Health Spain , Salamanca, Friday, April 25 of 2014, 19:33

Análisis del papel de las deubiquitinasas en el sistema nervioso

El Instituto de Neurociencias de Castilla y León estudia proteínas que pueden tener influencia en aspectos como el dolor o las enfermedades neurodegenerativas

JPA/DICYT El Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de la Universidad de Salamanca ha realizado un ensayo para identificar y caracterizar unas proteínas conocidas como deubiquitinasas, que podrían tener cierta influencia en aspectos muy diversos del sistema nervioso, desde el dolor a las enfermedades neurodegenerativas. Una de las investigadoras responsables de este trabajo, Begoña Anta, ha explicado hoy los avances en este campo en una conferencia.

 

Esta línea de investigación está relacionada con el estudio de las neurotrofinas, una familia de proteínas que desempeña un papel muy importante en el sistema nervioso, ya que favorecen la supervivencia de las neuronas, así como su crecimiento o diferenciación.” Las neurotrofinas son proteínas que son secretadas al medio como un modo de interacción entre neuronas”, explica la investigadora en declaraciones a DiCYT, “y las deubiquitinasas actúan sobre el receptor de neurotrofinas TrkA, que está implicado en dolor”.

 

Por el momento, se trata de una línea de investigación muy básica en la que “sólo describimos la mecánica de un sistema”, aclara, por medio de cultivos celulares. “Realizamos ensayos in vitro, directamente con las proteínas, de manera que puedan interactuar entre ellas”, añade. Sin embargo, la acción de las deubiquitinasas tiene una repercusión indirecta en las células más importantes del sistema nervioso, las neuronas, así que en realidad este trabajo podría ser útil para estudiar las enfermedades neurodegenerativas más conocidas, como el alzhéimer o el párkinson.

 

El ensayo inicial ha dado paso a diversas líneas de investigación más específicas en el laboratorio que dirige Juan Carlos Arévalo en el INCYL. Después de identificar algunas deubiquitinasas, “hemos obtenido mucha información para poder seguir cada una de esas proteínas”, comenta Begoña Anta, de manera que el trabajo no ha hecho más que empezar.