Health Spain , Valladolid, Friday, July 28 of 2006, 17:34

El Laboratorio de Baja Radiactividad de la Universidad de Valladolid estudia las radiaciones de gas radón en la región

La Organización Mundial de la Salud ha clasificado este elemento radiactivo natural como cancerígeno a determinadas concentraciones

Marta Dompablo/DICYT Técnicos del Laboratorio de Investigación de Baja Radiactividad (Libra) de la Universidad de Valladolid han realizado mediciones de concentración de gas radón en algunas zonas de la región. Concretamente, en Aranda de Duero (Burgos), en la zona palentina de la cuenca del río Carrión,  en los Arribes del Duero (Salamanca), y en los municipios vallisoletanos de la zona limítrofe con Salamanca. Uno de los doctorandos del laboratorio, José Luis Gutiérrez Villanueva, ha explicado que el estudio de este elemento radiactivo natural "es interesante porque está catalogado por la Organización Mundial de la Salud como un gas cancerígeno a determinadas concentraciones".

A este respecto, ha destacado a DICYT que "si se consideran todos los condicionantes, está demostrado que alrededor de un 10% de los cánceres de pulmón se producen a causa de elevadas concentraciones de gas radón". Los doctorandos del laboratorio, Alonso Martín Martín y el mencionado José Luis Gutiérrez Villanueva, realizan su tesis con el objetivo de desarrollar sus propios equipos para la medición del gas radón, con la intención de desarrollar una patente en un futuro.

Las mediciones que han realizado se han distribuido según las zonas indicadas en el Mapa de Radiación Natural (Marna) que señala los espacios de España donde, debido a sus características geológicas, la radiación gamma natural es más elevada, y que se corresponden con las zonas que son más ricas en uranio, subraya Gutiérrez Villanueva. "Este dato indica que, posiblemente, la concentración del gas radón (isótopo radiactivo natural) posiblemente sea más elevada que en otras zonas", ya que el uranio-238 en la cadena de descendientes (de desintegración) tiene el radio-226, que a su vez tiene el gas radón, que es el único elemento gaseoso en toda la serie de descendientes del uranio.

"La tasa de radiación gamma natural no tiene nada que ver con centrales nucleares ni con ninguna causa artificial", precisa el doctorando. Los estudios se han centrado en analizar las concentraciones de este gas en algunas bodegas de Aranda de Duero y en el exterior en emplazamientos de la Cuenca del Río Carrión. Al aire libre en esta zona las concentraciones de radón son relativamente bajas, del orden de los 20 ó 30 becquerelios por metro cúbico (un bequerelio es una desintegración nuclear por segundo), detalla el técnico.

Asimismo, también ha incidido en que en la zona de Aranda de Duero la concentración de este elemento también es baja porque estas bodegas tienen la característica de que están muy ventiladas, lo que permite que el gas radón se salga al exterior. Por el contrario, "en la zona de Salamanca, debido a sus especiales características geológicas, las concentraciones de gas radón en las viviendas son elevadísimas", ha incidido.

 

Recomendación europea


En este sentido, el doctorando ha aseverado que existe una Recomendación (no es de obligado cumplimiento) de la Unión Europea que todavía no se ha traspuesto a la legislación española, aunque en otros países, como Irlanda, ya se ha hecho. Esta normativa establece que en las viviendas ya construidas la concentración máxima de radón admitida sea de 400 becquerelios por metro cúbico, aunque rebaja la cantidad a 200 becquerelios por metro cúbico en las casas de nueva construcción, indica.

"En Irlanda, cuando las mediciones de gas radón superan los 200 becquerelios por metro cúbico en las zonas donde se van a construir hogares, se adoptan medidas de remedio", ha subrayado. Estas medidas pueden consistir en la extracción del radón del subsuelo o bien instalar en los cimientos barreras, que podrían ser de materiales de plástico que eviten que este radón ascienda hasta el edificio.

 

Laboratorio Libra  
El investigador Luis Miguel Nieto es el director del Laboratorio de Investigación en Baja Radiactividad (Libra) de la Universidad de Valladolid, que se encuentra en el edificio de I+D del campus Miguel Delibes. El laboratorio está dotado con un equipamiento de última generación que permite realizar cualquier tipo de medida de baja radiactividad por espectrometría alfa, beta y gamma, y de las concentraciones de tritio en agua y de gas radón. Las funciones de este laboratorio se centran en la investigación y en la realización de campañas de muestreo de radiaciones ionizantes en la región tanto en aguas como en suelos y en el aire.

En el Libra se realizan trabajos de diversas disciplinas que abarcan desde Física Atómica, Molecular y Nuclear a Química Analítica, Edafología y Química Agrícola y Producción Vegetal. Además, este laboratorio desarrolla colaboraciones muy activas con grupos de investigación de gran reputación, como es el caso del Grupo de Radón de la Universidad de Cantabria, y con centros de Irlanda, Suiza y Austria.