Attociencia en Colorado

El científico español Carlos Hernández García cuenta sus experiencias en uno de los principales centros de investigación de Física del mundo, el Joint Institute for Laboratory Astrophysics (JILA) de la Universidad de Colorado (Estados Unidos).
Attociencia en Colorado 12 octubre, 2013

JILA, un referente para la investigación

La Universidad de Colorado (CU) cuenta en Boulder con uno de los campus más prestigiosos de Estados Unidos, no sólo por su enorme valía académica, sino por el bello paraje en que se emplaza, en la falda de las Montañas Rocosas, que hace que tanto alumnos como profesores disfruten de un entorno único en el mundo. Como la mayoría de las universidades norteamericanas, además de cuidar detalladamente el aspecto académico, CU presta mucha atención a la investigación. En Boulder, la Física presume de contar con el JILA.

El JILA (“Join Institute for Laboratory Astrophysics”, Instituto conjunto de Astrofísica de laboratorio), fue fundado hace 51 años (1962) por la Universidad de Colorado y el NIST (“National Institute of Standards and Technology”, instituto nacional de estándares y tecnología) con el objetivo de establecer un centro para la denominada “astrofísica de laboratorio”, un campo novedoso, a la par que ambicioso, que trataba de reproducir la ciencia de la Astrofísica en pequeños laboratorios. Sin embargo, este campo fue perdiendo influencia con el paso de los años, y el JILA, lejos de quedarse atrás, ha ido renovando sus ámbitos de investigación, de manera que hoy en día abarca ramas punteras de la Física como la Física atómica y molecular, Óptica, Biofísica, Física-Química y la Nanociencia, además de mantener investigaciones en la Astrofísica teórica. Todos ellos, aparentemente dispares, están unidos transversalmente por lo que podríamos denominar, “ciencia de la medida de la precisión”; y es que en todos ellos, de una u otra manera, se desarrollan técnicas de medida de procesos naturales, tratando de mejorar tanto su precisión como su calidad.

Carlos Hernández-García junto a una placa distintiva con los premios Nobel en Física logrados en la Universidad de Colorado.

Carlos Hernández-García junto a una placa distintiva con los premios Nobel en Física logrados en la Universidad de Colorado.

El JILA está compuesto por una serie de miembros (27 en la actualidad), cada uno de los cuales dirige su grupo de investigación. Todos estos miembros, están coordinados por un presidente (“chair”), elegido directamente por ellos mismos. Por otro lado, JILA está financiado por sus dos instituciones fundadoras, CU y NIST. Ambas instituciones, con fines diferentes, financian los distintos grupos de investigación, con la condición de que cada grupo sólo puede recibir la financiación de una de ellas. A su vez, cada una aporta lo mejor de sí misma al JILA. Por ejemplo, el NIST aporta toda su experiencia en desarrollos técnicos, mientras que CU mantiene el soporte académico, como los programas de doctorado que pueblan los grupos de investigación de estudiantes. Sin embargo, las líneas de investigación llevadas a cabo en JILA son totalmente independientes de sus dos instituciones financiadoras, y dependen directamente de sus miembros.

Torre del JILA, situada en el campus de la Universidad de Colorado en Boulder.

Torre del JILA, situada en el campus de la Universidad de Colorado en Boulder.

Una de las claves del éxito del JILA es la estrecha colaboración entre sus distintos grupos de investigación, tanto teóricos como experimentales. El contacto y las reuniones entre distintos grupos son constantes, fomentados por actividades lúdicas que recrean un ambiente excelente. JILA es un centro concebido por y para la ciencia, sustentado en un organigrama burocrático ideado para que sus investigadores dediquen la mayor parte de su tiempo a la investigación. Un reflejo cuantitativo del éxito de su funcionamiento es la obtención de tres premios Nobel en Física: Eric Cornell y Carl Wieman (2001) por la creación del primer condensado de Bose-Einstein, y Jan Hall (2005), por la obtención del peine de frecuencias ópticas. Aparte de estos tres premios Nobel en JILA, Boulder alberga otros dos galardonados: Thomas R. Cech (CU, 1989), en Química y David J. Wineland (CU y NIST, 2012) en Física, por su trabajo en sistemas cuánticos. Por otro lado, es conocida la estrecha relación entre empresa y ciencia en la sociedad norteamericana. JILA no se queda atrás, y como ejemplo, desde su fundación se han creado 13 empresas spin-off (con unos 140 puestos de trabajo asociados), muchas de ellas con importante impacto internacional.

Conferencia de David Wineland en la Universidad de Colorado (4 de septiembre de 2013), acerca del premio Nobel que obtuvo el año pasado.

Conferencia de David Wineland en la Universidad de Colorado (4 de septiembre de 2013), acerca del premio Nobel que obtuvo el año pasado.

JILA siempre ha tratado de abordar una visión generalista de la ciencia, sin focalizarse solamente en sus aspectos prácticos. Y es que en JILA se abarcan todos los aspectos de la ciencia: teórica y experimental, fundamental y aplicada. En palabras de Dr. Lewis M. Branscomb, miembro fundador del JILA, “¿Cómo podría JILA medir el grado de consecución de los objetivos de sus proyectos? Nunca lo hemos hecho. ¿Qué cantidad de su investigación es fundamental y cuánta aplicada? Nunca hacemos esa distinción. JILA tiene éxito debido a sus valores fundacionales, su libertad para tomar riesgos, su comunidad multidisciplinar, y sus colaboraciones internacionales.”

Sin duda JILA es uno de los centros referentes internacionales en Física. Tener la oportunidad de trabajar en él es uno de los mayores privilegios de los que puede disfrutar un científico.

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