Ciencias Sociales España , Valladolid, Jueves, 08 de julio de 2004 a las 15:07

El Museo de la Ciencia inaugura su Péndulo de Foucault

El ingenio demuestra el movimiento rotatorio de la Tierra y ha sido donado por Michelín

BGA/DICYT El Museo de la Ciencia de Valladolid inauguró esta mañana el Péndulo de Foucault donado por la empresa Michelín, ubicado en el centro del edificio principal y que constituye uno de los elementos habituales en los museos de estas características, ya que demuestra uno de los grandes descubrimientos de la humanidad como es la rotación de la Tierra.

Este péndulo es un mecanismo que permite constatar de manera simple la rotación del planeta y que consta de una bola de hierro cromada, de 20 centímetros de diámetro y un peso aproximado de 80 kilogramos. Esta bola está suspendida del techo a través de un cable de acero trenzado de ocho milímetros de grosor y 11 metros de longitud.

El péndulo oscila en un plano constante en el espacio, sobre una estructura situada en el suelo, que consta de un círculo formado por 33 cilindros o testigos que, al girar la Tierra sobre su propio eje, van siendo abatidos por la bola.

Para que esto ocurra, ha sido necesario poner en movimiento el péndulo y esto se consigue sacándolo de su posición de equilibrio, para lo que se describe con la bola un arco de circunferencia. Una vez que se ha llegado a esta posición, se suelta la bola sin dar ningún impulso, lo que permite no comunicar ninguna fuerza al elemento y que se mueva por su propia aceleración.

La pérdida de aceleración que suponen los rozamientos con los testigos se ha solucionado con un circuito eléctrico que restituye, de manera sistemática, la pérdida de energía.

La velocidad a la que se mueve el péndulo depende de la latitud en la que está situado, lo que hace que en el Ecuador de la Tierra no exista oscilación, mientras que en cualquiera de los dos polos, la vuelta se completaría en 24 horas.

Jean Bernard Leon Foucault

La demostración de la rotación de la Tierra mediante este sistema la hizo el francés Jean Bernard Leon Foucault en 1851, cuando colgó de la cúpula del Panteón de París un péndulo de 28 kilos de peso suspendido por un cable de 67 metros. Se esperaba que el péndulo sólo oscilase en un único plano, de acuerdo con el principio de inercia, pero el resultado fue que giró con el sentido de las agujas del reloj, lo que demostró la rotación de la Tierra.

Pero los resultados del experimento fueron ampliados en el año 1999, cuando el 11 de agosto se comprobó que el péndulo se veía afectado por los eclipses, tal y como ya anunció en 1954 el premio Nobel Maurice Allais.

El efecto se comprobó en Austria, donde se constató que durante un eclipse total de Sol, el péndulo se adelantó 10 grados, lo que significa que en esa latitud se movió casi el doble de lo normal. Las razones concretas aún se desconocen hoy en día, y se sabe que el resultado de este enigma supondrá cambiar las concepciones que se tienen acerca del magnetismo y la gravedad terrestre.