Científicos de Salamanca analizan sedimentos del Mediterráneo para investigar la evolución del clima
JPA/DICYT Científicos del Departamento de Física Fundamental de la Universidad de Salamanca están llevando a cabo el análisis de sedimentos marinos recogidos en el Golfo de León con el objetivo de descubrir cuál ha sido la evolución del clima en el Mediterráneo a lo largo de los últimos 400.000 años. En el marco de un proyecto internacional Promess, "la idea es recoger los registros más antiguos que se han obtenido hasta el momento, que pertenecen a la última campaña del buque ruso Bavenit", explica Begoña Quintana, responsable de los análisis, que trabaja en colaboración con el grupo de Geociencias Oceánicas de José Abel Flores.
"Nosotros intentamos ponerle fecha a los cambios que ellos detectan en el registro sedimentario y que pondrán en correlación con los de su reciente expedición al Ártico, cuyos sedimentos también analizaremos más adelante", ha asegurado Begoña Quintana en declaraciones a DICYT. Para ello se fijan en los radionúclidos, que son las formas inestables de los elementos químicos que liberan radiación a medida que se van descomponiendo. "Mediante modelos matemáticos, comparamos los elementos que había en épocas pasadas y los que hay en el momento de la medida, y así podemos conocer el tiempo que ha transcurrido", apunta.
Técnica alternativa
La ventaja de realizar análisis por medio de los radionúclidos de las series de desintegración del uranio 238 y 235, es que permiten datar muestras de mucha más antigüedad que el carbono 14. "Ahora mismo el problema que tienen la mayor parte de los estudios de paleoclima es que el carbono 14 sólo es aplicable para los últimos 50.000 años”, declara. "Nuestra alternativa consiste en aplicar estos radionúclidos naturales, algo que ya se ha hecho en otros estudios, pero con características diferentes", señala.
Los radionúclidos emiten radiaciones electromagnéticas en forma de rayos gamma o fotones de alta energía, así que la técnica que utilizan estos científicos se denomina espectrometría gamma, que consiste en detectar esa radiación de una fuente que contiene radionúclidos que se están desintegrando. La ventaja de la espectrometría gamma es que permite detectar la energía característica de un elemento concreto, y así se puede identificar el radionúclido que contiene dicha muestra.
Por otra parte, "hay varios tipos de detectores que te permiten realizar estas medidas, pero en la actualidad el mejor método es el de los cristales de germanio, cristales semiconductores desarrollados en los últimos 20 años", según Quintana, que los utiliza porque ofrecen "la mayor resolución para distinguir las diferentes energías de emisión de los fotones".
Software para perfeccionar la técnica | |
Para el equipo de Begoña Quintana, realizar estos análisis es una oportunidad de perfeccionar su propia técnica de espectrometría gamma con detectores de germanio. "Hemos ajustado esta técnica para medidas de muy baja actividad, ya que estos elementos presentan concentraciones bajas que suponen un reto para nosotros", asegura la especialista. Además, los científicos salmantinos han necesitado desarrollar su propio software para adecuarlo a los resultados que obtienen. "En el ordenador vemos espectros que corresponden a una determinada energía. Por ejemplo, en el eje de las x, la energía, y en el eje de las y, número de fotones detectados", indica. Con los gráficos resultantes, determinan la edad del sedimento. |