Alimentación Colombia Amazonia, Cundinamarca, Martes, 08 de enero de 2008 a las 10:51

Investigadores colombianos utilizan trampas de luz para estudiar el estado de conservación del jaguar

La eficacia de esta técnica ha sido constatada ya en países como Brasil, Argentina y Bolivia

YC/NOTICYT/DICYT La selva protegida del Parque Nacional Amacayacu, ubicada en la región amazónica colombiana, hospeda sigilosos habitantes, tímidos y de agudos sentidos, que preferirían cualquier cosa antes que “sonreír para la foto” y revelar sus secretos. Son animales como los pecaríes, ocelotes, perros salvajes y claro, jaguares, mitológico animal amazónico elevado por los indígenas Huitoto a la categoría de Dios, como lo ha reseñado en sus escritos Fernando Urbina, investigador de la Universidad Nacional de Colombia.

Ahora bien, ver a estos dioses, como a cualquier dios no es fácil, menos aún en el caso del jaguar, que como los felinos es especialmente difícil de ver, “porque vive en bajas densidades (por su tamaño y requerimientos energéticos), es nocturno, de hábitos secretos, tímido y de sentidos muy agudos por lo que huye de los humanos. Así que verlo en una selva como la del amazonas, es algo muy complicado”, explicó a NOTICyT el biólogo Esteban Payán, candidato a doctor en el University College London de Inglaterra.

Payán ha utilizado la técnica denominada de fototrampeo, un sistema de cámaras fotográficas unidas a un sensor infrarrojo depositado en una caja de acrílico, la cual se puede asegurar con un candado y amarrar a los troncos de los árboles, comentó el investigador.

“En el momento en que un animal pasa frente a la cámara, el sensor lo detecta y la cámara se dispara; las fotos quedan marcadas con la fecha y hora de exposición”. De esta manera, según Payán, con la técnica se pueden identificar rutinas de los animales, horarios de actividad y densidad poblacional, entre otros datos que confirman la efectividad del uso de esta herramienta.

De hecho la técnica ha sido usada en países como Brasil, Argentina y Bolivia, y es la primera vez que se usa en Colombia. “El fototrampeo ha gozado de popularidad en el estudio de animales de hábitos secretos y marcados, es decir con manchas de piel, porque permite identificarlos individualmente y contarlos”, indicó el investigador.

También en México, gracias a la implementación de la técnica en el proyecto Jaguar, el investigador Rodrigo Núñez de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha señalado la recuperación de la población de jaguares y pumas de la Reserva de la Blosfera “Chamela- Cuixmala”, en la costa del estado mexicano de Jalisco.

Felinos en cámara escondida

Para que las trampas sean efectivas, especialmente para los felinos, las cámaras se deben ubicar en árboles sobre los senderos, ya que estos mamíferos prefieren usar los caminos y las carreteras que transitan los humanos y es deseable optimizar la posibilidad de captura de la imagen. En cuanto a su manejo, “usualmente se ponen dos fototrampas enfrentadas para tomar los dos costados del animal e identificarlo plenamente, ya que sus marcas son asimétricas y así se evita el doble conteo”, indicó Payán.

De igual forma para alcanzar datos confiables de los grandes felinos son necesarias alrededor de mil trampas – noches, es decir, el número de noches por el número de estaciones operando. Con este criterio se mide la efectividad del trabajo. Una vez procesados los resultados, éstos arrojan abundancia y densidad poblacional del mamífero.

Así, gracias a la implementación de la técnica y el análisis de los datos, Payán aseguró que en el Amazonas el promedio es de 3.3 jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados. Esto implica que en el Parque Nacional Amacayacu, que cuenta con una extensión de 293.500 hectáreas, y dónde el biólogo realizó su investigación, hay aproximadamente 100 jaguares.

Sin embargo, según el investigador, se requerirían unos 500 ejemplares para asegurar la supervivencia de la especie, al menos en los próximos 200 años. “El parque es de gran ayuda, pero es muy pequeño y la única área protegida suficientemente grande para potencialmente contener bastantes jaguares a largo plazo, es el Parque Cahuinari-Rio Pure y tal vez el Parque Chiribiquete. Pero hace falta evaluar las poblaciones de estas Áreas Protegidas”, puntualizó Payán.

Justamente para evaluar a los mamíferos de estas áreas, la técnica del fototrampeo se presenta como una excelente opción, no sólo porque daría la oportunidad de conocer la vida secreta de muchos animales y, mediante los análisis apropiados, estimar medidas como presencia o ausencia en diferentes hábitats, tamaño de poblaciones y conservación de las mismas, sino porque es ”una técnica no invasiva, que además nos permitiría conocer la efectividad de los Parques Nacionales que tienen la tarea de proteger a estas especies”, señaló el investigador.

La instalación de las trampas fotográficas se ha dado en el Proyecto de Conservación de Jaguares de la Wildlife Conservation Society y en el Programa de Carnívoros y Gente de la Zoological Society of London. “Una vez identificados los ejemplares, en cinco años podremos revisar tendencias en cuanto salud de los mismos, densidad, y otros aspectos denominados monitoreo poblacional”, subrayó Esteban Payan.

De esta forma, los huidizos mamíferos del Parque, entre los que se cuentan además los perros de orejas cortas, y los jaguares negros, seguirán bajo la lente espía de las cámaras de Payán, con la esperanza de contribuir, no sólo a develar los secretos del “Dios jaguar”, sino a conservar su imponente estirpe.