Un Verano en el Hielo

Glackma 2009, Desde el año 2001 los expedicionarios Carmen Domínguez (USAL) y Adolfo Eraso (UPM), trabajan en un proyecto dedicado a monitorizar la evolución del calentamiento global utilizando los glaciares como sensores naturales.
Un Verano en el Hielo 17/08/2009

Reinstalación de la estación de medida

Proyecto Glackma

Proyecto Glackma

Comienza un nuevo día, en el que después de un buen descanso, se siente uno mucho mejor. La lluvia no golpea en la tienda de campaña, pero tampoco se nota la luminosidad del sol…, ¿cómo estará el día? Al abrir las cremalleras de la tienda compruebo que una niebla bastante densa invade todo. Una niebla muy húmeda…, bueno, hubiera deseado un día luminoso, pero esto es lo que nos ha tocado.
Después de un buen desayuno comenzamos montando la tercera tienda de campaña justo al lado del río donde vamos a reinstalar la estación de medida con las sondas que traemos. En sucesivos viajes vamos llevando todo el material de trabajo hasta dicha tienda. Ahí lo tendremos a mano y protegido del tiempo desapacible que nos acompaña.
No es poco el material que hemos traído para la instalación: 5 metros de barras de acero galvanizado para instalación –cortadas en varios tramos-, anclajes para los empalmes de las mismas, una treintena de parabolts, un surtido de abrazaderas de diferentes tamaños, perforadora de rotopercusión con batería (las rocas a perforar son ígneas, muy duras y abrasivas), 2 maletines completos de herramientas variadas, máquina atornilladota, tortillería variada para fijación del cable de las sondas, tubos protectores con tapas correspondientes para proteger los lectores, varias bolsas de bridas de plásticos y algunos complementos generales de instalación. Donde estamos, tenemos por fuerza, que ser autónomos, no nos puede faltar nada… un mínimo detalle y nos quedaría sin poder completar la instalación.
En esta expedición traemos cuatro sondas para medir nivel y algunos otros parámetros. Tienen CPU estanca para poder ser instalada en el fondo del río, batería de ión-litio que resiste bien a las bajas temperaturas invernales de la zona y cable especial con compensador de presión atmosférica para lecturas de nivel. Entre las cuatro sondas tienen un total de 54 metros de cable para poder conectar el lector, que quedará en el exterior del río. Son una generación más moderna de las sondas que teníamos instaladas anteriormente, tienen mayor precisión y han ampliado la memoria de almacenaje de datos: de 32 kb han pasado a 1 Mb. Esto último es fundamental para nosotros que trabajamos tan alejados y con logísticas muchas veces complicadas. Con las sondas antiguas de 32 kb, para obtener los registros horarios de las series temporales que generamos, tenían capacidad solamente para 14 meses. Eso nos creaba una gran servidumbre en el mantenimiento operativo de las estaciones, obligándonos a pasar por cada una de ellas todos los años. A partir de ahora, iremos poco a poco reinstalando la red de estaciones que tenemos en GLACKMA, con esta nueva generación de sondas.
Bueno, ya tenemos todo el material protegido en la tienda de campaña junto al río… y ahora, ¿qué? Instalar, instalar e instalar.
Son tres días continuos de trabajo, parando lo justito para comer y dormir, con dedicación exclusiva al montaje de la nueva estación de medida. ¿El tiempo que nos ha tocado? Muy desapacible: lluvia, niebla, agua-nieve, granizo y vientos fortísimos de 80 km/h con rachas que superan los 100 km/h. Estos son los elementos que se van alternando, uno tras otro, durante los tres días que duran nuestros trabajos de instalación.
Parte del montaje hay que hacerlo desde el agua, trabajando en el río, en el que tenemos una profundidad en torno al metro, en este momento. En eso sí hemos tenido suerte, debido a las bajas temperaturas de estos días el caudal en el río es bajo y podemos trabajar mucho más cómodamente, ya que la velocidad del agua – aún siendo rápida- nos lo permite.
He traído conmigo un traje seco para estrenar, hecho a medida por una conocida empresa especializada en equipos deportivos de buceo. No doy crédito a lo que ocurre… al traje le entra agua… ¡sí! Y se trata de agua con temperaturas que oscilan entre los 0,1ºC y los 4ºC. Horas y horas metida en el río con este traje hacen que pierda en numerosas ocasiones la sensibilidad en las piernas, sobre todo en los pies. ¡Es un verdadero fastidio que esto nos pase aquí, donde no tenemos otra solución más que continuar! Al salir del río, le sale agua por todas las costuras. Le empezamos a llamar la “regadera seca” en lugar del “traje seco”. Mejor tomárselo a risa.
Condiciones duras, pero el trabajo continuo como de hormiguitas nos permite conseguir lo que queremos. Nos ha quedado una magnífica y robusta estación de medida.
Estoy contenta con el manejo y soltura que he ido adquiriendo en este tipo de instalaciones. La base para este aprendizaje es de mi infancia y adolescencia, en la casa de campo de mis padres… y ahora, la he ido perfeccionando acomodándome a estas nuevas condiciones.
¡Qué satisfacción da el trabajo bien hecho!

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