Health Brazil São Paulo, São Paulo, Monday, December 19 of 2022, 09:35

El efecto de los antidepresivos en el embarazo sigue sin comprenderse

Investigadores brasileños sugieren la realización de pruebas con minicerebros para investigar el impacto de estos medicamentos en el neurodesarrollo de los bebés

AGENCIA FAPESP/DICYT – La depresión puede afectar hasta al 15 % de las mujeres embarazadas. Pero con la ayuda de medicamentos antidepresivos, en su mayoría recuperan el bienestar. Así y todo, si bien el uso de estos medicamentos durante la gestación es seguro y cuenta con el aval de la ciencia, los efectos de estas sustancias sobre el neurodesarrollo aún son poco entendidos y debería estudiárselos con la ayuda de las tecnologías más avanzadas que permiten evaluar los aspectos genómicos. Esta es la conclusión a la que arribó un grupo de investigadores brasileños que analizó más de un centenar de trabajos científicos sobre la exposición prenatal a esas sustancias, con relieve para la sertralina, el fármaco que más se prescribe en estos casos en el mundo.

 

“Los trabajos que hallamos corresponden en su mayor parte a investigaciones observacionales y a estudios realizados en laboratorio con cultivos de células y animales cuyo desarrollo cerebral difiere mucho con respecto a lo que sucede en humanos. No suministran datos suficientes como para arribar a resultados conclusivos”, afirma el neurocientífico Alexandre Kihara, del Laboratorio de Neurogenética de la Universidad Federal del ABC (UFABC), en São Paulo. “Por eso estamos proponiendo un modelo experimental de ensayos mediante la utilización de células madre humanas de pluripotencia inducida [hiPSC] para investigar qué sucede con las células nerviosas en desarrollo en el útero de las mujeres durante el tratamiento con antidepresivos”, dice la doctora en epigenética Luciana Rafagnin Marinho, también de la UFABC. Ella y Kihara se encuentran entre los autores principales de un artículo sobre el tema publicado online en la revista Seminars in Cell & Developmental Biology y futuramente disponible en su versión impresa. Este estudio se concretó con el apoyo de la FAPESP.

 

Las células hiPSC pueden generar organoides cerebrales o minicerebros. Existen perspectivas que indican que los organoides cerebrales humanos pondrán utilizarse para investigar condiciones neurodegenerativas tales como las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer, y en ensayos con medicamentos de acción neurológica.

 

“Con esas estructuras sería posible testear diferentes concentraciones de medicamentos y realizar el seguimiento de la evolución de las células cerebrales hasta el tercer trimestre de desarrollo”, explica el neurocientífico y coautor del estudio Alysson Muotri, de la Universidad de California (UCSD), en Estados Unidos. Al frente de un laboratorio de genética que lleva su nombre, Muotri es pionero en el desarrollo de organoides cerebrales y en el estudio del autismo y de otros síndromes relacionados. “A decir verdad, podemos realizar el seguimiento de los organoides durante un año. Durante ese lapso, es posible observar aspectos de su desarrollo tales como la morfología y la electrofisiología de las neuronas individuales o en formaciones de redes”, detalla el investigador, también cofundador de una startup de biotecnología en Brasil llamada Tismoo.

 

Para ejemplificar los avances posibles, Rafagnin Marinho hace mención al único trabajo entre los más de cien estudios analizados que recurrió a los organoides celulares. “Aún en su etapa inicial, una investigación que evaluó el impacto del uso del antidepresivo paroxetina registró una disminución del crecimiento de las neuritas [ramificaciones neuronales que hacen posible la aproximación con otras neuronas] y de la población de oligodendrocitos, responsables de la producción de la vaina de mielina de las neuronas y, por ende, importantes para el tránsito de la información en el sistema nervioso”, describe la investigadora.

 

Los científicos advierten también al respecto de la necesidad de emplear recursos como el análisis de la expresión génica completa (transcriptoma) en célula única (single-cell RNAseq), en este caso, de un organoide. “Esta tecnología permite conocer el impacto de la exposición a un antidepresivo sobre diferentes tipos celulares, como las células progenitoras, las células de la glía y las neuronas”, informa Kihara. “Esto es particularmente importante porque las alteraciones pueden no restringirse a las neuronas. Debemos conocer esas implicaciones.”

 

Por supuesto, este tema requiere mucha cautela. “No estamos diciendo de ninguna manera que no se deben usar antidepresivos durante la gestación. Lo que proponemos es un modelo experimental y hacemos hincapié en la necesidad de estudiar su acción en el neurodesarrollo con los recursos más avanzados con los que contamos en la actualidad incluso para administrar las potenciales alteraciones”, enfatiza el neurocientífico Kihara.