El Ibiomed descubre que la melatonina reduce el daño por ejercicio físico en el músculo cardiaco
Antonio Martín/DICYT Una tesis realizada en el Instituto de Biomedicina de León a punto de ser presentada ha encontrado efectos antiinflamatorios de la hormona melatonina en el músculo cardiaco si se administra antes de la realización de un ejercicio físico intenso. Es la primera vez que el Ibiomed halla características beneficiosas para el miocardio de esta molécula, producida en la glándula pineal. Hasta ahora, la investigación había girado en torno a las propiedades antiinflamatorias en los músculos esqueléticos, esto es, en aquellos que mueven el organismo, y no sobre los cardiacos, cuya función fundamental es el bombeo de la sangre.
La investigación, realizada por el investigador brasileño Christiano Veneroso y dirigida por la profesora Pilar Sánchez Collado, parte de la base de que el tejido del miocardio o músculo cardiaco, cuando es estimulado por un ejercicio físico agudo, presenta signos de daño celular incrementados. Para medir estos signos, el estudio, que será publicado en breve en Journal of Pineal Research, se centró en alguno de los marcadores inflamatorios más relevantes, como la expresión génica de diversas citoquinas, moléculas de adhesión y de las enzimas ciclooxigenasa 2 (COX-2) y óxido nítrico sintetasa, así como la mieloperoxidasa, o la activación del factor de transcripción nuclear kappa B.
Para el experimento se utilizaron ratas macho Wistar de unos 200 gramos de peso y una cinta rodante para animales que el Ibiomed utiliza para medir el consumo de oxígeno cuando se realiza el ejercicio físico. Los investigadores dejaron que los animales de experimentación se acostumbraran durante una semana a correr cinco minutos sobre la cinta, idéntica a la que una persona pueda utilizar en un gimnasio. Transcurrido ese tiempo, se sometió a las ratas a un protocolo estandarizado de ejercicio intenso: carrera continua durante una hora a 25 metros por minutos y con una pendiente del 7%. "Es un ejercicio bastante exhaustivo para este tipo de animales", indica a DiCYT Sánchez Collado. Previamente, a un grupo de ratas se le administró media hora antes de comenzar la prueba melatonina.
Los efectos inflamatorios sobre el miocardio del ejercicio intenso en los animales a los que se les proporcionó melatonina eran menores que aquéllos que no recibieron esta hormona. Además, se comprobó que la administración de esta molécula en ratas que no realizaron ejercicio físico no suponía efectos secundarios en su organismo. En suma, se comprobó que la melatonina, que es producida por el organismo aunque no se puede incrementar su producción natural, impedía o al menos reducía la magnitud de las consecuencias inflamatorias en el músculo cardiaco del ejercicio físico intenso.
Una vuelta a los estudios clásicos
La conclusión más importante del estudio, para Sánchez Collado, es que las personas no entrenadas pueden ocasionarse daños en el músculo cardiaco si realizan ejercicios físicos intensos de golpe. Hasta ahora, "había pocos estudios que analizaran el daño producido por el ejercicio físico agudo, ya que siempre se han realizado al revés: cómo puede ayudar el ejercicio a personas que han tenido alteraciones cardiacas". A nivel popular, es habitual aconsejar a una persona que ha padecido una angina de pecho o un ataque al corazón liviano que realice más actividades físicas, como caminar, pero este estudio matiza que una alta intensidad de ese ejercicio físico puede ocasionar daños musculares cardiacos, como los produce en los músculos esqueléticos.
La melatonina se produce en la glándula pineal, ubicada en el dienfécalo, de forma natural, pero también existe una fabricación sintética en laboratorios. Existen ya bastantes publicaciones que ponen de manifiesto los beneficios de la hormona en procesos antioxidantes, antiapoptóticos y antiinflamatorios. Generalmente, es utilizada para combatir el desfase horario o para regular el sueño en personas mayores, ya que a partir de los 60 años, disminuye la producción endógena. En España, no está permitida su comercialización sin receta desde 1996.