El IOBA investiga una terapia celular para la degeneración macular
Marta Dompablo/DICYT El Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid recibirá una de las ayudas otorgadas por la Federación de Cajas de Ahorro de la Castilla y León, en su segunda edición, para la investigación con células madre. En concreto, el estudio pretende utilizar el potencial de las células madre adultas que posee cualquier individuo para, mediante el autotrasplante, lograr reducir la progresión de un tipo de Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).
El director del IOBA, José Carlos Pastor, ha indicado a DICYT que para realizar esta investigación, que se prolongará alrededor de cinco años, cuenta con la colaboración del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL), ubicado en Salamanca, y con el Banco de Tejidos de la Clínica San Francisco de León. Así, el objetivo es conseguir sustituir las células de una retina dañada por DMAE, por otras células madre adultas procedentes del mismo organismo, en concreto, del epitelio (parte que cubre los órganos internos y externos del cuerpo) pigmentario de la retina, para que puedan cumplir la misma función que las dañadas.
La DMAE es una patología que afecta al 6% de las personas mayores de 65 años y que puede llegar a ocasionar la incapacidad del paciente. Presenta diferentes grados y, existe un tipo de degeneración macular, conocida como húmeda, que cuenta con diversos tipos de tratamiento y con fármacos específicos para los síntomas. La DMAE húmeda sólo se detecta en el 10% de los casos, el resto se engloba dentro de las degeneraciones secas que afectan al 90% de los pacientes y para las que actualmente no se dispone de ningún tratamiento eficaz. La investigación emprendida por el IOBA pretende mejorar el tratamiento de este segundo tipo.
El grupo del IOBA dedicado a esta investigación recibirá una ayuda de 100.000 euros y se trata de expertos que investigan desde hace varios años los efectos de la inflamación en la respuesta reparadora retiniana conocida como VRP, según la información facilitada por el IOBA. La VRP (Vítreo Retinopatía Proliferante) es, según numerosos estudios, la causa más frecuente de fracaso de la cirugía del desprendimiento de retina. Afecta al 10% de los casos y las medidas para inhibirla tienen importantes efectos adversos en el paciente.
Por su parte, el grupo del INCYL se centra en el estudio del sistema visual en toda su extensión donde se incluyen la retina y el nervio óptico. El equipo de la Universidad de Salamanca que coordina José Aijón se ha especializado en el análisis de una característica propia de la retina de algunos vertebrados inferiores como los anfibios, reptiles y peces. Esta característica permite a los individuos adultos de estas especies regenerar el tejido neuronal dañado y corregir las posibles lesiones que se hayan producido en esta parte fundamental del ojo.
Por otro lado, al ser una investigación orientada a humanos, cuenta con la colaboración de la Clínica San Francisco que proporcionará el material necesario para realizar los estudios preliminares, que a su vez, utilizarán los científicos del INCYL para la labor e identificación de cultivo de células. Por su parte, el IOBA se encargará de la puesta a punto de las técnicas quirúrgicas.
Causas desconocidas | |
La mácula es el área de la retina responsable de la visión central. Al envejecer, puede deteriorarse y causa la denominada Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). Ségún la información recogida del IOBA muchos de los pacientes con esta dolencia pierden su visión central, conservando sólo visión periférica. La causa exacta de la DMAE no se conoce aunque se intuye que la herencia puede ser importante, ya que se ha observado que la enfermedad se comporta de forma muy similar en los distintos miembros de cada familia. Asimismo, también se conoce que son importantes algunos factores ambientales que aún no han sido identificados, pero que probablemente tengan relación con en cambio los modos de vida propios de la sociedad moderna. Así, por ejemplo, esta enfermedad era inexistente en el Japón hace 20 años, pero, al imponerse el estilo de vida occidental la degenración macular se ha convertido en un problema cada vez más frecuente también en ese país. |