Ciencia Colombia , Colombia, Martes, 11 de enero de 2011 a las 09:37

Descubren el fósil prehistórico de un depredador marino

A principios del periodo Cretácico, hace aproximadamente 150 millones de años, un tranquilo mar cubría gran parte del territorio que hoy ocupa Colombia

UN/DICYT Este descubrimiento, logrado por una investigadora de la Universidad Nacional de Colombia, constituye un nuevo paso en el camino promisorio de la Paleontología en el país. El hallazgo es el fósil de un saurio gran depredador que vivió en las aguas del mar Cretácico que cubrió gran parte del territorio ocupado hoy por Colombia y se encontró en el terreno de construcción de un poliducto en Villa de Leyva, Boyacá.


A principios del periodo Cretácico, hace aproximadamente 150 millones de años, un tranquilo mar cubría gran parte del territorio que hoy ocupa Colombia. En ese entonces, un golfo ingresaba por la actual ubicación de Antioquia y continuaba hacia el Sur y hacia el Oriente, cobijando zonas actuales del Eje Cafetero, Santander, Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila. La línea costera pasaba por el Piedemonte Llanero.

 

Este mar era alimentado por corrientes frías ricas en nutrientes que proveían una amplia fauna de peces, que, a su vez, constituían la dieta de los plesiosaurios, grandes saurios del mar.

 

Dentro del conjunto de los plesiosaurios existían los pliosaurios, gigantescos reptiles marinos que alcanzaban hasta 12 metros de longitud y además tenían un cuello corto y poderoso que les facilitaba mover con vigor su gran cabeza dotada de fuertes maxilares y filosos dientes.

 

En la región de Sutamarchán, Sáchica y Villa de Leyva, en el departamento de Boyacá, se encuentran varios yacimientos paleontológicos que permiten documentar la existencia de vertebrados en el mar Cretácico e investigar sobre la dinámica y distribución de la flora y la fauna en dicho espacio geográfico durante ese periodo.


La literatura científica sobre estos yacimientos ha generado expectativa mundial dada la sorprendente abundancia de fósiles en la zona y su buen estado de conservación. Incluso, es común que los esqueletos se encuentren articulados y conservados en tres dimensiones, lo cual contrasta con la escasez de fósiles de la misma época hallados en el mundo.

 

El nuevo saurio marino


La investigadora María Eurídice Páramo Fonseca, docente del Departamento de Geociencias de la Facultad de Ciencias de la UN, halló en la zona rural de Villa de Leyva el fósil de un pliosaurio que presentó casi cuatro metros de longitud. Fragmentos mandibulares y dentales guiaron a la profesora hasta el ejemplar, cuando inspeccionaba el terreno, como parte del proyecto Evaluación paleontológica del corredor de construcción del poliducto Llanos (de Ecopetrol) en la región de Sutamarchán, Villa de Leyva y Sáchica, que ejecutan la UN y una firma de ingenieros consultores.

 

“Conscientes de la riqueza fósil que hay en el área del municipio, las autoridades de Villa de Leyva insistieron en que, durante el proceso de construcción del poliducto, se cuidara el material de interés paleontológico encontrado en la obra. Este aspecto fue considerado en el componente ambiental del proyecto. Gracias a ello fue posible desarrollar las actividades académicas que condujeron al fósil, en febrero de este año”, aseguró la profesora Páramo.

 

Estudios sobre las características de las rocas en este municipio colombiano señalan que las aguas de aquel mar eran tranquilas, por eso fue posible el desarrollo de abundante vida. De otra parte, investigaciones sobre el periodo Cretácico revelan que en esta zona se presentaron condiciones estables, lo cual favoreció la existencia de grandes reptiles marinos, explicó la científica.


Así mismo, se refirió al buen nivel de preservación de los fósiles de vertebrados: “Posiblemente este mar era poco profundo y en su fondo había escasez de oxígeno, lo cual pudo haber atenuado los procesos de descomposición de este tipo de cadáveres, favoreciendo su preservación hasta la actualidad. También es posible que cierto tipo de algas recubrieran los cuerpos y los protegieran”.

 

Hace unos 65 millones de años finalizó el periodo Cretácico y se inició la era Cenozoica, en la cual se consolidó la cordillera de los Andes. Emergiendo este sistema montañoso, uno de los más importantes del mundo en la actualidad, el mar fue desplazado cientos de kilómetros hacia el Norte, dejando en el actual departamento de Boyacá y en otros yacimientos ubicados en Santander, Tolima y Huila los vestigios de la vitalidad de aquel pasado marino.

 

 

 

Comercio ilegal de fósiles


Sobre el nuevo fósil, María Páramo, geóloga de la UN con Doctorado en Ciencias de la Tierra, especialidad Paleontología, de la Universidad de Poitiers, Francia, dice que “se trata de un animal con grandes aletas que le permitían mover velozmente su enorme cuerpo. Los restos excavados corresponden a los huesos de la cadera, las aletas posteriores y la cola de un individuo. Los fragmentos mandibulares permiten estimar que la parte delantera del ejemplar se conservó, pero debió sufrir saqueo en años anteriores”.

 

El fenómeno del comercio ilegal de fósiles es agudo en Villa de Leyva. Por décadas se estima que miles de piezas de este tipo han salido de la región e incluso del país perdiendo así un valioso patrimonio natural y cultural de la Nación. No obstante, se ha generado una creciente conciencia de los pobladores del municipio sobre el valor de los objetos de interés paleontológico, a partir de campañas realizadas por el Museo Paleontológico de Villa de Leyva, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la UN, entre otras instituciones. En 2009, más de 1.100 niños y jóvenes escolarizados de la zona participaron en los programas adelantados por el museo.


De otro lado, Sutamarchán y Sáchica constituyen áreas fosilíferas tan promisorias como Villa de Leyva y quizá con un mayor potencial, dado que se han explorado menos y el saqueo de fósiles no ha sido tan drástico.

 

Sigue investigar, preservar y exhibir


El estudio de los fósiles y las zonas donde han permanecido por siglos enterrados permite saber más sobre los seres vivos que poblaron el planeta en edades pasadas, y sobre sus interacciones, propagación y ambientes en tiempos y zonas determinados.

 

Los paleontólogos extraen los fósiles como bloques recubiertos de yeso para protegerlos y conservar la posición de las piezas. Esto se realiza a la par de un registro fotográfico detallado y el estudio de las características del área. Luego, se procede a identificar los elementos anatómicos, que se comparan con otros hallazgos documentados en publicaciones científicas. Esto permitirá clasificar el nuevo ejemplar dentro de un género para luego encontrar la especie a la cual corresponde. La labor de limpieza de los fósiles conlleva cientos de horas de cuidadoso trabajo empleando herramientas precisas baños químicos y martillos neumáticos.

 

Por ahora, se prevé que el material fósil se traslade al Museo Paleontológico de Villa de Leyva (ver recuadro). Entretanto, las labores de investigación y preservación de los fósiles seguirán su marcha con el empleo de herramientas geofísicas, bajo la orientación científica del geólogo Orlando Hernández, MSc, docente del Departamento de Geociencias de la UN.

 

Uno de los objetivos es que los pobladores de la zona y el gran número de turistas que visitan la región puedan apreciar las piezas, que serán manejadas adecuadamente desde el punto de vista museológico y museográfico. En este sentido, el director del Departamento de Geociencias de la UN, Juan Carlos Molano, afirmó que “es muy importante que este material se conserve en la región, más aún si va a integrar las colecciones del Museo Paleontológico”.

 

Para la profesora Páramo, “este tipo de hallazgos y las investigaciones que derivan dinamizan aún más la formación de nuevos paleontólogos en el país. Vale decir que la paleontología cubre también frentes de trabajo con alto valor en la exploración de hidrocarburos y constituye una labor útil en la búsqueda de nuevos recursos energéticos”.

 

Como una sentencia concluyente, la investigadora de la UN advierte: “Los colombianos somos responsables de que esta valiosa información se estudie y se conserve adecuadamente para el beneficio mundial”.