Alimentación España Almarza, Soria, Miércoles, 18 de febrero de 2004 a las 20:59

Las autoridades analizan los resíduos procedentes de las obras del tunel de Piqueras que llegan al río Tera

La alcaldesa de Almarza ha mostrado su preocupación a la Subdelegación del Gobierno en Soria

VR/DICYT La Subdelegación del Gobierno de Soria está analizando la posible relación entre el aspecto turbio de las aguas del río Tera a su paso por Almarza y las obras que se desarrollan en el tunel de Piqueras. Técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero y del Servicio de Medio Ambiente de la Junta han tomado muestras tanto de las aguas de la balsa de decantación de las obras como de las aguas del río.

 

El subdelegado del Gobierno en Soria, Carlos de la Casa, tuvo conocimiento hace una semana, por medio de una llamada de la alcaldesa de Almarza, de la preocupación existente en la localidad por el color de las aguas del río Tera que presentaban un aspecto turbio no habitual. Ascensión Pérez achacaba el problema a las obras que se realizan en el túnel de Piqueras.

El representante del Gobierno en la provincia se puso en contacto con la Demarcación Territorial de Carreteras para que analizaran la posibilidad de que las causas de la situación del río se debieran al barro procedente de las obras del túnel.

Según informó dicho organismo, los materiales que se extraen en el proceso de horadación de la roca son piedras y polvo en suspensión. Los materiales pesados se retiran hasta los vertederos autorizados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. El polvo de la roca y la tierra que se convierten en barro llegan a unas balsas de decantación.

Según la Demarcación de Carreteras, no se trata de ningún elemento contaminante químico, simplemente de barro procedente del polvo de la fragmentación de la roca en contacto con el agua que se filtra y la utilizada para el proceso de fragmentación. En la vertiente de Soria estas rocas son limolitas negras, de ahí el color del barro, que posteriormente se decanta. Lo que se acaba vertiendo al río Tera a través de un cauce natural conocido como Barranco Hondo no es más contaminante que los barros que arrastra una tormenta, según han asegurado desde la demarcación al subdelegado.

La balsa de decantación de estos barros, que estaba llena, ha sido limpiada y el fango depositado en el fondo se ha llevado a los vertederos autorizados por la Junta. Según ha informado la empresa adjudicataria de las obras, técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y del Servicio de Medio Ambiente de la Junta han tomado muestras tanto de las aguas de la referida balsa como de las aguas del río a su paso por Almarza.

La empresa se ha mostrado igualmente dispuesta, si Medio Ambiente o la CHD lo consideran necesario, a instalar algún sistema de depuración añadido al propio de la decantación que se está utilizando actualmente.