El cáncer de piel se triplicó en los últimos 40 años
UNAM/DICYT El melanoma maligno, uno de los tipos de cáncer de piel, avanza de manera seria, pues su frecuencia se ha triplicado en los últimos 40 años; por ello, es fundamental el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno, afirmó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el jefe del Departamento de Dictaminación en Medicina del Trabajo del ISSSTE, Francisco Javier Quintana Ramírez. El dermatólogo explicó que ese padecimiento se genera de las células productoras de melanina, que no sólo se encuentran en la piel (90 por ciento de los casos), sino en los ojos (nueve por ciento) y las mucosas (uno por ciento). Hasta ahora, finalizó, se han encontrado 368 agentes químicos con efectos cancerígenos potenciales, y 26 procesos industriales asociados con el mal; uno de ellos es el uso indiscriminado de fertilizantes, que provocan una contaminación no sólo por contacto directo, sino por vía respiratoria y digestiva.
En cuanto a la localización anatómica, en las mujeres es común en extremidades inferiores; mientras que en los hombres. se presenta en el tronco y en las extremidades superiores, abundó. Los riesgos de padecer este cáncer pueden ser de carácter endógeno, es decir, la predisposición genética, y exógeno, referente a condiciones ambientales que aumentan, entre cinco y 10 por ciento, la posibilidad en personas con antecedentes familiares. “La aparición está regulada por factores genéticos, correlacionados con marcadores fenotípicos y promovidos, sobre todo, por la exposición solar; no obstante, un estado inmunológico adecuado previene el incremento de los melanomas”, sostuvo el experto.
La exposición comienza desde recién nacidos y menores en etapa escolar; por ello, en esta fase de la vida se debe iniciar la prevención. El bronceado es una defensa de la piel, pues el color oscuro impide la penetración de la radiación, pero una estimulación excesiva provoca daño en el ADN de las células y en el proceso de reparación, destacó. El efecto de la carcinogénesis por radiación ultravioleta (UV), influye en tres niveles: daño celular directo, que produce hiperpigmentación; fallos en la reparación del ADN, y depresión inmunológica. Para evitarlos se deben identificar los tipos de piel (las blancas son más sensibles), pues podrían presentar desde pigmentaciones y lesiones, hasta quemaduras intensas. Los filtros solares, sostuvo, son una buena protección.