Environment Brazil São Paulo, São Paulo, Wednesday, April 10 of 2024, 08:39

El mosquito 'Aedes' y otras especies invasoras causan pérdidas anuales por hasta 15.000 millones de reales en Brasil

Esta estimación puede incluso estar subestimada debido a las lagunas existentes en los estudios sobre el tema, de acuerdo con el análisis de los autores de un informe elaborado por la Plataforma Brasileña de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos

AGENCIA FAPESP/DICYT – Las especies exóticas invasoras en Brasil, como los mosquitos del género Aedes, transmisores de los virus causantes del dengue, la fiebre amarilla, el chikunguña y el zika, provocan pérdidas anuales por un valor que asciende hasta los 15.000 millones de reales en el país, una suma que alcanzaría para construir 15 laboratorios de bioseguridad máxima (nivel NB4), como el que ha de erigirse en Campinas, en el estado de São Paulo.

 

Esta estimación estuvo a cargo de un grupo de científicos que fueron los autores del “Informe Temático sobre Especies Exóticas Invasoras, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos”, dado a conocer el pasado día 1º de marzo por la Plataforma Brasileña de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (BPBES, por sus siglas en inglés), una entidad creada en el año 2015 con el apoyo del BIOTA-FAPESP, el Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad.

 

De acuerdo con datos que constan en dicho estudio, en Brasil se encuentran registradas 476 especies exóticas invasoras, tal la calificación que se les asigna a las plantas, animales y microorganismos que son introducidos en lugares ajenos a su hábitat natural por obra de la acción humana de manera intencional o accidental. Esos organismos se reproducen, proliferan y se dispersan hacia nuevas áreas en donde amenazan en la mayoría de ocasiones a las especies autóctonas y afectan el equilibrio de los ecosistemas.

 

“Esas especies constituyen una de las cinco mayores causas de pérdida de biodiversidad a escala global”, dice Michele de Sá Dechoum, docente de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) y una de las coordinadoras del informe. Las otras cuatro son la destrucción de hábitats, los cambios climáticos, la contaminación ambiental y la sobreexplotación de recursos naturales.

 

De acuerdo con este estudio, de las 476 especies exóticas invasoras registradas en Brasil, 268 son animales y 208 plantas y algas, en su mayoría nativas de África, Europa y el sudeste asiático. El mosquito Aedes aegypti, por ejemplo, es originario de Egipto, en África, y ha venido propagándose por las regiones tropicales y subtropicales del planeta desde el siglo XVI, en el tiempo de las grandes navegaciones. Este insecto llegó a Brasil durante la época colonial.

 

Estas especies intrusas se encuentran presentes en todos los ecosistemas, con una mayor concentración en los ambientes degradados o con alta circulación de personas, y en todas las regiones de Brasil. Las áreas urbanas son vulnerables a las especies exóticas invasoras debido al gran flujo de personas, commodities y mercaderías vía puertos y aeropuertos, según analizan los autores.

 

“Pero no todas las áreas más preservadas se encuentran inmunes a estas invasiones. Hay especies invasoras en un 30 % de las unidades de conservación de Brasil”, subraya Andrea Junqueira, docente de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y también coordinadora del estudio.

La principal vía de introducción la constituye el comercio de mascotas y de plantas ornamentales y hortícolas, según se consigna en el trabajo.

 

“Las especies invasoras causantes de impactos negativos en Brasil en su mayoría fueron introducidas intencionalmente, como en los casos de la tilapia, la lubina o tucunaré, el jabalí y el caracol gigante africano”, afirmó Mario Luis Orsi, docente de la Universidad Estadual de Londrina (UEL, en el estado de Paraná) y también coordinador del estudio.

 

En el transcurso de 35 años –de 1984 a 2019– las pérdidas mínimas estimadas en razón de los impactos ocasionados por tan solo 16 especies exóticas invasoras variaron entre 77.000 millones de dólares y 105.000 millones de dólares, a razón de un promedio anual de entre 2.000 millones de dólares y 3.000 millones de dólares. Entre estas especies se encuentran principalmente plagas agrícolas y de la silvicultura –responsables por pérdidas acumuladas durante dicho período de 28.000 millones de dólares– y vectores de enfermedades como el Aedes aegypti, causantes de pérdidas por un valor 11.000 millones de dólares en idéntico lapso de tiempo.

 

Las estimaciones se concretaron con base en un estudio de las pérdidas en términos de disminución de ingresos y costos de manejo orientados hacia las acciones de prevención, control y mitigación de los impactos negativos provocados por especies exóticas invasoras y reportados por organismos gubernamentales y empresas públicas y privadas.

 

Así y todo, esos montos pueden estar subestimados, ya que el cálculo contempla únicamente a 16 de las 476 especies invasoras identificadas en el territorio brasileño, y en razón de que existen aún muchas lagunas de análisis y de valuación de los impactos de las especies exóticas invasoras en el país, según sopesan los autores.

“Los impactos son mucho mayores de lo que imaginamos. Faltan estudios científicos sobre muchas especies con alto potencial invasor. El ambiente marino requiere mayor atención, dado el potencial de pérdida”, sostiene Orsi.

 

Las pérdidas ocasionadas por las especies invasoras se relacionan con menguas de producción y disminución de horas de trabajo, internaciones hospitalarias e interferencia en la industria turística. Las especies invasoras como el mejillón dorado también acarrean serios perjuicios económicos, al afectar estructuras hidroeléctricas, estaciones de tratamiento de agua y estanques de redes de establecimientos acuícolas.

 

“Se estima que la limpieza de las bioincrustaciones puede llegar a costar 40.000 reales por día para una central de pequeño porte, y para las grandes centrales, como la de Itaipú [cuyo tamaño la ubica en el segundo lugar entre las usinas hidroeléctrica en el mundo, y es responsable de alrededor del 9 % de toda la energía que se consume en Brasil], estos valores llegan a los 5 millones de reales diarios por la detención de las turbinas”, estiman los autores de la publicación.

 

Los perros y los gatos domésticos

 

Entre las especies exóticas invasoras registradas en Brasil hay animales y plantas considerados “carismáticos”, tales como perros y gatos domésticos, árboles ornamentales y algunas especies de tortugas y de primates. En estos casos, a los legos les resulta más difícil entender el impacto que provocan. Con todo, los perros y gatos como animales de compañía solamente se convierten en amenazas cuando se los suelta o se los abandona, ponderan los autores.

 

“Sobre todo si se internan en áreas protegidas, en donde pueden transmitir enfermedades y cazar la fauna silvestre autóctona interfiriendo en el equilibrio ecológico local”, afirman. La difusión del conocimiento sobre el origen de las especies exóticas invasoras y sus implicaciones negativas para la sociedad puede ayudar a disminuir la oposición popular frente al manejo de estas especies, sostienen los investigadores.

 

Entre los casos exitosos de participación pública en el manejo de especies exóticas invasoras a los que se hace mención en el estudio se encuentran el programa de control de pinos en los médanos del Parque Natural Municipal de las Dunas de Lagoa da Conceição, en la ciudad de Florianópolis (la capital del estado Santa Catarina), y el proyecto Cipó Vivo, enfocado en el control de las gramíneas del género Brachiaria en el Parque Nacional de Serra do Cipó, en el estado de Minas Gerais.

 

“Algunas empresas madereras están eliminando especies exóticas invasoras fuera de las áreas de producción por exigencia de las certificadoras”, comenta De Sá Dechoum. El sector de generación de energía también se ha erigido como un ejemplo de reconocimiento del problema de las invasiones biológicas y ha venido poniendo en práctica agendas positivas apuntando a la minimización de los impactos.

 

Aunque Brasil carece de una lista oficial, la base de datos nacional de especies exóticas invasoras gestionada por el Instituto Hórus de Desarrollo y Conservación Ambiental, con sede en Florianópolis, se ha constituido como una fuente de referencia. Los estados de Paraná, Santa Catarina, Rio Grande do Sul, São Paulo y Bahía y el Distrito Federal ya han instituido sus listas oficiales. “Las listas son fundamentales: sin ellas se vuelve difícil y casi ineficaz cualquier planificación de acciones de manejo. Por ende, los estados que poseen sus listas se ubican un paso adelante”, dice Orsi.