Crean un polímero que cambia de color cuando detecta TNT
CGP/DICYT El Grupo de Investigación de Polímeros de la Universidad de Burgos, encabezado por el catedrático José Miguel García, ha creado un polímero que cambia de color cuando detecta TNT. El cambio de color, que supone una señal fácilmente reconocible, se produce tanto cuando el polímero detecta TNT disuelto en agua, por ejemplo, en suministros de agua contaminados, como cuando está en forma de vapor (cuando hay explosivos ocultos en las inmediaciones), aunque en esta última situación la sensibilidad del polímero es menor.
Este cambio de color es debido a los grupos amina, presentes en el polímero, que reaccionan con el TNT formando un “complejo de Meisenheimer”. Estos complejos se caracterizan por sus vivos colores, en este caso de color rojo, que contrasta con el color blanco del polímero original.
El TNT puede ser detectado actualmente usando varios métodos analíticos basados en equipos de laboratorio tales como cromatografía o espectrometría de masas. Todos ellos requieren un equipo especializado y personal capacitado, sin embargo este sensor puede ser utilizado por personas sin formación específica, como los civiles que viven cerca de las zonas de guerra o afectadas por conflictos, personal de seguridad.
Esto tiene especial relevancia ya que el TNT sigue siendo un problema en muchos países asolados por la guerra, donde se han desplegado armas explosivas o minas terrestres, ya que puede contaminar los suministros de agua y el suelo y causar graves perjuicios cuando se absorbe vía oral o cutánea.
Ropa inteligente
El polímero creado por el grupo de investigación burgalés puede recubrir fibras textiles y emplearse para fabricar ropa inteligente, que alerte a los usuarios a la presencia del explosivo, algo que podría ayudar a salvar vidas en las antiguas zonas de guerra. También puede ser de gran utilidad a la hora de llevar a cabo investigaciones antiterroristas.
Como explica el profesor García “el principal interés del equipo se centra en contribuir al desarrollo socioeconómico a través de la investigación, y trabajar con la esperanza de diseñar un sistema de etiquetas inteligentes de mayor sensibilidad para detectar los vapores de diversos explosivos”.
Ramón Martínez-Máñez, experto en química de materiales de la Universidad Politécnica de Valencia en España, destaca el “atractivo” de la idea, debido a su sencillez. "Éste es un buen ejemplo de cómo combinar la ciencia básica y la química de materiales a la hora de realizar aplicaciones prácticas”.
La Royal Society of Chemistry del Reino Unido ha publicado en su revista generalista Chemistry World el artículo sobre la investigación. La Royal Society of Chemistry del Reino Unido es una organización sin ánimo de lucro con 170 años de historia y que cuenta con 49.000 miembros en todo el mundo que promueve, apoya y difunde la química en beneficio de la ciencia y la humanidad, según la información de la UBU recogida por DiCYT.