Burgos reclama la capitalidad de la Paleontología mundial
Ana V. Pérez/Beatriz G. Amandi/DICYT Un solar de casi 60.000 metros cuadrados en el centro de Burgos apura sus últimos meses de tranquilidad y silencio a la orilla del río Arlanzón. Con la firma del convenio entre el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Junta de Castilla y León para la construcción del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CNIEH), el espacio que delimitan el Paseo de Atapuerca y la calle Burgense con Doctor Fleming y San Pablo culminará su propio proceso evolutivo. La próxima primavera, según anunció el presidente de la Junta hace unos días, comenzarán las obras.
Desde el siglo XIII albergó el convento de San Pablo, hasta que en el XIX fue ocupado por un cuartel de Caballería. Y ahora, en el arranque del XXI, los terrenos esperan el inicio de las obras del nuevo complejo arquitectónico que albergará el Museo de la Evolución Humana, un Palacio de Congresos y el referido Centro de Investigación sobre la Evolución Humana. Un complejo científico-cultural que situará a la capital burgalesa como una de las referencias nacionales en lo que a investigación antropológica se refiere.
Más allá de Atapuerca
La referencia de Atapuerca, cuyos yacimientos se encuentran a una veintena de kilómetros, forma parte del origen del proyecto, y la propia creación del museo está íntimamente ligada a los trabajos que allí se realizan, pero las miras de la Junta y del ministerio van más allá, y pretenden que el CNIEH impulse un salto cualitativo en la Paleontología Humana y la Arqueología Prehistórica, abriendo nuevas líneas de investigación para las que son necesarios unos medios técnicos que aportará el centro.
Algo prácticamente impensable a mediados del siglo XX, cuando los estudios sobre la Prehistoria en España eran impulsados por paleontólogos extranjeros como el francés Breuil o el alemán Obermaier. “En España, los estudios de Prehistoria, concretamente los de evolución humana, apenas tienen tradición. Sobre los años 50 y 60 Emiliano Aguirre comienza a desarrollar esta línea, al principio desde un punto de vista meramente teórico, porque en España no comienzan a aparecer restos significativos hasta que no se descubre Atapuerca”. Quien así se manifiesta es José María Bermúdez de Castro, investigador del CSIC y codirector de las excavaciones de Atapuerca junto con Arsuaga y Carbonell. Y a pesar de la importancia de los trabajos que llevan a cabo, Bermúdez de Castro es claro a la hora de no supeditar la labor del centro al yacimiento burgalés: “Por supuesto, uno de los objetivos de la Junta de Castilla León es que el Centro Nacional de Evolución Humana no se identifique únicamente con Atapuerca. Se trata de dar servicio a los distintos grupos de investigación que hay en el país trabajando en los diversos ámbitos paleontológicos”.
En la misma línea se muestra el profesor Germán Delibes, del Departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropología Social y Ciencias Historiográficas de la Universidad de Valladolid, quien ha participado como asesor del ministerio en el diseño del proyecto. Para él también es prioritario que el CNIEH sea capaz de involucrarse en investigaciones alternativas o pararelas a las que se vienen llevando a cabo en Atapuerca: “Entiendo que pueda existir cierta desconfianza sobre si el centro no acabará siendo una infraestructura al exclusivo servicio de la investigación de Atapuerca. Desde luego no es casual esta vecindad física de estos yacimientos y del CNIEH y sería absurdo negar que, sin la repercusión científica y divulgadora del trabajo llevado a cabo durante los últimos 25 años en Atapuerca, el nuevo centro jamás hubiera existido. Pero, así y todo, existe la voluntad decidida de prestar idéntico servicio desde el CNIEH a cualquier solicitud razonable de colaboración que se le presente”, apunta.
El objetivo del CNIEH es, de esta forma, facilitar la consolidación de los equipos investigadores españoles actuales, promover la formación de nuevos investigadores y técnicos nacionales y atraer y abrir sus puertas a científicos de otros países.
Cuatro departamentos y más de 100 personas
El proyecto original presentado a la Junta propone la creación de cuatro departamentos en torno a los que se lleven a cabo los trabajos de investigación: Paleobiología Humana, Paloecología, Prehistoria y Geología, a los que se unirían una serie de laboratorios comunes y otros cuatro específicos (Radiología, Paleohistología, Paleobotánica, Arqueozoología y Espectometría de Isótopos y Geocronología) y una gran biblioteca de investigación. Para su puesta en marcha los expertos consultados han elaborado un calendario de trabajo (ver cuadro adjunto) con los plazos, así como un avance de necesidades en lo que a recursos humanos se refiere que señala entre 100 y 105 el personal que debería trabajar en el centro cuando se encuentre a pleno rendimiento.
“Las líneas de trabajo que ha propuesto la comisión científica van encaminadas a crear equipos de investigación interdisciplinares, en los que para cada una de las áreas de estudio que coordinarán los departamentos haya, al menos, un especialista de cada campo, un geólogo, un antropólogo, etc...”, apunta Bermúdez de Castro, para quien el centro tiene que ser lo suficientemente atractivo como para captar a especialistas de prestigio: “Sí, aunque el objetivo es que los equipos del CNIEH estén a disposición de cualquier grupo que tenga la suficiente especialización y que los requiera. Algunas prioridades serán la adquisición de equipos de Geocronología que permitan datar de manera precisa los yacimientos”.
A esto añade Delibes la flexibilidad de otras instituciones, como museos, universidades o el propio CSIC, para facilitar que sus investigadores puedan trabajar una temporada en el centro sin que eso suponga perjuicio alguno para sus currículos, sino al contrario. Y señala también un elemento clave para la difusión de las investigaciones que acoja el centro: “Si el CNIEH aspira a convertirse en una referencia mundial para el estudio de la evolución humana deberá dotarse de un órgano de expresión propio, para acabar con la paradoja de que los antropólogos españoles, estando entre los mejores del mundo, deban recurrir sistemáticamente a publicar los resultados de su trabajo en revistas extranjeras”.
De esta forma, el CNIEH, diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldewger en 10.400 metros cuadrados repartidos en cinco plantas, espera convertirse en una referencia internacional y máximo exponente de la Paleontología y la Arqueología española, que ocupa un sitio propio en el panorama internacional. Para Delibes “las posibilidades de trabajo, cuando el centro haya alcanzado su velocidad de crucero, serán casi infinitas; aunque esa velocidad de crucero tardará en lograrse, pues está previsto -con toda lógica, por cierto- un crecimiento gradual”.
El yacimiento más importante del mundo | |
“Las excavaciones de Atapuerca no tienen punto de comparación con ninguna que se esté realizando en estos momentos en cualquier lugar del mundo. Es claramente la más importante en Prehistoria y evolución humana se tenga en cuenta el parámetro que se tenga. Da igual que lo veamos desde el punto de vista de las publicaciones, de los investigadores, de los descubrimientos, de los yacimientos, etc”. Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones, es tajante al respecto de la importancia de las investigaciones que se desarrollan en el yacimiento.
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