De ermita medieval a laboratorio capaz de autogestionarse
CGP/DICYT Un equipo de investigadores de la Fundación Santa María la Real ha transformado una pequeña ermita de origen románico, la ermita de Santa María ubicada en la localidad palentina de Canduela, en un laboratorio capaz de autogestionarse. El objetivo es poder contrastar allí diferentes tipos de técnicas y materiales, para continuar avanzando en la conservación preventiva de edificios patrimoniales y en su gestión integral. En apenas 80 metros cuadrados se han colocado más de medio centenar de sensores, que monitorizan todas las pruebas que se realizan en el lugar, permitiendo además su análisis y control online en tiempo real. La actuación se enmarca en el Plan de Intervención Románico Norte promovido por la Junta de Castilla y León.
Jesús Castillo Oli, director de Conservación del Patrimonio de la entidad aguilarense y principal artífice del proyecto, explica que “llevamos varios años desarrollando el sistema de Monitorización del Patrimonio (MHS) y hemos creado este laboratorio para poner a prueba y mejorar las múltiples aplicaciones que ofrece, centradas en la conservación preventiva y la gestión integral de edificios patrimoniales”.
El proyecto se ha presentado en el marco del I Simposio SHBuildings sobre Patrimonio Inteligente, que se celebra estos días en Aguilar de Campoo. Coincidiendo con la inauguración de las jornadas, el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz, se acercó hasta el laboratorio para conocer de primera mano su funcionamiento, acompañado por el delegado territorial, Luis Domingo González, y la alcaldesa de Aguilar, María José Ortega. Saiz destacó que se trata de una oportunidad para continuar avanzando en la aplicación de la innovación al Patrimonio, como ya se está haciendo en el marco de Planes de Intervención como Románico Norte o Románico Atlántico.
En el sector del Patrimonio, al igual que en otros ámbitos, es muy complejo realizar pruebas en los edificios o bienes sobre los que se actúa y, en este sentido, MHSLab, es un proyecto pionero. “Es como si dispusiésemos de una maqueta a escala 1x1 para contrastar las técnicas o materiales que utilizamos, solo que en este caso, es un edificio real con más de 700 años de historia”, apunta el arquitecto de la Fundación.
El acondicionamiento de la ermita para convertirla en laboratorio ha sido todo un reto. Antes de su transformación en MHSLab, Santa María de Canduela ni siquiera tenía luz eléctrica. Ahora no solo cuenta con una instalación de iluminación led adaptada a las condiciones y tipología del espacio, sino que además es un edificio autosuficiente, que genera la energía necesaria para su mantenimiento de forma limpia y con un impacto visual mínimo. Detectores de presencia permiten el encendido automático de los pequeños puntos de luz instalados en el laboratorio y garantizan la seguridad del edificio que cuenta también con un sistema de apertura automática, mediante una tarjeta magnética codificada.
Investigaciones abiertas
Pero, ¿qué tipo de pruebas pueden realizarse en este laboratorio? El espacio, según explica su diseñador, ofrece todo tipo de posibilidades y, “lo mejor es que lo ponemos a disposición de otras entidades, centros de investigación, universidades, para que ellos también puedan contrastar y evaluar aquí sus técnicas”, afirma. De hecho, ya se han firmado algunos convenios de colaboración, uno de los más recientes con el Centro de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de Madrid. La principal ventaja para estos centros es la experimentación sobre un edificio real y la posibilidad de tener un control online y en tiempo real de la evolución de sus experimentos, a través del servidor del MHS.
“Actualmente tenemos varios proyectos en marcha”, comenta Jesús Castillo Oli, “uno destinado a analizar la permeabilidad al agua líquida de diferentes adhesivos en muestras de pintura mural sobre soporte de morteros en base de cal, por ejemplo, destinado a determinar si el adhesivo crea una película impermeable frente al flujo de agua líquida”. Otro de los proyectos evalúa el comportamiento de la humedad capilar en paramentos, en función de la cota y la ubicación dentro del edificio, considerando los focos de ventilación. Un tercero estudia el comportamiento de la madera embebida en paramentos, sin protección, en contacto directo con mortero en base de cal. Junto a cada uno de los proyectos se ha colocado una ficha que explica al detalle sus objetivos y metodología, así como los resultados que se espera obtener una vez que concluyan.