Salud España Salamanca, Salamanca, Jueves, 01 de febrero de 2007 a las 14:11

Ingenieros químicos salmantinos trabajan en el desarrollo de tejidos con propiedades hidratantes

El proyecto está coordinado por Eva Martín del Valle y cuenta con el respaldo de la empresa Golden Química do Brasil

AVPR/DICYT El equipo científico que coordina la investigadora del Departamento de Ingeniería Química y Textil de la Universidad de Salamanca, Eva Martín del Valle, colabora con la empresa Golden Química do Brasil en un novedoso proyecto para desarrollar tejidos de algodón con propiedades hidratantes. La experiencia del grupo salmantino en el desarrollo de microcápsulas de reducido tamaño a partir de polímeros naturales ha llamado la atención de la compañía iberoamericana, que pretende utilizarlas como diminutos envoltorios capaces de liberar su contenido sobre la piel de quien lleve las prendas confeccionadas a partir de estas piezas textiles.


Las especiales características del clima brasileño incrementan la susceptibilidad de determinados individuos a desarrollar tumores cutáneos si no toman las precauciones oportunas, por ello, los responsables de la compañía brasileña pensaron en crear tejidos naturales capaces de liberar agentes hidratantes o protectores solares.

 

Atracción Física

 

"La innovadora propuesta requiere una minuciosa investigación por parte de nuestros laboratorios con el objetivo de resolver cuestiones que van desde la identificación de un sistema de fijación de las microcápsulas en las fibras de algodón, hasta el garantizar la permanencia de las propiedades hidratantes en el tejido durante al menos 10 ciclos completos de lavado", explica Martín del Valle. Los trabajos del equipo salmantino han comenzado a dar sus frutos y por el momento, los ingenieros ya han conseguido fijar las microcápsulas a los tejidos sin necesidad de recurrir a enlaces químicos. "La Física nos dio la clave", comenta la investigadora, quien explica que trabajan "directamente sobre el producto final, por lo que resultaba fundamental que la incorporación de las microcápsulas no alterase propiedades como el color, la textura o la consistencia de las telas".

 

Otras cuestiones, como el hecho de conseguir encapsular las sustancias garantizando que el envoltorio que las recubre no desencadene reacciones alérgicas en contacto con la piel, o que el tamaño de cada uno de estos pequeños elementos se mantenga en un rango de entre 5 y 20 micras, han resultado más fáciles de resolver. "El trabajo con microcápsulas destinadas a ensayos terapéuticos nos ha allanado el camino. Desde hace dos años mantenemos un proyecto en el que participan el Servicio de Hematología del Hospital Clínico de Salamanca y el Instituto de Neurociencias de Castilla y León, a los que suministramos microcápsulas biocompatibles que sirven de vehículos para transportar células madre adultas procedentes de médula ósea en ensayos de regeneración de tejidos”, apunta y explica que “los requerimientos de asepsia con los que se trabaja en el campo de las aplicaciones biomédicas, así como las necesidad de garantizar que nuestros microcontenedores no desencadenarían reacciones adversas en los individuos tratados y el hecho de que en algunos casos el tamaño requerido rondase la micra nos había hecho pulir estos aspectos".

 

Las microcápsulas son en realidad pequeños contenedores capaces de aislar cualquier producto, compuesto, o molécula del medio externo. Su utilización es cada vez más frecuentes en productos de consumo diario, como los detergentes con abrillantador, en los que la sustancia abrillantadora se encuentra microencapsulada, o los champús con acondicionador. "Generalmente los productos microencapsulados se liberan cuando se produce un cambio de acidez (pH) o temperatura en el medio en el que se encuentran. En el caso que nos ocupa en estos momentos, el agente hidratante se libera al contacto con la piel", señala Eva Martín. Ahora resulta esencial determinar los niveles de concentración de microcápsulas que mantienen los tejidos tras el uso o los lavados, así como la cantidad de elemento hidratante que permanece en ellas.


 

Aplicaciones en el sector médico 
A pesar de que puedan parecer muy novedosas, las técnicas de microencapsulación cuentan ya con una década de desarrollo y sus aplicaciones se incrementan por momentos. Uno de los campos en los que se abre mayor número de posibilidades es el de la Farmacología ya que, tal y como explica Eva Martín, "en estos momentos estamos en disposición de encapsular fármacos y de utilizar las microcápsulas como vehículos para controlar su liberación en el interior del organismo o para alcanzar una determinada diana terapéutica”.