El factor proNGF, un posible inductor de la muerte neuronal en los casos de alzhéimer
AMR/DICYT La muerte neuronal es la característica principal del alzhéimer, y la causante del deterioro cognitivo que ocasiona la enfermedad en quienes la padecen. Un grupo de investigación del Institut de Recerca Biomèdica de Lérida ha descrito que la forma precursora del factor de crecimiento neuronal (llamado proNGF) presenta actividad proapoptótica (esto es, favorable a la muerte neuronal) y que la concrentración del proNGF se incrementa a medida que progresa el alzhéimer. Carmen Espinet, directora del grupo de Neuropatología Molecular de este instituto de la Universidad de Lérida, presentó sus últimas investigaciones en la materia hoy en la sede del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, en Salamanca.
El proNGF, según explicó a DiCYT la investigadora, "posee funciones contrarias a las de su forma madura cuando sistentiza en la forma precursosa", denominada mNGF. En concreto, el proNGF presenta atividad proapoptótica ("inducir la muerte de las neuronas", explica) y alta afinidad de unión al receptor de neurotrofinas. Y además, "se ve incrementado su número cuando existe alzhéimer, por lo que es importante para conocer el mecanismo de degeneración neuronal". Su equipo de investigación considera que ese aumento de la concrentación de proNGF en los casos de alzhéimer puede tener una relevancia en la inducción de la muerte neuronal.
El mecanismo por el que actúa en la muerte de las neuronas está establecido en la "interacción con el receptor p75NTR", según describe Espinet. "Induce el procesamiento del receptor y su parte intracelular se traslada al núcleo induciendo, a su vez, la muerte neuronal", explica la especialista.
Presencia en casos de alzhéimer
La presencia de este factor es significativa para su equipo investigador en casos de alzhéimer, una enfermedad cuya prevalencia es de cuatro de cada mil personas y se manifiesta progresivamente en personas con mayor edad. "La proNFR en alzhéimer se encuentra alterada químicamente de forma que es más resistente a la degradación y es más patogénica", indica la experta. Además, se incrementa "a medida que progresa la enfermedad".
Aunque el factor es conocido desde hace cuatro décadas, el laboratorio Hempstead de Nueva York (Estados Unidos) descrubrió la función proapoptótica en 2001, por lo que se abrió la vía para asociarlo como posible inductor de muerte neuronal. Esta inducción puede "durar años", advierte Espinet, que tiene abiertas líneas de investigación en proneurotrofinas y en la neurodegeneración. Su equipo de investigación analiza desde 2003 estas interacciones.