El parasitólogo Fernando Simón orienta sus investigaciones hacia la dirofilariosis felina y los mecanismos de inflamación de la enfermedad
José Pichel Andrés/DICYT Fernando Simón, profesor del Departamento de Parasitología de la Universidad de Salamanca, orientará a partir de ahora sus investigaciones sobre dirofilariosis al estudio de los mecanismos celulares que provocan la inflamación en las arterias pulmonares relacionada con esta enfermedad, causada por un parásito de la familia de las filarias, así como su manifestación en gatos. Este experto ha sido el único español que ha participado en la reunión trienal de la American Heartworm Society (Sociedad Americana del Gusano del Corazón), que ha tenido lugar en Washington los pasados 13 y 14 de julio, donde ha podido constatar un especial interés de la comunidad científica de ese país en el estudio de la dirofilariosis felina.
Esta sociedad americana es la más importante del mundo en el estudio de la enfermedad y a su reunión trienal sólo fueron invitados tres investigadores italianos, un australiano y Fernando Simón. "Ellos tienen un gran interés en avanzar en el estudio de la dirofilariosis, no en el perro, que ya está bien estudiada, sino en el gato, muy valorado como animal de compañía, Por eso, han constituido un grupo restringido de unos cuantos investigaciones para que podamos realizar estudios conjuntos", ha declarado el científico a DICYT. La experiencia investigadora anterior en Salamanca sobre la manifestación de esta enfermedad en gatos se concreta en la realización de una tesis dirigida por el propio Fernando Simón en colaboración con un investigador italiano, además de los análisis que realiza su laboratorio para clínicas de otros lugares de España.
Diferencias entre animales
"Donde hay dirofilariosis canina, la habrá también en gatos", asegura el científico, que aunque pretende reforzar la investigación en el gato no abandonará la que realiza en el perro. Sin embargo, la dirofilariosis se comporta de manera muy distinta en los felinos. "Las diferencias con el perro son importantes, la base patológica es la misma pero en el gato es muy impredecible, puede no manifestar síntomas en mucho tiempo y provocar una muerte rápida una vez que aparecen, mientras que en otros casos, el animal se cura sin ningún tratamiento", señala el científico, que augura que esta línea de investigación será prioritaria en los próximos años.
En cualquier caso, la presencia de Fernando Simón en el simposio americano se debía en un principio a sus estudios sobre los mecanismos de la patología inflamatoria a nivel celular. "Estamos en un estado de investigación básica que probablemente en pocos años tenga una aplicación práctica, puesto que conociendo los mecanismos celulares podremos actuar sobre ellos", explica. El equipo que dirige trabaja con modelos experimentales en cultivos de células de la pared del vaso sanguíneo, el endotelio vascular, ya que estas células constituyen el primer tejido que sufre daño, así que la idea es estudiar con este modelo los mecanismos de la inflamación para intervenir en ellos. En el estudio de esta patología inflamatoria endotelial sanguínea colabora también la doctora Alicia Rodríguez-Barbero, del Laboratorio de Biología Celular de la Unidad de Fisiología Renal y Cardiovascular de la Universidad de Salamanca.
Combinación con antibióticos
Esta última investigación está relacionada con el otro gran debate que se produjo en el simposio americano: si es conveniente tratar a los animales enfermos con antibióticos además de los fármacos filaricidas, indicados para atacar al parásito, ya que uno de los síntomas de la enfermedad es la inflamación producida por una bacteria asociada al gusano o parásito. "Cuando tratamos a un perro, matamos los gusanos, pero liberamos la bacteria, con lo cual nos encontramos con otro organismo que está produciendo inflamación. No existen datos definitivos, pero la recomendación es combinar el fármaco contra la filaria y el antibiótico, porque esto mejora la calidad de vida del animal", afirma.