Tecnología España Boecillo, Valladolid, Miércoles, 23 de julio de 2003 a las 17:07

Cartif diseña un dispensador automático de medicamentos

Evitará que el farmacéutico deba desplazarse a la rebotica y abandonar el mostrador

AVPR/DICYT El Centro de Automatización Robótica de Tecnologías de la Información y la Fabricación Cartif, ubicado en el parque Tecnológico de Boecillo en Valladolid, ha diseñado para la empresa burgalesa Tecny–Farma un dispensador de medicamentos robotizado. El proyecto ha contado con el apoyo económico de la Consejería de Industria Comercio y Turismo de la Junta de Castilla y León, y supone una innovación importante con respecto a otros sistemas automáticos de dispensación de medicamentos que ya existen en el mercado, gestionando hasta 4.000 referencias y amoldando su estructura a los diferentes envases que se comercializan en el mercado.

El Pharmatrack, nombre con el que se ha bautizado el sistema, consta de un almacén cerrado de 2’3 metros de alto y 1’4 metros de ancho en cuyo interior se encuentran una serie de bandejas inclinadas donde el farmacéutico coloca los medicamentos. Estas bandejas, a su vez, se dividen en calles que se adaptan al tamaño y forma de las cajas de los medicamentos. Cada una de estas calles puede almacenar una media de siete unidades, mientras que el dispensador tiene capacidad total para gestionar unas 4000 referencias. Este almacén quedará instalado en la rebotica y el farmacéutico podrá encargar cualquier medicamento con tan solo hacer su pedido a través de un ordenador convencional. Para que esta comunicación sea posible dos ingenieros de Cartif han trabajado en el diseño de un software específico, bajo la dirección del director del Área de Robótica del Centro, Juan Carlos Fraile, durante los dos últimos años, que se instala en cualquier PC convencional y hace más sencilla y barata a los farmacéuticos la adquisición del dispensador.

Cuando el sistema informático del Pharmatrack recibe la orden e identifica la referencia, un brazo robotizado dejar caer el medicamento en una cinta transportadora que lo hace llegar al farmacéutico. La operación dura tan sólo cinco segundos.

De esta manera el farmacéutico tendrá tiempo para prestar una atención más personalizada al cliente y solventar sus dudas, además se reducirían los tiempos muertos en el trabajo y se evitarían las colas en los momentos con más afluencia de usuarios. Tal y como asegura el ingeniero Javier López, “estas características han hecho que el diseño de Cartif haya tenido muy buena acogida en el sector. El sistema se ha expuesto en ferias especializadas de Bruselas, París Lisboa y Barcelona y dos de los dispensadores funcionan ya en farmacias holandesas”.

Por otra parte los ingenieros de Cartif han querido adelantarse a la demanda del mercado y han conseguido conectar con éxito hasta cuatro dispensadores, con lo que se podría automatizar todo el stock de medicamentos almacenado en una farmacia. Aunque sin tener que hacer frente a una inversión tan elevada, un solo dispensador serviría para automatizar las referencias más recetadas, lo que supone el 80% de las ventas habituales de los establecimientos farmacéuticos.