Desarrollan sensores luminiscentes para monitorear la contaminación
INFOUNIVERSIDADES/DICYT El equipo de investigadores comandado por las doctoras Graciela Escandar y Gabriela Ibañez, docentes, investigadoras del Conicet e integrantes del Instituto de Química Rosario (IQUIR), trabaja en el desarrollo de métodos analíticos, a partir de técnicas luminiscentes para la determinación de compuestos de riesgo ambiental. Un sensor químico luminiscente es un dispositivo que, como resultado de su interacción con un determinado compuesto, convierte la información química en una señal luminosa. Es decir, que los datos se obtienen a partir de medidas de emisión de luz que incluyen los fenómenos de fluorescencia y fosforescencia.
El proceso de fluorescencia es extremadamente rápido y ocurre cuando ciertas moléculas absorben energía y luego la re-emiten en forma de luz, durante el tiempo que permanece el estímulo que la provoca. El proceso de fosforescencia es similar pero mucho más lento, allí la re-emisión de la energía absorbida se produce aún cuando la fuente original de irradiación se ha apagado.
“Nos abocamos a conseguir métodos de determinación que sean rápidos, económicos y que se ajusten a la llamada Química Verde, que consiste en una concepción dirigida hacia los diseños de productos y procesos químicos que implican una reducción o eliminación de productos químicos peligrosos, fundamentalmente con un carácter preventivo. Se busca desarrollar técnicas que reducen o eliminan el uso de reactivos nocivos. Los sensores, en general, no utilizan grandes cantidades de solventes orgánicos y se pueden emplear empleando una mínima cantidad de sustancias peligrosas”, afirmaron a Argentina Investiga las investigadoras.
Según explicaron las científicas, una de las ventajas de los sensores luminiscentes es que poseen una alta sensibilidad; esto significa que permiten determinar una cantidad muy pequeña del compuesto de interés en las muestras. Por otro lado, los análisis realizados con este método brindan resultados en forma rápida y, en muchas ocasiones, no es necesario transportar la toma de muestra al laboratorio, sino que puede realizarse en el mismo sitio investigado.
El objetivo del trabajo es, además de detectarlos, poder cuantificarlos, ya que establecer el nivel de un contaminante permite determinar también si ese compuesto se encuentra presente por debajo o por encima de los niveles permitidos por las agencias de control ambiental, y es a partir de esa información que se pueden tomar las decisiones adecuadas para remediar o evitar la contaminación.
A partir de este método, el equipo trabaja con muestras de agua potable, agua contaminada y lodo activado, así como también muestras del Río Paraná y sus afluentes principales en diferentes zonas. De esta manera se llega a determinar hidrocarburos aromáticos y agroquímicos de uso frecuente (herbicidas, fungicidas, insecticidas). Hoy trabajan en torno a contaminantes emergentes como, por ejemplo, antibióticos, hormonas esteroideas y medicamentos utilizados en enfermedades crónicas, que no están dentro de las regulaciones que controlan la calidad del agua, pero representan una potencial amenaza para los seres vivos.