El Ayuntamiento de Béjar espera acabar con los estorninos con la poda masiva en el parque
AVPR/DICYT El parque municipal de Béjar ha sido podado concienzudamente hace unos días como medida para terminar con los dormideros de estorninos que, desde hace más de un año, se han instalado en esta zona verde de la ciudad. Según ha declarado a DICYT la concejala de Medio Ambiente, Cristina Fernández-Sesma, "los animales constituyen un verdadero problema, ya que el exceso de excrementos acumulados en el parque ha conseguido que la vegetación comience a pudrirse".
Aunque el número de individuos se ha reducido sensiblemente este invierno, la edil bejarana comenta que, “según las cifras oficiales, el verano pasado se ha llegado a contabilizar más de 10.000 pájaros, por lo que buscamos el apoyo de la Junta de Castilla y León para catalogarlos como plaga".
Por el momento, los técnicos municipales han encargado a un médico y un veterinario un informe de la situación, lo que supone un primer paso para que la Consejería de Medioambiente admita a trámite el estudio que los consideraría una plaga. Cristina Fernández-Sesma comenta al resoecto que "sabemos que los estorninos son una especie protegida por Medioambiente, pero es necesario tomar alguna medida para alejarlos del casco urbano. Nosotros esperamos que, una vez terminen los trabajos de poda intensiva, los animales se asienten en los bosques de las inmediaciones como El Castañar o El Regajo".
A los destrozos que los dormideros ocasionan en los edificios colindantes al parque municipal, hay que sumar el incremento en los niveles de ruido y la cantidad de parásitos que su presencia en la zona genera. "Otro de los problemas asociados a la presencia permanente de los pájaros es el de los parásitos. Por el momento hemos detectado en la zona la presencia del piojillo que parasita a estos animales", señala Fernández Sesma.
Técnicamente no son una plaga
Sin embargo, para el catedrático del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Salamanca y miembro de la Sociedad Española de Ornitología, Salvador Peris, el fenómeno de los dormideros no puede considerarse técnicamente una plaga, ya que el hecho de que los animales hayan trasladado sus lugares de descanso del campo a las ciudades se debe principalmente a que estas se han convertido en lugares más habitables para ellos, y donde les es más sencillo encontrar alimento.
La temperatura de las ciudades durante la noche es, normalmente, dos o tres grados centígrados más elevada que la de los espacios rurales, teniendo en cuenta que un pájaro puede consumir entre un 10 y un 15% de su peso para mantenerse caliente durante la noche, el ahorro energético que experimenta su organismo es considerable.
Por otrao parte, es complicado encontrar depredadores en los espacios urbanos, incluso en los jardines y plantaciones, y a esto se une el que la mayor parte de ciudades castellanoleonesas cuentan en sus inmediaciones con explotaciones agrícolas o basureros que se convierten en una fuente de alimento casi inagotable.
De ahí que otros ejemplares, como las gaviotas en áreas costeras o las cigüeñas en zonas de interior, se hayan decidido a trasladar sus residencias y cada vez sean más habituales en los espacios urbanos, llegando a ser un problema en algunas ciudades como Santander o Lugo.