Alimentación España , Salamanca, Viernes, 11 de mayo de 2018 a las 16:09

El IRNASA muestra sus proyectos de investigación a universitarios de Valladolid

Alumnos del Grado en Ciencias Ambientales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid han conocido de primera mano instalaciones, recursos y estudios relacionados con el sector primario

JPA/DICYT Alumnos del Grado en Ciencias Ambientales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid han visitado hoy el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca, centro propio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con el objetivo de conocer las instalaciones, los recursos y las investigaciones que lleva a cabo en materia agrícola, ganadera y medioambiental.


La jornada comenzó con la visita a la Finca Experimental Muñovela para conocer las investigaciones que se llevan a cabo en condiciones reales de campo. Entre ellas está el proyecto europeo LIFE Regenerate, enfocado a mejorar la rentabilidad de la dehesa y su sostenibilidad tanto a nivel económico como medioambiental. “Tiene muchas acciones focalizadas en el suelo, el manejo de ganado y la gestión de residuos”, ha explicado Raquel Arroyo, responsable de estas instalaciones.


Los alumnos también han podido ver un ensayo sobre el manejo de herbicidas. A través de un modelo matemático, investigadores del IRNASA estudian el comportamiento de los pesticidas, predicen cómo se desplazan en los suelos en función de la materia orgánica y de su propia composición.


Por otra parte, el proyecto ECOPIONET permite comparar la gestión convencional y la ecológica, analizando también la rentabilidad económica. Asimismo también han visto un ensayo a muy largo plazo en el que los científicos analizan cómo unas especies compiten con otras a lo largo del tiempo y otros relacionados con hongos endófitos, ganado vacuno y efectos de los microorganismos sobre los cultivos.


Estudiantes sorprendidos


El alumno Rubén López se mostraba impresionado por la finca experimental. “Se están haciendo muchas cosas en las 70 hectáreas que tiene, la visita ha sido muy divulgativa y es de agradecer que un centro como éste nos dé la oportunidad de poder visitarlo”, asegura.


De todos los proyectos que ha tenido la oportunidad de ver, el que más le ha llamado la atención es el de los pesticidas. No obstante, por el momento no se plantea el mundo de la investigación como salida profesional: “Sólo pienso en terminar la carrera, pero ver todo esto te anima bastante a conocer cómo se está trabajando”.


En cambio, su compañera Diana Rojo no descarta dedicarse a la ciencia. “En nuestra carrera mucha gente se centra en asuntos como la ordenación del territorio, pero a mí me gusta bastante el laboratorio y la microbiología”, afirma. Además, confiesa que al pensar en un centro de investigación sólo tenía en mente las instalaciones convencionales. Sin embargo, en el caso del IRNASA “una vez que llegas a la finca te sorprende que se haga investigación en el campo y que trabajen con los agricultores”.


Parte de la solución a los grandes retos de la humanidad


Ya en las instalaciones del propio centro, en Salamanca, el investigador Juan Arellano les habló de los distintos recursos que tienen a su disposición en los centros del CSIC, así como de becas que podrían solicitar en un futuro. “Nuestra investigación se enmarca en el contexto de un mundo amenazado por la superpoblación y por problemas medioambientales en el que crece la demanda de alimentos”, comentó. “Tenemos grandes retos y nuestro objetivo es encontrar parte de la solución por medio de una agricultura sostenible”, añadió.


Como ejemplo de los experimentos que lleva a cabo el IRNASA de cara a afrontar esos grandes desafíos de la humanidad, la investigadora Rosa Morcuende les explicó los ensayos en ambiente controlado que se realizan en el fitotrón, cámaras en las que los científicos simulan las condiciones a las que se van a enfrentar las plantas dentro de algunas décadas. “Al finalizar el siglo habrá temperaturas más altas y mayores concentraciones de CO2, así que aquí estudiamos cómo se comportarán los cereales ante estas nuevas circunstancias”, explicó.