El CLPU alcanzará en abril una potencia de 200 teravatios con la primera entrega del láser de petavatio
JPA/DICYT El Centro de Láseres Pulsados Ultracortos Ultraintensos (CLPU) entrará en una nueva fase en abril de 2012, cuando recibirá una entrega parcial del futuro láser de petavatio. En ese momento, cuando el centro ya esté instalado provisionalmente en el Edificio M3 del Parque Científico de la Universidad de Salamanca, anexo a la futura sede definitiva, el nuevo láser alcanzará una potencia de 200 teravatios, es decir, la quinta parte de la potencia definitiva (ya que un petavatio son 1.000 teravatios). Así lo han explicado sus responsables esta mañana en la Primera Reunión de Usuarios del CLPU, dirigida a conocer las necesidades de investigadores y empresas que van a colaborar en los proyectos científicos.
A comienzos de año, el CLPU se instalará en el edificio M3, donde se habilitará un espacio para realizar las pruebas con el nuevo equipo de 200 teravatios. Posteriormente, a partir de mayo de 2013, con el nuevo edificio ya listo, comenzaría a instalarse todo el láser de petavatio. Por otra parte, el centro contará en el edificio provisional con un espacio general en el que incluirá instrumentación complementaria, como diferentes aparatos de microscopía. Además, también habrá con dos laboratorios auxiliares, el Laboratorio Carrier Envelope Phase (CEP) y el Laboratorio de Procesado, que tendrán sistemas láser de menor potencia, pero que interesan a muchos potenciales usuarios, como los que se han dado cita hoy en Salamanca.
"Los participantes vienen de universidades, centros de investigación y algunas empresas con las que el CLPU ya tiene proyectos de investigación en marcha, por ejemplo, una de ellas trabaja en proyectos que necesitan nuestra tecnología", ha explicado a DiCYT Luis Roso, director del centro. Algunas empresas necesitan emplear la tecnología de láseres intensos, mientras que otras están interesadas en la detección de pulsos de luz. "Un pulso de luz tiene apenas unas micras de tamaño, es como si fuera una bacteria pero que se mueve a la velocidad de la luz, así que hay que detectarla con aparatos indirectos. El equipo humano del CLPU es muy potente en desarrollar detectores y hay empresas que trabajan en otros sistemas de láser que están interesadas en utilizar nuestros equipos de detección", declara el director. En concreto, hay tres compañías implicadas en este encuentro: una del sector médico, otra de recursos industriales y un fabricante de láseres.
Para las instalaciones del láser existe un tipo de usuario que es "como un alumno con matrícula libre, que viene a hacer el examen y se va". Es decir, un usuario al que se le facilita la tecnología para que realice un experimento puntual. Sin embargo, el usuario más habitual será en realidad un colaborador que realiza proyectos de investigación en común con el CLPU. "Este usuario sería como un alumno que viene a clase cada día y al que hay que ayudar", comenta Roso, porque se trata de diseñar un experimento conjunto. Por eso, "necesitamos escuchar a estos usuarios, saber qué equipos necesitan e intentar unirlos en grupos para racionalizar el uso".
A "jubilar" el láser más intenso de 2003
Roso ha recordado que en láseres intensos Salamanca es la referencia nacional desde 2003, cuando ya tenía el láser más intenso de España. Posteriormente, el equipamiento ha ido mejorando hasta alcanzar los 20 teravatios de potencia, que en abril serán sustituidos por los 200 teravatios de la primera fase del láser de petavatio, que comenzará a instalarse definitivamente en el búnker del nuevo edificio a partir de mayo de 2013. "Ya estamos pensando en darle una jubilación honrosa al láser que en 2003 era el más intenso, para dejarlo como un elemento de docencia para el Máster de Física y Tecnología de los Láseres", apunta el director del CLPU.
Este centro es un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Junta de Castilla y León y la Universidad de Salamanca. "Estamos gestionando los recursos que nos han aportado las instituciones y que se materializan en la construcción del edificio y el equipamiento de los sistemas de láseres, especialmente el del petavatio. En cuanto al edificio, se espera que a finales del año que viene finalicen las obras y, después, acometeríamos una segunda fase de acondicionamiento del búnker donde va a ir instalado el sistema de láser, lo que nos llevaría unos seis meses", ha explicado Pedro García García, gerente del CLPU.
Un tipo de láser distinto |
|
Hoy en día la aplicación más habitual del láser es "la depilación", bromea Luis Roso, para explicar que "hay muchos tipos de láser". Por eso, justifica que el centro que dirige se llame "de Láseres Pulsados Ultracortos Ultraintensos" para diferenciar este tipo de tecnología. Por ejemplo, los láseres que se utilizan habitualmente en Medicina son un haz de luz con el que se pueden realizar acciones como calentar o cortar. Son aplicaciones ya "muy extendidas, bien conocidas y que van por otro lado", puesto que los láseres pulsados no son un haz de luz. "El nuestro es más bien una especie de 'partícula' o bolita de energía que se mueve a gran velocidad y que cuando choca con la materia tiene efectos completamente nuevos", señala. |