Salud España Valladolid, Valladolid, Miércoles, 21 de abril de 2004 a las 21:07

El director del Instituto de Medicina Legal de Granada aboga por la investigación clínica como método para atajar los malos tratos

Miguel Lorente tomó parte en la 'II Jornada sobre Violencia Doméstica y Medicina' que se está celebrando en Valladolid

BGA/DICYT El director del Instituto de Medicina Legal de Granada, Miguel Lorente Acosta, acudió a Valladolid a la II Jornada sobre Violencia Doméstica y Medicina que se está celebrando en la Universidad para hablar de diferentes aspectos relacionados con la medicina forense y legal.

El experto señaló a DICYT que, aunque es una rama de la Medicina relativamente reciente, es importante continuar con las diferentes investigaciones que se están llevando a cabo, puesto que según indica, todas las medidas legales o jurídicas que se puedan adoptar suponen una acción hacia el agresor, una vez ocurrido el maltrato. Sin embargo, indicó que en la agresión intervienen otros factores que tienen que ver con la víctima y cuyo estudio puede contribuir a reducir las cifras de violencia.

En este sentido, indicó que en los casos de malos tratos, lo primero que se puede hacer desde el punto de vista de la medicina legal es una evaluación de la agresión, destinada a ser utilizada en el juicio para determinar el grado del daño infringido.

Sin embargo, señaló que la violencia física suele ir acompañada de violencia psicológica, que se suele ejercer manteniendo el control sobre la victima y su capacidad de decisión.

Esto, según indicó el experto, se está estudiando desde el punto de vista científico, y se ha llegado a conclusiones como que la víctima suele presentar determinadas hormonas de estrés y reducción de determinadas enzimas que, como consecuencia de la tensión producen un agotamiento de los sistemas que lleva a una situación de baja autoestima que, a su vez, provoca cambios en la capacidad de razonar de la victima y supone una mayor predisposición a tener malos tratos, como muestra el hecho de que la mayoría de víctimas mantienen una actitud pasiva hacia su agresor.

Las conclusiones de esta investigación pueden ser determinantes en casos de malos tratos a niños o ancianos, en los que la victima no puede expresar con claridad lo que ha ocurrido. Una paliza, según el experto, es resultado de una serie de agresiones más suaves que provocan una situación de estrés en la víctima que, en algunos casos, puede llegar a desembocar en suicidio.

En este sentido, Miguel Lorente señaló que la investigación en temas de violencia desde un punto de vista médico está en sus comienzos y reclama la importancia que puede llegar a tener para evitar situaciones de malos tratos antes de que se produzcan.