Descubren en Colombia arcillas con propiedades antibacterianas
UN/DICYT Un estudio de cinco especies de arcillas de la región de Araracuara, en el departamento del Caquetá, evidenció que además de las aplicaciones tradicionales poseen propiedades antibacterianas. Las arcillas, utilizadas durante cientos de años por los indígenas para aliviar inflamaciones, úlceras y problemas de estómago, entre otras dolencias, demostraron su efectividad contra las bacterias. La investigación realizada por Ricardo Andrés Ballesteros, estudiante de Farmacia de la Universidad Nacional de Colombia, arrojó como resultado que estos minerales impiden el crecimiento de microorganismos patógenos, particularmente los que afectan la piel.
Las bacterias son los organismos más abundantes del planeta. Se encuentran en el suelo, en manantiales calientes y ácidos, en desechos radiactivos, en las profundidades del mar y hasta en el cuerpo humano, donde se alojan particularmente en la piel y en el sistema digestivo, causando enfermedades infecciosas como lepra, tifus y difteria, o por el contrario pueden ser inofensivas.
Desde la antigüedad, el farmacéutico ha elaborado medicamentos para tratar estas afecciones a partir de principios activos que se encuentran en los diferentes elementos de la naturaleza. Sin embargo, hoy se fabrican de manera sintética o biotecnológica, pues “hay escepticismo frente al uso de sustancias que provee el entorno”, señaló el profesor José Julián López, químico farmacéutico de la Universidad Nacional de Colombia.
Tal es el caso del caolín (arcilla o filosilicato), usado en Colombia desde hace muchos años en medicamentos alopáticos (caolín–pectina) que controlan la diarrea, explicó el profesor López, quien dirige el Centro de Información de Medicamentos de la UN (Cimún).
Resultados promisorios
Las diferentes arcillas fueron analizadas en los laboratorios de Física y de Espectrometría de Rayos X del Departamento de Física de la UN. Allí se les aplicaron pruebas de difracción de rayos X (DRX) y fluorescencia de rayos X (FRX), técnicas que permiten detectar la presencia de compuestos en las muestras y cuantificarlos.
Para los análisis microbiológicos se utilizaron cepas, es decir, muestras contaminadas de bacterias proporcionadas por el Laboratorio de Microbiología del Instituto de Biotecnología, las cuales se sometieron a 37 ºC de temperatura.
De las cinco muestras, cuatro impidieron totalmente el crecimiento de las bacterias S. aureus, que afectan la piel ocasionando eritema, descamación, orzuelos y otras heridas; E. coli, presente en infecciones intestinales graves como diarrea con sangre, dermatitis, foliculitis e infección de heridas, y B. subtilis, que no representa patogenicidad para humanos, pero contamina algunos alimentos.
“En el caso de la piel, la bacteria muere cuando la arcilla se aplica directamente. En caso de infección del aparato digestivo, la infusión de la arcilla debe tomarse”, enfatizó Ballesteros, quien desarrolló la investigación bajo la dirección de las profesoras Nivea Cristina Garzón, del Departamento de Geología, y Dolly Montoya, del Instituto de Biotecnología.