Alimentación España León, León, Viernes, 02 de noviembre de 2007 a las 15:51

Castilla y León alberga el 80 por ciento de las especies de mariposa diurnas de la Península Ibérica

La editorial Náyade edita la primera guía que recoge la variedad de lepidópteros de la región, de los cuáles 10 son endemismos ibéricos

Isidoro García Cano/DICYT 186 de las 230 especies de mariposas diurnas registradas en la Península Ibérica están presentes en Castilla y León. De éstas, 50 se consideran raras o localizadas, 10 son endemismos ibéricos y 5 se encuentran protegidas por su singularidad. En tan sólo 10 kilómetros de la Sierra del Ayllón (Segovia) se han censado 133 especies. Sin embargo, toda esta riqueza aún no estaba compilada en una guía que la difundiera al público. La editorial Náyade ha editado recientemente la primera Guía de Mariposas Diurnas de Castilla y Léon, un libro con más de 700 fotografías que recoge la variedad de lepidópteros de la región.

 

El libro, con formato de guía, “recopila de modo visual, riguroso y sencillo la enorme riqueza natural que posee esta comunidad a través de las mariposas y los ecosistemas donde podemos encontrarlas”, expone Juan Carlos Vicente Arranz, uno de los autores del libro, a DICYT. Según el autor, “esta guía supone un trabajo pionero, recoge la escasa bibliografía que había y sienta las bases para futuros trabajos que profundicen en el conocimiento de las mariposas de nuestra región”.

 

Los autores han censado 186 especies de lepidópteros diurnos, lo que supone “más del 80 por ciento del total ibérico”, en palabras de Vicente. “Con el libro ya en imprenta, Juan Hernández Roldán (otro de los autores) encontró una nueva mariposa en Ávila, la llamativa 'Mariposa Tigre' (Danaus chrysippus). Es la primera cita de esta especie en el centro peninsular”, comenta el entomólogo. De estas 186 especies, unas 50 se consideran raras o localizadas, y de ellas 10 son endemismos ibéricos y 5 se encuentran protegidas a nivel europeo.

 

“La variedad de ecosistemas de la región ha propiciado que habiten especies de diferentes orígenes”, explica el científico. En su opinión, únicamente Aragón y Cataluña superan la riqueza en lepidópteros diurnos de Castilla y León, “debido a la influencia que suponen los Pirineos”. En cuanto a las zonas de la región que albergan mayor variedad, Juan Carlos Vicente señala las áreas de montaña que la bordean: el Norte de León, destacando los Picos de Europa; la montaña palentina; los Cañones del Ebro y la Sierra de la Demanda en Burgos; las Sierras del Moncayo, Urbión y Cebollera en Soria; las Sierras de Guadarrama y Ayllón en Segovia; Gredos, en Ávila; las Sierras de las Batuecas y Candelario en Salamanca; y la de Sanabria (Zamora).

 

133 especies en 10 kilómetros

 

“En un área de tan sólo 10 kilómetros cuadrados de la Sierra del Ayllón hemos censado 133 especies”, asegura el entomólogo, lo que la convierte en “el cuarto lugar en importancia de la Península Ibérica por la riqueza y diversidad de mariposas diurnas que alberga”. Es la única zona de la región donde habita la Zapaterina (Erebia zapateri), un endemismo ibérico. Otras especies protegidas presentes en Castilla y León son la Apolo (Parnassius apollo); Doncella de ondas rojas (Euphydryas aurinia); Bacante (Lopinga achine); Hormiguera de lunares (Maculinea arion); y Hormiguera oscura (Maculinea nausithous). “Posiblemente la Bacante sea la más rara y localizada de todas”, valora Vicente.

 

Según el experto, las mariposas son excelentes bioindicadores de la salud ambiental de los ecosistemas. Así, “la destrucción de sus hábitats naturales supone la mayor amenaza para su supervivencia”. Estas amenazas proceden de incendios forestales, la utilización de productos químicos nocivos en la agricultura o la selvicultura, la construcción de grandes infraestructuras como embalses, carreteras o la presión urbanística, así como de los cambios en los usos tradicionales agrícolas y ganaderos.

 

700 fotografías

 

La Guía contiene fichas de las 186 especies presentes en Castilla y León, “además de las especies citadas erróneamente y las que consideramos que pueden aparecer”. En cada ficha se incluye información sobre cómo identificarlas, su distribución, biología, periodo de vuelo, situación, hábitat, etc., junto a un mapa de distribución de la especie. Se añaden ciclos biológicos completos de cada familia, así como fotografías de huevos, orugas y crisálidas de diferentes especies.

 

El libro está ilustrado con más de 700 fotografías, obra del propio Juan Carlos Vicente, y se complementa con unas láminas de identificación “útiles para determinar las especies más conflictivas”. “Fotografiar en libertad todas las especies era uno de los retos”, asegura el entomólogo, además de abarcar el extenso territorio que compone la comunidad autónoma. Sin embargo, la principal dificultad que ha encontrado en el trabajo ha sido, en su opinión, “la falta de apoyo económico”. “Confiamos que esta Guía será una herramienta útil tanto para los entomólogos como para naturalistas, educadores y aficionados”, finaliza el investigador.