Alimentación España , Burgos, Lunes, 12 de mayo de 2014 a las 18:27

Desarrollan sensores para detectar contaminantes medioambientales y alimentarios

La investigadora de la Universidad de Burgos Ana Calvo Pérez ha defendido su tesis doctoral centrada en la determinación de aminas biógenas y cromo

Cristina G. Pedraz/DICYT En ámbitos como la seguridad alimentaria o la calidad medioambiental, que afectan directamente a la salud del hombre, existe la necesidad de contar con herramientas analíticas que permitan detectar contaminantes. Por ello, el Grupo de Investigación Electroanálisis (ELAN) de la Universidad de Burgos trabaja en el desarrollo de nuevos sensores para determinar contaminantes medioambientales y agroalimentarios. Estos sensores electroquímicos se basan en la tecnología serigráfica, que consiste en la deposición de tintas conductoras sobre un soporte inerte.
 

Recientemente, la investigadora de la Universidad de Burgos Ana Calvo Pérez ha defendido su tesis doctoral, turorizada por las profesoras Julia Arcos Martínez y Olga Domínguez Renedo, del Grupo de Investigación ELAN, sobre el desarrollo y la aplicación de estos sensores al control de tóxicos como aminas biógenas y cromo.
 

Según explica a DiCYT Ana Calvo Pérez, “el trabajo surge con la idea de poner a punto métodos de análisis simples que solventen los inconvenientes que presentan las técnicas analíticas utilizadas normalmente en la determinación de este tipo de sustancias”.
 

En el caso del control de aminas biógenas, son compuestos tóxicos que se producen como consecuencia de la degradación de los alimentos. Por otro lado, en los diversos procesos industriales a los que se someten muchos productos alimenticios durante su elaboración pueden ser fuente también de contaminación con metales tóxicos como el cromo. Por ello, su detección es de gran interés debido a la distinta toxicidad que presenta dependiendo del grado de oxidación en que se encuentre el metal.
 

En concreto, los sensores desarrollados para detectar aminas biógenas y cromo se han aplicado a muestras de queso, aguas residuales y aguas de consumo humano. “Buscamos realizar un trabajo completo escogiendo analitos de diferentes características como por ejemplo la tiramina, que es un compuesto orgánico y de gran interés debido a que es una amina biógena, uno de los tóxicos naturales más destacables dentro de los contaminantes agroalimentarios. Y dentro de los contaminantes medioambientales se escogió el cromo como metal pesado de importante toxicidad”, precisa.
 

Cuatro publicaciones científicas y una patente

Los investigadores han obtenido buenos resultados en la determinación de ambos analitos, resultados que han sido descritos en cuatro artículos publicados en revistas científicas y en el caso de la determinación de cromo han dado lugar a una patente.
 

Como apunta la investigadora, “este tipo de sensores electroquímicos aporta un método de análisis selectivo y sensible, que nos permite realizar determinaciones de forma rápida y sencilla, con una instrumentación de bajo coste, lo que favorece la realización de análisis in situ, una propiedad muy destacable en la determinación de contaminantes”.