Salud España , Salamanca, Jueves, 25 de abril de 2013 a las 14:18

El Incyl diseña pruebas objetivas para analizar problemas auditivos

Científicos salmantinos han realizado un estudio con pacientes para una empresa de Estados Unidos y ahora quieren perfeccionar la técnica, con el objetivo de que los audífonos se adapten a cada paciente

José Pichel Andrés/DICYT Gracias a la financiación de la empresa estadounidense Starkey, el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) de la Universidad de Salamanca ha realizado pruebas durante dos años a pacientes que sufren hipoacusia neurosensorial bilaterial, una pérdida de audición habitual en personas mayores. El objetivo es entender la razón de que un mismo audífono ofrezca mejores resultados a unas personas que a otras con el mismo problema. Ahora un nuevo proyecto pretende hacer más rápidas y objetivas estas pruebas midiendo la actividad cerebral por medio de electrodos. En lugar de tener que realizar muchas visitas durante meses, unos pocos minutos servirán para analizar al detalle a cada paciente.

 

En el estudio realizado hasta ahora para la compañía Starkey, los científicos han visto a unas 400 personas, de las que finalmente han estudiado en detalle a 68. “Estamos empezando a analizar los datos, ahora se abre un proceso de un año y medio o dos años hasta que analicemos y publiquemos resultados”, explica a DiCYT Enrique López Poveda, investigador del Incyl y responsable de esta línea de investigación.

 

Cada uno de los pacientes ha tenido que realizar pruebas durante un mes, dos horas todos los días, y visitas posteriores durante otros dos meses, es decir, el proceso es muy largo y requiere mucha dedicación por parte de los pacientes voluntarios. “Me parecía imposible, pero lo hemos hecho y todo ha salido bien”, señala el experto. Han sido pruebas de percepción auditiva y de otoemisiones acústicas, que consisten en estimular el oído con sonidos y analizar su eco.

 

La hipótesis de los investigadores es que algunos pacientes sufren más daños en las células ciliadas internas y otros, en las células ciliadas externas. Las primeras recogen los sonidos y las segundas los amplifican, pero cuando existe un daño auditivo no se sabe cuál de los dos grupos está afectado. “Lo que hemos hecho es recoger muchos indicadores del posible daño en células ciliadas internas y externas. Pero estos indicadores son todos indirectos, se basan en pruebas de percepción y hay que validarlos”, indica López Poveda. Por eso, un nuevo proyecto de investigación nacional tratará de hacerlo de forma objetiva. Con esta información sobre los pacientes se podrían fabricar audífonos mejor adaptados a cada persona.

 

Aunque los científicos confían en que, efectivamente, los indicadores que utilizan en sus pruebas están informando sobre el daño que tiene cada tipo de célula, ahora quieren desarrollar una técnica clínica objetiva para medirlos en un entorno hospitalario. “En lugar de tener al paciente durante un mes haciendo pruebas, podríamos hacerlo en unos minutos o en una hora como mucho”, señala el investigador.

 

En lugar de las pruebas de percepción auditiva y las otoemisiones acústicas, serían pruebas de potenciales evocados auditivos, técnica que consiste en colocar electrodos en el cuero cabelludo y medir la actividad cerebral eléctrica en respuesta a estímulos acústicos. “Cuando colocas los electrodos sobre el hueso temporal estás midiendo el potencial eléctrico creado por las neuronas auditivas”, una prueba más rápida y objetiva con la que continuar en esta línea que en un futuro próximo podría permitir desarrollar audífonos que tengan en cuenta esta nueva información.

 

Un servicio universitario para pacientes


Al margen del propósito principal de la investigación, los científicos han comprobado en este proyecto que hay muchas personas insatisfechas con la calidad de la atención que reciben en los gabinetes audioprotésicos. “Muchas de las personas que han participado en el estudio nos demandan que la universidad ofrezca servicios externos de audiología y audioprótesis”, indica López Poveda. “La mayoría participaron porque querían atención de mayor calidad y con menos gasto”, añade.

 

Por eso, López Poveda ha propuesto a la Universidad de Salamanca la creación de un servicio externo de audiología, para el que “sólo harían falta un par de despachos”. De esta forma, se completaría toda la labor que se viene realizando en esta área, no sólo en investigación y en la relación con empresas, sino también en docencia, ya que el título de experto en Audiología que se imparte en el Incyl es referencia nacional y un servicio de este tipo serviría para que los alumnos hicieran prácticas.