El Incyl inicia un gran proyecto con una empresa de Estados Unidos para mejorar los audífonos
José Pichel Andrés/DICYT El Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) ha iniciado un ambicioso proyecto en compañía de la empresa estadounidense Starkey, una de las más importantes del mundo en el campo de los audífonos. El propósito es investigar cuál es la causa de que estos aparatos funcionen mejor en unas personas que en otras aunque tengan la misma patología. El estudio, que se iniciará dentro de un mes y se prolongará durante tres años, recoge la experiencia de varios años de investigación básica del grupo de Enrique López Poveda y puede dar como resultado una sensible mejora de los audífonos actuales.
Los científicos se disponen a reclutar a 100 personas que necesiten audífono para realizarles una completísima evaluación audiológica, tan completa que emplearán 30 horas de pruebas reales con cada persona, que en realidad se pueden convertir en el doble de horas de trabajo entre explicaciones y preparativos. A cambio de prestar su tiempo, los pacientes que participen recibirán de forma gratuita un audífono que, gracias a estas investigaciones, se ajustará mucho mejor a sus necesidades que los convencionales.
El proyecto se ha marcado un plazo de tres años, pero el trabajo con los pacientes se desarrollará a lo largo de dos, mientras que el tercero se dedicará a la evaluación de los resultados con el objetivo de extraer conclusiones que sean válidas para mejorar los audífonos. Para el Incyl, se trata de "un desafío" que contribuirá a aumentar el prestigio internacional del grupo de investigación de Enrique López Poveda y que puede dar como fruto "resultados espectaculares".
"Los audífonos son comerciales, pero la forma de adaptarlos a cada persona no es comercial", explica el investigador, de manera que el objetivo de este estudio es establecer una correlación entre los parámetros de programación del paciente y el estado de la cóclea, estructura del oído interno en forma de espiral que se conoce también como caracol.
"Oír no es entender", comenta el experto. Esto quiere decir que algunos pacientes consiguen oír un sonido, pero no son capaces de procesarlo adecuadamente. La hipótesis de los científicos salmantinos es que esto depende de que estén dañadas las células ciliadas externas o las células ciliadas internas.
La clave está en las células ciliadas
Tanto las ciliadas internas como las ciliadas externas son dos tipos de células de la cóclea, pero sus funciones son distintas. Las internas funcionan como un micrófono, es decir, recogen los sonidos; mientras que las externas funcionan como un amplificador de esos sonidos. Cuando a una persona se le diagnostica una pérdida auditiva de tipo sensorial, en realidad no se sabe qué tipo de célula está afectada, por eso, el grupo de investigación de Enrique López Poveda ha encaminado su trabajo hacia este campo en los últimos tiempos.
La programación de los audífonos, es decir, la adaptación de estos aparatos a cada paciente, debería ser diferente según el tipo de célula que esté afectada para que fuese realmente óptima. Sin embargo, en la actualidad se está aplicando la misma adaptación en todos los casos, por eso, la meta es diseñar un método clínico que permita distinguir un tipo de daño del otro.
La realización del estudio clínico que ahora comienza supone "la aplicación práctica de la investigación básica que hemos desarrollado en los últimos cuatro años", afirma el científico. Si todo sale bien, el resultado, en un plazo de tres años, será la obtención de prototipos de audífonos que se puedan programar de forma diferente en función del tipo de daño que se detecte en un paciente, todo gracias al centenar de salmantinos que se espera que colaboren en la investigación clínica.