales.


Los mosaicos son uno de los elementos decorativos más importantes de la cultura romana. Se construían con pequeñas piezas denominadas teselas. En ocasiones, estas piezas eran de mármol o de otro tipo de piedra de color, que se cortaba en finos cubos. En otras, se manufacturaban con una base de carbonato de calcio y se cubrían después con una capa pictórica. Las teselas se unían después con limo u otros aglutinantes para conformar motivos geométricos o figurativos.


El objetivo del estudio, publicado en la revista ‘Heritage Science’ fue doble: por un lado, determinar qué técnica de elaboración se había utilizado en el caso de los mosaicos de la Casa de los Cupidos Dorados de Pompeya y, por otro, conocer su estado de conservación: cuáles son los procesos de deterioro que están sufriendo y qué medidas correctoras se pueden poner en marcha.


Como explica a DiCYT Juan Manuel Madariaga, responsable del equipo de investigación, la identificación tanto del sustrato de las teselas como de los compuestos con que se colorean supone un desafío para los químicos y los arqueólogos.


Para realizar la caracterización mineralógica, analizaron las teselas ‘in situ’ mediante técnicas no destructivas de espectroscopia y espectrometría, y utilizaron la espectroscopia LIBS para realizar el análisis elemental.
Los resultados sugieren que en la Casa de los Cupidos Dorados se utilizaron los dos tipos de técnicas para fabricar teselas “trocitos de roca natural y piezas de manufactura, un cuerpo con una base de carbonato y una capa pictórica que determina el color del mosaico”.


Las teselas blancas estaban compuestas principalmente por calcita, mientras que las rocas volcánicas locales se usaron para fabricar las teselas negras. Asimismo, las teselas rojas estaban compuestas por una matriz de calcita con una capa pictórica de hematita, mientras que las naranjas se obtuvieron diluyendo hematita en la matriz de calcita.


En relación con el estado de conservación de estos mosaicos, Madariaga señala que, por la naturaleza química de las teselas, “son los elementos decorativos menos dañados dentro de Pompeya”. “En ellos no se manifiestan tanto los procesos de deterioro que hemos observado en las paredes y en las pinturas murales”, subraya. Así, “solo se necesitaría que no les llegara agua con iones disueltos ya que, cuando se secan estos iones, precipitan y forman pátinas normalmente blancas que cambian la apariencia del mosaico”. Madariaga apunta que aún hay mosaicos al aire libre en la ciudad y que una acción sencilla para protegerlos sería “instalar tejados que no fueran de tipo término (uralitas, plásticos) para evitar la infiltración de agua”.


Una década trabajando en Pompeya


El equipo de investigación empezó a trabajar en Pompeya hace ahora 10 años. En un principio colaborando con los trabajos realizados allí por la Universidad de Helsinki (Finlandia) y después en las excavaciones realizadas por el Instituto Valenciano de Restauración y Conservación de Bienes Culturales (IVC+R). En 2015 suscribieron un acuerdo con la Superintendencia Arqueológica de Pompeya, hoy denominada Parque Arqueológico de Pompeya, para ahondar en los procesos de deterioro de los materiales de la mítica ciudad romana: paredes, pinturas murales, mosaicos y vidrios.


Los investigadores disponen de diversas técnicas portátiles con las que pueden realizar análisis ‘in situ’ de estos materiales, la mayoría de ellas no destructivas. Para realizar análisis elementales - determinar qué elementos químicos están presentes en una muestra-, disponen de equipos de fluorescencia de rayos X y espectroscopia de plasma inducido por láser (LIBS). Esta última técnica se considera microdestructiva, ya que impacta en una cantidad mínima de material. También cuentan con técnicas de caracterización mineralógica: espectroscopia infrarroja en modo reflectancia difusa y espectroscopia Raman.


“Recientemente hemos renovado el convenio con el Parque Arqueológico de Pompeya por tres años más”, avanza Madariaga, quien subraya que además de los trabajos netamente científicos “se trata en lo posible de divulgar y difundir los resultados, por ejemplo musealizando el trabajo, dejando ver ‘in situ’ a los turistas cómo investigamos y contándoles qué hacemos”.