"El Neolítico supuso la evolución cultural en el ser humano, antes sólo había sido anatómica"
AMR/DICYT De las cuevas a la ciudad. Ese tránsito se produjo en 8.000 años de evolución del ser humano y fue trascendental para su evolución como especie. El arqueólogo Luis Batista considera que esa fase de la Historia de la Humanidad (comprendida entre los años 13.000 y 5.000 antes de Cristo y denominada Neolítico) se produjo un gran cambio: "Hasta entonces, la evolución sólo había sido anatómica, en el Neolítico la evolución fue cultural". Batista es el comisario de una muestra de la obra social de La Caixa que recala desde hoy hasta el 5 de junio en León. En tres años de itinerancia, la exposición (Neolítico. De nómadas a sedentarios) ha sido visitada por un millón de personas, según la organización.
La muestra realiza un recorrido por el Neolítico de Oriente Próximo, en la que el ser humano dejo de cazar y recolectar de forma selectiva para asentarse en el territorio", explica a DiCYT Batista, de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Este asentamiento no se produjo, lógicamente, del día a la noche, sino que las poblaciones que lo impulsaron pasaron por diferentes etapas. Una carpa situada junto al auditorio Ciudad de León reparará de forma visual los cambios producidos en cuatro etapas, desde el momento previo del Paleolítico Superior al Calcolítico, cuando comenzaron los primeros sistemas de escritura. La exposición está indicada para mayores de 11-12 años.
En total, la exposición repasa cuatro etapas: Precerámico A, Precerámico B, Cerámico y Calcolítico. En cada una se muestran las características fundamentales que lo identifican a través de un poblado protagonista, los hitos que se produjeron entonces, los mitos a los que se acogían esas personas y las otras civilizaciones que se desarrollaban en paralelo.
Para el Precerámico A se ha escogido una cabaña de Jericó (cuyo primer asentamiento data de 11.000 a 10.000 años antes de Cristo). En Jericó (actualmente en la Autoridad Nacional Palestina) se encontró la que se cree que es la primera torre de vigilancia, esto es, la primera estructura defensiva del mundo. El hilo conductor de esta etapa es la agricultura. Para el Precerámico B, una maqueta del yacimiento de Jarmo (en el actual Iraq), que representa la cultura interior iranoiraquí del entorno mesopotámico. En este entorno se encontraron las primeras evidencias de la domesticación de un animal, la cabra, por el ser humano.
El peculiar yacimiento de Çatalhöyük (Anatolia, Turquía), con chozas en las que se entraba por el techo, sirve para mostrar los avances tecnológicos del periodo Cerámico. Maquetas de dos habitaciones de diferente uso y reproducciones de muestras cerámicas muestran el proceso de fabricación de la cerámica, con la que el ser humano empezó a moldear herramientas más delicadas que las de piedra. El Calcolítico (o Edad de Bronce) es el último periodo de estudio de la muestra. Se centra en la cultura de Uruk, una ciudad de hasta 45.000 habitantes que se desarrolló entre el Tigris y el Éufrates (en el sur de la actual Iraq). En esta ciudad se encontraron las primeras formas de escritura, de carácter pictográfico, en unas tablillas.