Con un test creado en Brasil se pueden diagnosticar 416 virus de zonas tropicales
AGENCIA FAPESP/DICYT Científicos de la Universidad de São Paulo (USP) con sede en la localidad de Ribeirão Preto, en Brasil, desarrollaron una plataforma con la cual se puede diagnosticar en muestras clínicas de pacientes la presencia de 416 virus hallados en las regiones tropicales del planeta.
Según sus creadores, esta herramienta podrá utilizarse en centros de referencia –tales como el Instituto Adolfo Lutz, la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) y el Instituto Evandro Chagas, todos de Brasil– para efectuar el monitoreo epidemiológico de patógenos con potencial para causar epidemias en humanos.
Resultados de esta investigación, coordinada por Victor Hugo Aquino, docente de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de Ribeirão Preto (FCFRP-USP), y que contó con el apoyo de la FAPESP, se dieron a conocer recientemente en la revista PLoS Neglected Tropical Diseases.
“Con la llegada del verano se incrementará la cantidad de pacientes con sospecha de infección por dengue, zika o chikunguña. Sin embargo, el diagnóstico de esas enfermedades suele no confirmarse mediante la aplicación de los métodos convencionales, y entonces quedamos sin saber qué virus están realmente circulando”, afirmó Aquino, autor principal del artículo.
A juicio del investigador, si una herramienta como ésta estuviera disponible en la época en que el virus del Zika empezó a circular en Brasil, quizá hubiese sido posible restringir la infección a su foco original. “Tardamos para percatarnos de que estaba ocurriendo una epidemia en el país porque nadie estaba pensando en el zika en aquel momento”, dijo.
Además de los patógenos que actualmente causan impacto significativo en la salud pública brasileña, tales como los anteriormente mencionados, el test abarca a otros que, por ahora, sólo se han detectado de manera esporádica, pero que tiene potencial para volverse epidémicos.
Un ejemplo es el virus Mayaro, un alphavirus pariente del virus chikunguña que es transmitido por mosquitos silvestres como el Haemagogus janthinomys. Otro es el virus Oropouche, el cual hasta el momento causa epidemias restringidas a las regiones ribereñas de la Amazonia y que es transmitido fundamentalmente por mosquitos de la especie Culicoides paraensis (beatilla).
“Hay también diversos virus que, hasta el momento, no les causan problemas a los seres humanos, pero algún día pueden llegar a causárselos. Están evolucionando permanentemente y, con la degradación de los ambientes naturales, agentes infecciosos que antes se restringían a sus nichos naturales pueden migrar hacia regiones más amplias”, advirtió Aquino.
Si bien el foco principal los constituyen los patógenos transmitidos por artrópodos, tales como mosquitos y garrapatas, también se incluyeron en la plataforma agentes infecciosos transmitidos por pequeños mamíferos, como en el caso del hantavirus.
Según explicó Aquino, la selección incluyó a todos los virus que existen en regiones tropicales y que su información genómica se encuentra registrada en el GenBank, un banco público mantenido por el National Center for Biotechnology Information (NCBI) de Estados Unidos.
Cómo funciona
La plataforma contiene una lámina de vidrio –del tipo de las que comúnmente se emplean en el microscopio– a la cual se sujetan 15 mil sondas que forman una especie de microchip (microarray). Cada sonda contiene impresas secuencias de 60 nucleótidos complementarios al genoma de los virus que serán detectados.
Según Aquino, las secuencias se montaron con base en las informaciones del GenBank y con la ayuda de herramientas de bioinformática.
“En caso de que la muestra de sangre contenga uno de los 416 virus incluidos en el microchip, el genoma del patógeno se unirá a una de esas sondas y dejará una marca que puede detectarse con un escáner”, explicó Aquino.
El aparato que efectúa la lectura del resultado es el mismo empleado en estudios que analizan la expresión de genes a través del método de microarray, que aún no es usual en laboratorios de análisis clínicos.
“En un primer momento, debido a que el costo sería elevado, este test no se aplicaría a toda la población, sino a pacientes con sospecha de dengue, zika u otras enfermedades febriles cuyo diagnóstico no pudo definirse aplicando los métodos convencionales”, dijo Aquino.
En este momento, de acuerdo con los cálculos del investigador, con alrededor de dos mil dólares sería posible testear muestras únicamente de ocho pacientes. “Es una plataforma que todavía se encuentra en desarrollo y los reactivos son todos personalizados, pero estamos trabajando para intentar bajar los costos”, comentó Aquino.
La validación de esta metodología se realizó con 20 virus disponibles en el Laboratorio de Virología de la FCFRP-USP. En los test realizados, no se registró la ocurrencia de reacciones cruzadas, una situación en la cual el resultado es positivo para más de un agente infeccioso y dificulta el diagnóstico.
No obstante, según Aquino, este método se mostró eficaz para diagnosticar casos de coinfección, que es cuando un mismo paciente está infectado por zika y dengue al mismo tiempo, por ejemplo.
La parte del trabajo que ha salido ahora publicada en PLoS Neglected Diseases se realizó durante el doctorado de Mohd Jaseen Khan, con Beca de la FAPESP.